Susana Díaz aseguró salir muy contenta de la Moncloa, hace apenas tres meses, porque el entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy, se comprometió a impulsar un nuevo modelo de financiación autonómica y a estudiar una catarata de inversiones para Andalucía. Pero la alegría pronto se tornó en disgusto para la presidenta de la Junta de Andalucía, porque ni el prometido Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) se llegó a reunir para que el Gobierno del PP pusiera encima de la mesa su nuevo sistema de financiación, ni las cuantiosas inversiones posibles tuvieron finalmente encaje en los últimos presupuestos del ejecutivo de Rajoy. Díaz regresó ayer a la Moncloa para encontrarse por vez primera con Pedro Sánchez, su gran rival interno en el PSOE, ya como nuevo presidente del Gobierno. Pero ambos, conscientes de la expectación generada, se saludaron muy afectuosamente delante de las cámaras, antes de reunirse durante dos horas. Al término de la cita, Díaz dio por inaugurado "un nuevo tiempo" en la relación entre ambos gobiernos. "España no se puede gobernar de espaldas a Andalucía", aseguró. Reprochó así la actitud de Rajoy: "Más allá de las buenas palabras, resultados, ninguno". Y la contrapuso a la de Sánchez, al que agradeció su "sensibilidad y compromiso" con Andalucía.
Sánchez ya advirtió, aún antes de ser investido como presidente del Gobierno, de que en lo que resta de legislatura tampoco podrá aprobar una nueva financiación autonómica. Pero Díaz aseguró que hubo un "cambio de posición" de Sánchez, ya que el CPFF del pasado jueves decidió crear un grupo de trabajo para sentar las bases del nuevo sistema. La presidenta reiteró que la reclamación "irrenunciable" de Andalucía asciende a 4.000 millones de euros adicionales, y que el nuevo sistema de financiación sigue siendo "una necesidad urgente". Pero aseguró que Sánchez asumió que esta comunidad está "infrafinanciada". Y Díaz justificó su satisfacción en que mientras se elabore dicho modelo de financiación, Sánchez le ofreció "oxígeno de manera inmediata" para Andalucía, que cifró en 500 millones de euros. Los desglosó en 350 millones por las dos décimas de objetivo de déficit que se podrían repartir todas las comunidades, y otros 150 millones por las empresas a cuenta. Además el presidente del Gobierno se comprometió a respetar la disposición adicional tercera del Estatuto andaluz, que se traduciría en inversiones en los presupuestos del 2019: un plan especial de empleo, la conexión de Algeciras en el corredor mediterráneo, apoyo a Navantia y la bahía de Cádiz… El problema es que el “oxígeno inmediato” para Andalucía quedaría muy mermado si el PP no aprueba los objetivos de estabilidad.
Cambien ustedes el nombre de Susana Díaz por el de Urkullu e imagínense el escandalazo que se hubiera organizado si el Lehendakari hubiera salido de la Moncloa diciendo que había logrado 500 millones para Euzkadi. Fue la que se organizó a cuenta de los Presupuesto. Pero hay gentes que tienen bula y Susana es una de ellas.
Tampoco es para echar cohetes que Sánchez te prometa algo.
Larga es la lista hasta el momento de cosas que no ha hecho porque no le dejan o porque este hombre es más falso que el título de Cifuentes.
Lo que no entiendo es si el gobierno español y la junta de Andalucía pueden soltar pasta a empresas.
Publicado por: CAUSTICO | 07/28/2018 en 07:30 a.m.
Con el PsoE el nacionalismo andaluz se ha reducido a una suerte de farsa estilo UPN. Si Blas Infante levantara la cabeza...
Publicado por: Señor Negro | 07/28/2018 en 11:33 a.m.