Lunes 26 de febrero de 2018
El minuto de silencio
Iñigo Camino ha escrito en su Facebook este comentario que hago mío:
“Minuto de silencio en San Mamés, no respetado por los de siempre que son abucheados por la inmensa mayoría de la Catedral. Manchan la memoria de Iñigo Cabacas con gritos en su nombre. Creo que el día que San Mamés grite al unísono un estruendoso "Herri Norte kanpora" nuestros ultras empezarán a ser erradicados. En otros campos se ha conseguido. Un independentista cono Laporte terminó con la " carta blanca" en el Nou Camp de los " Boisos Nois". Urrutia tiene que aplicarse a la tarea, aunque acabar con la violencia ultra no sólo depende de la directiva. Todos somos un poco responsables por acción u omisión. Desde luego yo hoy no me he reprimido y lo menos que les he llamado ha sido " Faxistak" y " Nazis".
La ausencia de Muñoz
Y Koldo Mediavilla, este otro que también hago mío:
En la cercanía del Día Internacional de la Mujer se viene hablando y mucho de la “brecha salarial” existente entre géneros. Una desigualdad que es necesario romper efectivamente y en cuya erradicación debemos comprometernos todos. Y todos, menos mi sindicato, han participado en una mesa institucional y social cuyo interés era poner en común los datos existentes en EuZkadi de esta grave carencia y buscar, si fuera posible, alternativas y compromisos concretos a su déficit estructural.
Muñoz ha intentado justificar su ausencia. Pero una vez más, su discurso, metálico y crujiente como una tos, me ha impedido entender sus razones. El secretario general de ELA advirtió que el sindicato no va a ir a “ningún sitio donde el objetivo sea dormir la reivindicación. No vamos a estar con un conciliábulo patronal gubernamental que empobrece a nuestra gente sistemáticamente pero que es capaz de hacer mucha propaganda para parecer lo contrario”.
El secretario general del primer sindicato del país reconoció que “el Parlamento Vasco aprobó una resolución donde le decía al Gobierno que se reuniera con los agentes sociales, pero ha primado el acuerdo por encima de los contenidos. Si queremos abordar el problema de la brecha salarial, nosotros no estamos para suscribir y dar validez a elementos que tengan que ver con generalidades porque con ello las cosas no van a cambiar. ¿Cómo se le puede llamar diálogo social a este engendro que lo único que está haciendo es despistar a la gente que necesita referentes reivindicativos?”.
Cualquier forma de diálogo es positiva, aunque su desarrollo no obtenga resultados plausibles. “Engendro” es caer en la melancolía del soliloquio, encastillarse en que tú y solo tú tienes la razón absoluta. Eso es llegar a un estadio febril que evidencia que el catarro ha superado la barrera de resfriado para convertirse en algo mucho más serio.
ELA no estuvo porque sus dirigentes entendieron que el “diálogo” era una engañifa, una más de las que protagonizan “los neoliberales de Urkullu y compañía”, un gobierno que “comparte el modelo de empresa” que plantea la patronal vasca, que “hace desaparecer la identidad colectiva” y al que “el sindicalismo le estorba porque desean una relación empresario-trabajador, de uno en uno”. Hemos entrado en la fase de la conspiración y para abonarla cualquier argumento alimentará la teoría de la persecución sindical. Qué pena más grande.
Me temo que a estas alturas, un jarabe antitusivo no sea ya suficiente para aliviar el problema. La cuestión es que la fiebre no vaya más allá. Por el bien de todos.
Editorial de ayer del periodico digital www.vilaweb.cat. Autor Vicenç Partal.
Una monarquía es, sobre todo, espectáculo. Su papel -como ningún otro papel de la esfera pública- depende de las apariencias. Y es por eso que una monarquía siempre se rodea de aquella bomba que pretende distinguir el monarca de los ciudadanos. Si el monarca no aparece a los ojos de la gente como alguien diferente, y superior, la gente empieza a cuestionarse qué necesidad tiene. Y si la gente se empieza a preguntar por qué necesita un monarca, entonces el monarca está terminado. En el mundo, hoy, sólo quedan ya diecisiete monarcas, dieciocho si contamos el Papa, que es el único monarca electivo del mundo. La extinción de la institución monárquica parece a estas alturas sólo cuestión de tiempo. Especialmente si el monarca es polémico.
