La historia de Gales y Euzkadi tiene muchos elementos en común, entre ellos la presencia en aquel país a principios del siglo XX de una comunidad llegada desde Bizkaia para trabajar en la industria del hierro y el acero
Son muchos los paralelismos que podemos encontrar entre Gales y Euzkadi. Ambas son dos naciones históricas que han estado integradas, desde mucho tiempo atrás, en estructuras imperiales más poderosas, pero que no por ello han perdido su identidad. Ambas poseen sus lenguas propias, minorizadas, pero que han resistido el empuje de idiomas con mayor presencia y número de hablantes. Cuentan ambas con una larga historia de reivindicación del autogobierno y, por ello, han alcanzado hoy en día niveles de autonomía en el seno de los Estados a los que pertenecen. Proyectan ambas, igualmente, una imagen extrañamente contradictoria hacia el exterior: al tiempo que nos evocan estampas rurales de verdes campos, han sido desde el siglo XIX dos regiones europeas en las que se hicieron evidentes la industrialización y la modernidad, al ser dos polos donde se desarrolló la industria del hierro y el acero. Y, más recientemente, también fueron ambas golpeadas por la crisis de la siderurgia, teniendo que enfrentarse a una reconversión y reinvención de su tejido económico.