Jueves 23 de agosto de 2018
Nos hemos quedado con la copla de que quitándole 5 ceros a los bolívares chavistas se arregla la economía venezolana, pero el problema es que aún no se han tomado medidas antes del abastecimiento necesario.
Otros nos dicen que aunque algunas medidas sean correctas éste no es un plan interconectado y por tanto no es un programa de estabilización ni de reformas integrales como tal. Solo un parche.
Viendo las soluciones que plantea el Gobierno como el incremento del salario en un 3.000%, ello irá haciendo que el déficit fiscal se profundice. El incremento del IVA y de los impuestos no podrá cubrir ese déficit, ese abrupto aumento salarial, con el que arranca el plan de Maduro. Es una gran contradicción.
Tendremos una brecha aún mayor así como una mayor inflación, una mayor recesión y un mayor desabastecimiento, porque son medidas excluyentes que chocan entre sí, se contradicen y no atacan el problema macroeconómico. Ese incremento en un 3.000% no es viable para el 90% de las empresas ni tampoco para el Estado.
He ahí el problema principal. Las empresas que producen en bolívares no tienen la capacidad financiera para pagar un incremento de esa magnitud. Mientras el dólar no refleje su precio de mercado, nadie va a estar dispuesto a vender sus dólares.
El sector externo de la economía está a punto de un colapso. No hay dólares para entregar al aparato productivo. ¿De dónde van a salir los dólares si el Gobierno no los tiene y el Banco Central de Venezuela y los Bancos privados no quieren perder la mitad de su valor?.
Todo esto hará que disminuya el número de empresas ante la obligada reducción de nómina, cerrarán más comercios e industrias y en consecuencia habrá más desabastecimiento.
En este desastre de la economía venezolana creada por el chavismo la gente puede tener dinero y no tener nada que comprar, y lo que es peor, la moneda pierde todo su sentido y predomina la economía primitiva que es el trueque. Sacrificaremos calidad de vida pues el dinero no nos alcanzará. Ya no es solo el precio que pongan a la gasolina de tu carro, es que no puedes asegurarlo, ni cambiarle el aceite o la batería, ni hacerle el mantenimiento ni reponerle un caucho. Y lo mismo va a pasar con el transporte público, los camiones de carga y hasta el metro. Servicios y medicinas aún peor.
En las hiperinflaciones como la que está viviendo Venezuela gracias al chavismo, la gente o se va o se muere, y de esta manera se baja la demanda y comienza a descender la inflación.
Terrible pero cierto.
La espiral destructiva que se ha puesto en marcha en Venezuela es terrible y hiela el corazón. Cuando la gente deja de confiar en la moneda y en los mercados legales busca alternativas y ya nos podemos imaginar cuáles son. El mercado negro y las monedas extranjeras triunfan, así como el oro y la plata. La gente huye de los billetes. Todo eso aún agrava más la situación al empobrecer a aquéllos que sólo tienen acceso a los billetes y al retirar productos de los mercados legales. La confianza en el futuro se derrumba y ya solo queda la resignación estoica o cristiana. Es una tragedia que se ha vivido muchas veces durante la historia.
A la hora de buscar sus causas no se puede simplificar porque hay muchas: el boicot internacional, el gobierno corrupto e incompetente de Maduro, el declive de los mejores yacimientos petrolíferos venezolanos, la situación de precios bajos del petróleo en que estamos, etc. Cada uno tendrá su chivo expiatorio favorito y lo usará para la propaganda. Pero la verdad es que lo que pasa en Venezuela nos podría pasar aquí en Europa cualquier día, especialmente si seguimos forzando la máquina de un sistema económico que depende de recursos no renovables. Nuestras economías son frágiles y lo que hoy damos por hecho mañana lo podemos haber perdido.
Esperemos que en un mundo tan incierto sepamos encontrar compasión para los demás en vez de miedo y odio.
Publicado por: Señor Negro | 08/24/2018 en 06:55 p.m.