JUAN DE GARAY
Si deshojamos las páginas de la historia argentina, pronto hallaremos las huellas de este humilde vasco de corazón grande. Colonizador generoso, cuyo sueño no era nada más que "Abrir Puertas a la Tierra'', fundando ciudades aún en los parajes más abandonados y desiertos.
Así lo calificó Paul Groussac: "Era un roble pirenaico, de sano corazón y fibra generosa debajo de la áspera corteza. Las dotes de perspicacia y habilidad, unidas a la valentía que demostró en sus empresas, importó grabar el nombre de Garay en la piedra angular de la historia rioplatense, con caracteres tan hondos que nunca más se habrían de borrar. Tuviera o no el fundador la instintiva vislumbre del porvenir, su memoria estaba destinada a perpetuarse y crecer como su obra: "non omnis morietur".-
BRUNO MAURICIO DE ZABALA
Este es otro retoño de la estirpe vasca, otro entre tantos, que con una hoja do roble como emblema, cruzó el Océano para escribir sus glorias en tierras americanas. De él ha dicho Azarola: "El pedestal moral y político de su estatua es tan sólido como el bloque de mármol que le sustenta. -
La historia ha reconocido a este civilizador los perfiles admirables revelados por el monumento que Montevideo ostenta en su vieja plaza como mejor símbolo de su infancia y la expresión eterna de su reconocimiento".-
DOMINGO MARTÍNEZ DE IRALA
Fue uno de los más esforzados capitanes de don Pedro de Mendoza. Nacido en la vieja villa de Bergara (Guipúzcoa) llegó a América, con la humildad del caserío de Euskal - Erria. Así dice Fuentes Machain: "Llegó a estas tierras como todos los conquistadores de su tiempo, atraído por las consejas fabulosas que corrían en la Península, sobre tesoros sin cuento de imperios místicos, desde los descubrimientos de Méjico y el Perú.-
Pero pronto comprendió el error y vislumbró donde está la riqueza de estas provincias, y colgando la espada hizo empuñar el arado a sus compañeros, convirtiendo al soldado en colono".-
JUAN SEBASTIAN ELKANO
En esa pequeña aldea vasca de Guetaria, vio por primera vez la luz del sol este intrépido marino de rasgos euzkaros; es ahí, desafiando al bravo mar Cantábrico, donde se forma el espíritu de tenacidad de su estirpe, que más tarde le haría triunfar en la ruda empresa de la conquista de los mares vírgenes.-
Es con ese proceder de voluntad para sostener reveses, que caracteriza a la raza vasca, de la única manera que se explica la obra del héroe vasco, embarcado para dicha empresa con presidiarios y gentes de galera.-
Su pueblo es el mismo de entonces, y desafiando al mar, está allí, donde él lo dejó, rindiendo honor a quien lo cubrió de gloria.-
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