José Manuel Bujanda Arizmendi
Desde el alba de su vida, el ser humano marcha, lucha, conquista, progresa y trabaja, ríe, se ilusiona, sufre y llora. Pelea, vive y muere, convive con contradicciones, virtudes y defectos. Tiene la capacidad de conocer. Es capaz de tomar posición, enjuiciar lo pasado y lo presente, distinguir entre razón y sinrazón, libertad y tiranía, valor y cobardía, importancia y banalidad. El ser humano habla, se comunica, posee la palabra, la capacidad de lo esencial que es la percepción por el conjunto, de la experiencia del sentido y del sentido de la experiencia. Tiene memoria, lo recrea y lo transmite, es dueño de su silencio, de su quietud interior, de su viveza desprendida, de la profundidad de un compromiso, de lo indeleble de una imagen y de su propia confusión. El pasado está ya escrito, y podemos describirlo, pero ya no podemos cambiarlo, el futuro, en cambio, es el mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos e hijas, nietas y nietos, está por escribir, lo haremos entre todos y todas, es nuestro único patrimonio intacto y nuestra esperanza.