A Venezuela llegaron en 1939 varios barcos cargados de exiliados vascos. Mi padre, con un conjunto de antiguos gudaris, lo hizo en diciembre de 1939,tras pasar por República Dominicana y salir huyendo de la “hospitalidad” del dictador Trujillo que había cambiado el nombre de la capital, Santo Domingo a Ciudad Trujillo. Los dictadores tienen estas cosas tan “beneméritas”. Y allí rehicieron su vida y fundaron un Centro Vasco muy activo.
Allí le conocí a Jose Mari Burgaña, uno de los muchos que los fines de semana se reunían en la gran casona y te contaba miles de historias. Nació en Mutriku, el 4 de junio de 1905.Obtuvo su título de marino por libre, examinándose de toda la carrera en todo el año, en la escuela de Bilbao.
El 18 de julio de 1936, zarpaba de Coruña al mando de una pareja de arrastreros, el "Domayou" y el "Mourisque", sin saber a qué obedecía la precipitada orden de los armadores.
Cuando se enteró, y tras consultar a las tripulaciones, se dirigió a Ondárroa, donde arribaría el 4 de agosto. Único dirigente "antiguo" de ELA del mar en Guipúzcoa, gestionó que los dos barcos fueran incautados por este sindicato nacionalista, en vez de dejar que se apoderase de ellos la UGT, como venía sucediendo hasta entonces. Las relaciones entre ambos sindicatos era muy hostil. Con ellos consiguió "escamotear" a los socialistas un cargamento de fusiles que sirvieron para despejar el puerto de Pasajes de francotiradores, en operación organizada con la intervención de Irujo y cumplida por los soldados acuartelados en Loyola.
Fue con Vicente Eguía uno de los creadores del cuerpo de "Itxas-gudariak", “La Marina Auxiliar de Euzkadi” y siguió como jefe de los servicios auxiliares de la Marina de Euzkadi.
Estuvo en la evacuación de San Sebastián el 13 de septiembre, hasta los últimos momentos. Y fue nombrado capitán de puerto de Bilbao, en donde se ocupó de dirigir las operaciones de limpieza de minas, mediante un sistema ideado por los propios marinos vascos. La idea fue copiada por los ingleses en la guerra mundial. Dos bous, con cascos de madera, tiraban de una maroma metálica. Con ésta, y mediante la fuerza de tracción, soltaban los fondeos que mantenían las minas entre dos aguas, para hacerlas salir a flote. Como, por acuerdo de Ginebra, las minas marinas tienen un sistema de detonación que se inutiliza al aflorar a la superficie, por este procedimiento consiguieron mantener abierto el puerto a los barcos extranjeros que aseguraban el suministro de víveres a la población.
Desmontaron hasta 250 artefactos sin una sola baja, y en los últimos tiempos adquirieron tal práctica que realizaban una operación de despeje en sólo cuarenta y ocho horas.
Sus cuatro hermanos –Luís, Cesáreo, Ignacio e Hilario- sirvieron con él en la Marina vasca.
Burgaña se casó en plena guerra, y en pleno frente. Sus padrinos fueron el matrimonio Rezola (él, secretario de Defensa y posteriormente vicepresidente del Gobierno de Euzkadi) y le formaron guardia de honor, junto a la ermita de San Antonio de Berriatúa, batida por el fuego, una sección de "Itxas-gudaris", en la que figuraban los cuatro hermanos.
Al caer Bilbao se refugió en Francia y de allí marchó en 1939 a Venezuela al frente de dos vaporcitos construidos en Bayona, Donibane y Bigarrena, tripulados por personal de la antigua marina de Euzkadi. Eran pateras con motor. El viaje fue una odisea.
En Venezuela se afincó definitivamente y trabajó como marino y profesor de náutica y fundó, con varios capitanes vascos exiliados, la escuela de Marina de Venezuela. Con el tiempo todos fueron condecorados. Dejaron allí una buena semilla.
Fue además colaborador de varias publicaciones entre ellas Argia y Euzkadi. Dejó escrito el libro, “El Vasco, Pueblo Singular” (Editorial Sucre, Caracas, 1978).Y falleció en Caracas el 22 de mayo de 1987. Le dio un fulminante ataque al corazón y mi cuñado Alberto Trojaola fue quien le atendió en la calle. Moría uno de los testigos de aquella página tan intensa de la guerra.
Es una lástima que vidas tan de novela y tan cinematográficas hoy no las conozca casi nadie. Y es que nos falta contar con cierta épica nuestro inmediato pasado.
Falleció en Caracas el 22 de mayo de 1987.
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