LOS malos resultados obtenidos en las elecciones autonómicas en Cataluña y las posteriores encuestas sobre intención de voto en España, que auguran una holgada mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados a la suma del PP y Ciudadanos, han sumido a las fuerzas autodenominadas de la diz que izquierda en una profunda depresión que intentan sobrellevar argumentando que no es un problema suyo, sino del país, que se estaría “derechizando”.
Sin embargo, algunos acontecimientos recientes permiten intuir que el problema no estriba tanto en una supuesta deriva ideológica de la ciudadanía, sino en la propia cultura política de la izquierda, cada vez más colonizada por el liberalismo dominante, y la tremenda confusión que se desprende de la respuesta de las fuerzas políticas desalentadas.
Los Reyes Magos volvieron a su casa dejándonos como regalo algunas de las mayores nevadas del siglo. En la primera de ellas, a la vuelta de las vacaciones de Navidad, hubo un hecho sintomático de las limitaciones de la economía de mercado para atender a las necesidades colectivas: mientras la carretera nacional N-6 permanecía abierta y los vehículos transitaban por la misma, con las debidas precauciones pero sin mayores contratiempos, en paralelo, la autopista AP-6, que había sido escogida por muchos conductores precisamente pensando que al ser de pago tendrían mayores garantías la circulación por la misma, colapsaba y dejaba a miles de vehículos atrapados durante largas horas y sin apenas auxilio hasta la llegada de la unidad de emergencias del ejército español. ¿Una buena ocasión para recordar que las cosas de todos como mejor se gestionan es entre todos, es decir desde el sector público? Pues no: el portavoz del PSOE solo se acordó del gobierno central, no para agradecerle su trabajo en la N-6, sino para achacarle la responsabilidad de la falta de responsabilidad de la empresa concesionaria de la autopista.
Y la portavoz de Podemos, ¿se encargó acaso de cargar contra la gestión privada de un bien público como es una carretera y de paso contra el modelo de gestión público-privado promovido por las grandes empresas y que consiste, en última instancia, en garantizar beneficios privados con recursos públicos? Pues tampoco, porque también acusó del atasco en la circulación por la autopista a la mala actuación de los gestores públicos, es decir al gobierno, que habría hecho dejación de sus responsabilidades… cuando concedió la prórroga de gestión de la AP-6 a una empresa privada hace más de tres lustros.
Total, que con el no sabe/no contesta de C’s en este asunto, ha sido el portavoz del partido conservador el único que ha cargado las tintas en la responsabilidad de la entidad que se lucra con la gestión de la autopista de marras. El PP, criticando a un conspicuo representante del gran capital español que, si Florentino Pérez no lo remedia, pasará pronto a ser parte del gran capital italiano; el PSOE, criticando al gestor del Estado y Podemos, exculpando a la empresa privada.
Otro asunto con el que hemos estrenado el año, de mayor calado social y político, ha sido la necesidad de solicitar un crédito para cubrir el déficit del sistema de pensiones públicas. Salarios precarios que se traducen en cotizaciones precarias y la incompetencia con la que el gobierno del PP, haciendo caso a sus mentores del FMI y otros organismos neoliberales, utilizó las rebajas en las cotizaciones sociales como supuesto estímulo para la creación de empleo, han llevado a una situación estructural de déficit en las cuentas de la Seguridad Social.
Pero según el líder de los socialistas hispanos, los españoles contribuyeron “con el sudor de su frente” al rescate de la banca, por lo tanto “lo justo” es que ahora sea la banca quien ayude a sostener el sistema de pensiones. La idea del PSOE fue inmediatamente apoyada por Podemos, que incluso se apresuró a reclamar la paternidad y la maternidad de la ocurrencia.
En realidad, los españoles contribuyeron con sus impuestos a desamortizar las cajas de ahorros, sanearlas y regalárselas a la banca privada. Esos impuestos en parte procedían del sudor de la frente de los trabajadores, pero también de los impuestos de los propios pensionistas e incluso de las rentas del capital, que se generan más bien “con el sudor del de enfrente”.
Por otra parte, el sistema de pensiones no tiene por qué ser sostenido por la banca, ni llegado el caso por la industria agroalimentaria o por el sector de las telecomunicaciones. El argumento introducido en el debate por el PSOE -y por Podemos- choca con la estructura del sistema de pensiones públicas, que se financia, este sí, con el sudor de la frente de los trabajadores ocupados, que destinan una parte de su esfuerzo a generar las rentas de los trabajadores jubilados y también la que se transfiere a los desempleados.
El vigente sistema de cotizaciones sociales forma parte del modelo de solidaridad que tiene en el sistema público de pensiones su principal componente. La distribución primaria de la renta muestra como los beneficios privados no se han financiado tanto con impuestos como con cargo a los salarios directos y diferidos de los trabajadores: a finales del siglo XX, en 1998-1999, los trabajadores asalariados y autónomos recibían el 46% del valor de la producción, las contribuciones sociales captaban el 12,5%, las rentas del capital el 32% y el Estado se quedaba con un 9,5% del PIB en forma de impuestos netos sobre la producción. En los dos años previos a la crisis, 2006 y 2007, la participación de los trabajadores había disminuido tres puntos, en beneficio de las rentas del capital (dos puntos) y del Estado (un punto). Y en los años más recientes, 2016 y 2017, se constata que las rentas del capital han aumentado otro punto, a costa de reducir en medio punto las rentas directas del trabajo y otro tanto la participación de los trabajadores que reciben rentas de las cotizaciones sociales.
