El 3 de marzo, tras varios meses de huelga en demanda de unas condiciones dignas de trabajo, las comisiones representativas de trabajadores en las empresas en lucha habían convocado una jornada de paro general en Vitoria, una ciudad donde se había creado un movimiento asambleario que preocupaba al Gobierno, temeroso de que pudiera extenderse al conjunto del Estado español.
En la iglesia de San Francisco del barrio obrero de Zaramaga, miles de trabajadores y trabajadoras abarrotaron el templo en asamblea. En el exterior se congregaron muchas personas más y, en medio, se situó un centenar de agentes de la Policía armada.
Durante los sucesos del 3 de Marzo de 1976 en Vitoria, cinco trabajadores resultaron muertos a manos de la Policía tras una larga huelga. Begoña, una joven de clase media, vivirá en primera persona aquellos hechos que sacudieron “una ciudad donde nunca pasa nada”. En un conflicto cada vez más enconado, tanto ella como su familia tendrán que elegir de qué lado colocarse. Finalmente, tras la masacre, Begoña, la ciudad, y el conjunto del país, no serán nunca más los mismos.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=4&v=IUOltaTU4IQ
En 1976, estando muy reciente todavía la muerte de Franco, Vitoria era una tranquila capital de provincia. Una ciudad de “de curas y militares”. Pocos podían imaginar que, ese año, se iban a producir unos sucesos dramáticos, que cambiarían -de una vez y para siempre- la ciudad. Unos hechos que tuvieron también una importancia indudable en el devenir de la llamada transición española, especialmente en el País Vasco.
José Luis, periodista en una radio local, y acostumbrado a la rutina aburrida de la información en una pequeña ciudad, tampoco podía prever lo que se avecinaba. Sin embargo, los acontecimientos le envolverán en una situación que le afectará más de cerca de lo que hubiera podido imaginarse. Tan de cerca, que será su propia hija, Begoña, una de las protagonistas (y víctima) de aquellos días de marzo.
La ciudad estaba cambiando, miles de trabajadores planteaban mejoras salariales, pero también cambios sociales y políticos. Frente a ellos, una patronal y unas autoridades que no estaban dispuestos a permitirlos y que estaban dispuestos a todo. A todo.
Así las cosas, el conflicto estaba servido. También en una familia de clase media como la de José Luis se reproducirá un conflicto que terminará afectando a todos sus miembros. Begoña, la protagonista de esta historia -igual que tanta gente joven de aquella generación- crecerá como persona de forma paralela a su toma de conciencia social.
José Luis y Ana -su mujer y madre de Begoña- tampoco podrán permanecer al margen de una situación enconada, que acabará afectando a todos y cada uno de los habitantes de la ciudad, y deberán decidir de qué lado están.
El trágico resultado es conocido: el asesinato de cinco trabajadores a manos de la policía en el día 3 de Marzo. Un día que ha quedado grabado para siempre en la memoria colectiva de una ciudad que desde entonces no fue ya la misma.
SINOPSIS
https://www.youtube.com/watch?v=wZIurkLo2P0
Ya tenemos dos camiones de munición, ¿eh? O sea que a actuar a mansalva, y a limpiar, nosotros que tenemos las armas; a mansalva y sin duelo de ninguna clase”.
“Hemos contribuido a la paliza más grande de la historia. Cambio».
“Por cierto aquí ha habido una masacre. Cambio”. “Oye, pero de verdad una masacre»
https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=i2DEadZ-d_I
Ahñia va la mar. En el "relato" de Aramburu,
o sea en PATRIA, no se habla de estos cinco asesinados.
Va a ser que esa parte del relato no la conocía el vendedor de best sellers y poeta en sus ratos libres.
Publicado por: CAUSTICO | 04/27/2019 en 04:15 p.m.
En Madrid existe un sindicato policial llamado CEP.
Su recién elegido secretario general, cuando fue nombrado saludó brazo en alto lanzando consignas franquistas.
Es un forofo de las redes sociales como FACEBOOK, donde no le censuran sus atrocidades.
Ejemplos:
1.-FRANCO SIGUE GANANDO A LOS ROJOS DESPUES DE MUERTO.
2.-HIJAS DE PUTA FEMINAZIS
3.-PLANCHABRAGAS ( por los hombres que son feministas)
Además está acusado de violencia de género.
