
Susana Díaz aseguró salir muy contenta de la Moncloa, hace apenas tres meses, porque el entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy, se comprometió a impulsar un nuevo modelo de financiación autonómica y a estudiar una catarata de inversiones para Andalucía. Pero la alegría pronto se tornó en disgusto para la presidenta de la Junta de Andalucía, porque ni el prometido Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) se llegó a reunir para que el Gobierno del PP pusiera encima de la mesa su nuevo sistema de financiación, ni las cuantiosas inversiones posibles tuvieron finalmente encaje en los últimos presupuestos del ejecutivo de Rajoy. Díaz regresó ayer a la Moncloa para encontrarse por vez primera con Pedro Sánchez, su gran rival interno en el PSOE, ya como nuevo presidente del Gobierno. Pero ambos, conscientes de la expectación generada, se saludaron muy afectuosamente delante de las cámaras, antes de reunirse durante dos horas. Al término de la cita, Díaz dio por inaugurado "un nuevo tiempo" en la relación entre ambos gobiernos. "España no se puede gobernar de espaldas a Andalucía", aseguró. Reprochó así la actitud de Rajoy: "Más allá de las buenas palabras, resultados, ninguno". Y la contrapuso a la de Sánchez, al que agradeció su "sensibilidad y compromiso" con Andalucía.