Felipe de Borbón recibió ayer la respuesta que merecía de la ciudadanía y las instituciones catalanas. Tuvo que entrar en el Palau de la Música sin pompa, casi de incógnito, con la policía ocupante de una manera brutal la Via Laietana y haciendo por manera de contener la protesta ruidosa de la ciudad. En las calles de alrededor, miles de ciudadanos resistieron los golpes y la violencia de los Mossos, así como la provocación de los monárquicos, para que el rey de España le quedara bien clara la animadversión que despierta el Principado. La ausencia de autoridades en la cena, y todavía de manera más multitudinaria en la recepción, el humilló ante los empresarios y emprendedores del Mobile. Ni presidente del Parlamento de Cataluña, ni alcaldesa de Barcelona, ni ningún representante de la Generalitat. Demasiadas explicaciones tuvo que dar. Sobre todo cuando el ruido de las protestas -himne de Riego incluido- llegaba en un Palau de la Música donde los cantantes también habían expresado la protesta por su presencia y habían pedido públicamente que no se lo dejasen acceder. A las nueve de la noche, un repique de cazuelas ensordecedor fue escuchado por los cientos de miles de asistentes al congreso de móviles, que habían sido recibidos con lazos amarillos y pancartas sólo tocar tierra en el aeropuerto. Entre unas cosas y otras, el Borbón recibió la respuesta que se merecía de un país digno que le ha demostrado que ni se arrodilla ni se rinde y que no olvida su repugnante llamada a la violencia del 3 de octubre, el discurso que es posible que le cueste esta corona que heredó de su padre, sucesor designado por Franco.
La monarquía es sobre todo espectáculo, pero ayer Felipe VI no pudo lucir en ningún momento. Al contrario. Afuera, en la calle, quedó claro que ya sólo podrá venir a Cataluña amparado en un despliegue enorme de violencia. Y dentro del Palau de la Música, se tuvo que preocuparse más por disimular las malas caras y el malestar que sentía por el ruido ambiente que por presentarse ante el mundo como el monarca democrático y moderno que quisiera hacer ver que es. El presidente del parlamento, Roger Torrent, llevó ante sí durante toda la cena el lazo amarillo y no lo aplaudió ni para salvar el protocolo. Y, políticamente, él y el gobierno de España recibieron una derrota y una humillación que hay que entender en el contexto correspondiente. Cuando el 20 de septiembre desataron el golpe de estado y cuando el 28 de octubre activaron el 155 poco se esperaban que el Principado resistiría y contraataque tanto.
Y ayer se hizo evidente que el movimiento republicano vuelve a subir, supera la estupefacción que le abrumó después de la rendición de la administración a raíz del 155, pero también se hizo evidente que España tiene un problema monumental. La última vez que Felipe se atrevió a venir fue a la manifestación contra los atentados, donde tuvo que escuchar cosas que no estaba acostumbrado a escuchar. Y ayer se volvió a encontrar con un recibimiento que no tiene nada que ver con la que él o cualquier monarca quisiera. Ni siquiera la provocación de una raquítica manifestación de monárquicos no le salvó la tarde. Aquella Cataluña autonómica y atemorizada que pensaban que, por el uso de la fuerza, la violencia, la cárcel o el exilio, sustituiría la Cataluña republicana simplemente no existe. Y en las próximas semanas, con la formación del gobierno, con la integración institucional del gobierno de la Generalitat con el de la República y con la movilización popular del 11 de marzo, las cosas parece que cambiarán aún más a favor y se abrirán nuevas oportunidades para rematar el trabajo que en octubre no se supo rematar como debía. De momento, sin embargo, ya puede volver a sonreír: Felipe de Borbón no olvidará fácilmente este domingo en Barcelona.
Publicado por: Sony | 02/27/2018 en 11:46 a.m.
Como aprte de este festival essspañol de ferviente patriotismo-patetismo se ha publicado un libro, a cualquier cosa llaman libro, que se titula
"175 razones por las que hasta un noruego preferiría ser español" o algo así, glosado como un resumen no exhausivo de las conquistas y logros de Essspaña.
Creo que en la embajada de Essspaña en Oslo hay enorme colas de noruegos pidiendo la nacionalidad essspañola.
Jua jua jua que ridículos son estos majaretas.
Publicado por: CAUSTICO | 02/27/2018 en 12:21 p.m.
Manifestación en Barcelona de súbditos de Tabarnia.
Se congregó una multitud de 8 personas una de las cuales exhibía un pedazo de navaja constitucionalista sin que nadie se lo impidiera.
Ridículo, de verguenza ajena...Esa imagen de Essspaña dejó ojopláticos a los extranjeros que fueron testigos.
Publicado por: CAUSTICO | 02/27/2018 en 12:23 p.m.
El presunto asesino de Susqueda cumplió 12 años por asesinar a su mujer rematando la cuando estaba en el suelo.
Para cada uno de los chavales de Altsasu que pegaron a un teniente de la gurdiacivil y le fastidiaron un tobillo les pide la jueza Lamela más de 60 años.
O sea para los jueces españoles la vida de una mujer vale la quinta parte que el tobillo de un picoleto.
Así es Essspaña,así son los españoles y así son sus jueces.
Toma castaña!!!
Publicado por: CAUSTICO | 02/27/2018 en 12:43 p.m.