Afortunadamente para la salud del sistema público de pensiones, la medida propuesta por el líder socialista ha sido descartada de inmediato… por “la derecha”, es decir por el PP, C’s e incluso por conspicuos comentaristas liberales como Daniel Lacalle, y no precisamente defendiendo la privatización inmediata del sistema, sino recordando que para garantizar los ingresos hay que aumentar el empleo y las cotizaciones (y de paso, eso sí, insinuando la necesidad de nuevas reformas al sistema, es decir, de reducir las pensiones).
Con la enorme capacidad de influir al poder político que tiene el capital financiero, la decisión de financiar las pensiones contributivas con impuestos (“entre todos”) modificaría toda la lógica de funcionamiento del sistema como mecanismo de distribución primario (las pensiones son en última instancia rentas salariales) y sería la mejor vía para facilitar la progresiva transferencia al sector privado de la gestión de un sistema desnaturalizado.
Una situación que no es nueva y recuerda a la que se dio en los años del espejismo de la especulación inmobiliaria, cuando el PSOE y los sindicatos acordaron invertir una parte del ahorro de la Seguridad Social en productos de renta variable, medida que no se llevó a cabo por la oposición del PP.
También se inicia el año con un gobierno conservador levantando una reivindicación tradicional de las izquierdas, el aumento de los salarios. Al margen de que la medida se presente por una recomendación de la Comisión Europea o sugerida por las grandes empresas del comercio, lo cierto es que las izquierdas solo han sabido reaccionar con un “y yo más”: ¿Que tú dices que el salario mínimo tiene que subir a 800? Pues yo digo que 1.000 -como propone UGT-, o 1.200 en el caso de Podemos.
En fin, tal parece que el desapego de la ciudadanía por la izquierda en su conjunto que se refleja en la actual coyuntura no fuera tanto un problema de derechización social como de la desconfianza ante la indefinición cuando no incoherencia en la que se mueven las propuestas de los partidos desafectados. El lema de la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 parece resonar en los valles nevados, en los cajeros de los bancos y en los bolsillos agujereados de los pensionistas: ¡Es la economía, estúpidos!
POR JOAQUÍN ARRIOLA
Los chicos del PSOE están manteniendo asambleas en distintos lugares de Esspaña con la presencia del muñegote Pedro.
Pues parece ser que los militantes y simpatizantes que toman la palabra no hablan para nada de Catalunya y sí del paro, de las pensiones, de la sanidad, etc..
Y sobre la resolución de esos problemas Pedro no tiene ni puta idea ni le interesa.Ahora ejerece de mayordomo de Rajoy a tiempo completo.
La sociedad espaola no es de izquierdsa, ni de derechas ni de conservadora ni progresista.
Está acostumbrada al ordeno y mando de un señor, general o lo que haga falta.
Necesitan un eneeigo enfrente para cohesionarse como pueblo .
Para ello les da lo mismo Ciudadanos que el PSOE.
En resumn, falta total de cultura democrática.
Publicado por: CAUSTICO | 01/29/2018 en 07:40 a.m.
El miedo no puede durar.
https://www.elnacional.cat/es/opinion/jordi-barbeta-miedo-no-puede-durar-mucho_232956_102.html
Publicado por: Sony | 01/29/2018 en 09:57 a.m.
Callosa del Segura es un poblacho alicantino del que se han tenido que retirar a la fuerza monumentos franquistas por oposición vecinal.
Ordóñez que creo que es de por allí podría ir a darles una charla a sus paisanos sobre la cultura del odio.
Publicado por: CAUSTICO | 01/29/2018 en 11:59 a.m.
Eneko Andueza, el jefecillo de la sub sucursal del PSOE en Gipuzkoa es de izquieras según él.
Hoy nos deleita con un pensamiento muy de izquierdas, leninista incluso.
"El derecho a decidir es algo que se han inventado los nacionalistas".(Vascos se supone)
Ser leninista a estas alturas es estrambótico, pero ser tontolaba es triste, tanto como no saber si le tienes que poner el trasero a Rajoy o a Rivera.
Publicado por: CAUSTICO | 01/29/2018 en 12:52 p.m.
Para un PSOE como el de Eneko Andueza, ya tenemos el PP (y Ciudadanos), a ver si siguen bajando.
Por cierto, ¿ha dicho si es monárquico o juancarlista o felipista (de Felipe VI) o republicano o todavía están en ello "desde la izquierda", claro?.
Como los del PSOE no saben historia, ignorará que Felipe Gonzalez decía "Gora Euskadi Eskatuta" y su partido pedía el derecho de autodeterminación y cosas así.
Publicado por: Sony | 01/29/2018 en 04:18 p.m.
Los niñatos falangistas de cidadanos se suman al homenaje a las víctimas del holocausto.
¡Anda ya! No engañais a nadie.Os falta el correaje y las botas.
Por cierto, el retardado Girauta dice que aquello lo hicieron los nacionalistas, así en general.
Cretino, nacionalista excluyente y radical eres tú ¿o no lo sabes?
Publicado por: CAUSTICO | 01/29/2018 en 06:01 p.m.
La fiscalía essspañola pide que no se juzgue al PP por el caso de la destrucción de sus ordenadores.
Es increible la putrefacción del sistema judicial. Creo que hasta en Somalia los fiscales son más neutrales.
La descomposición del estado es ya irreversible.
Publicado por: M | 01/30/2018 en 07:42 a.m.