Esto lo cuenta PUBLICO.
El resto de la prensa rojigualda lo ignora.
Así es España, así nos lo han contado.
Publicado por: CAUSTICO | 04/27/2019 en 04:34 p.m.
Ver "Albert Rivera espídico tras el Debate Definitivo" en YouTube
https://youtu.be/rQiSfDlssSI
Publicado por: Sony | 04/28/2019 en 12:38 a.m.
Covite no recurre ante el Supremo la sentencia de Alsasua por "motivos técnicos". Noticias de Navarra
https://www.noticiasdenavarra.com/2019/04/26/sociedad/navarra/covite-no-recurre-ante-el-ts-la-sentencia-de-alsasua-por-motivos-tecnicos
Publicado por: Sony | 04/28/2019 en 01:19 a.m.
Reflexionando sobre la obra de Steve Bannon y sus consecuencias.
La estrategia global de Steve Bannon para reforzar la llegada al poder de personajes como Trump, Salvini, Orbán o Bolsonaro se sujeta en la hábil manipulación y el aprovechamiento del desafecto por una mala situación económica. Éste último ingrediente es el que pudiera agriar el cóctel-Bannon.
https://www.elsaltodiario.com/opinion/elecciones-generales-steve-bannon-consecuencias-trump-bolsonaro-vox
El 8 de noviembre de 2016 tuvieron lugar las 58 Elecciones Presidenciales de los Estados Unidos que enfrentaban a Hillary Clinton (Partido Demócrata) y Donald Trump (Partido Republicano). El día anterior acudí al último acto de campaña de los demócratas en todo el país, fue en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, en Raleigh. Quince importantes votos electorales (sistema electoral norteamericano) se jugaban en este ‘swing state’ (uno de los once estados claves en estos comicios que podían bailar los resultados hacia uno u otro candidato, como así ocurrió).
Quedé impresionado por el nivel de movilización de los demócratas, miles de personas, un público muy heterogéneo, muchísima gente joven haciendo largas colas para entrar al recinto donde recién llegados de Philadelphia, iban a ofrecer su ‘último show’ la familia Clinton al completo, Bon Jovi y Lady Gaga (quizás muchos de los que entendieron aquello como un concierto-espectáculo, luego no votaron o directamente votaron a Trump). Me acompañó un profesor norteamericano de aquella Universidad que más en serio que en broma me anunció que si ganaba Trump se marcharía a hacer una larga estancia a una universidad canadiense. A muy pocos metros de allí, en la sede del Partido Republicano escondían, literalmente, a su candidato que hizo buena parte de su campaña al margen del aparato de su partido, de los medios y herramientas tradicionales de la comunicación política. La mañana del 8 de noviembre de 2016 pude visitar la sede del Partido Demócrata de Carolina del Norte donde activamente se trabajaba hasta el último segundo en la petición del voto por varias vías (eso de la jornada de reflexión es una entelequia).
Me entrevisté con varias personas, entre otras la presidenta del Partido Demócrata de Carolina del Norte, quien tuvo a bien mostrarme los últimos sondeos que manejaban en las horas previas y que les daban vencedores en este estado y en el conjunto del país. A últimas horas de la tarde de ese 8 de noviembre, el NCDP preparó su fiesta electoral en un céntrico hotel de la ciudad. Ocho años antes tuve la oportunidad de vivir en directo y en el mismo lugar la explosión de júbilo que supuso la llegada al poder de Obama; en esta ocasión, como saben bien, el desenlace fue bien distinto.
Hillary Clinton ganó las elecciones con un 48,18% de los votos frente al 46,09% de Trump. Los casi tres millones de votos ‘reales’ que sacó la candidata demócrata al candidato republicano se tradujeron en 227 populares por los 304 del republicano que le llevaron a la Casa Blanca. El ideólogo de todo este proceso, Steve Bannon había cumplido su primer objetivo y a partir de ahí se puso en marcha la maquinaria para llevar el populismo neofascista a gobiernos latinoamericanos y consolidarlo y ampliarlo en la vieja Europa.
Volviendo al ‘funeral’ demócrata en aquel hotel en aquella noche de Raleigh, me preguntaban algunos colegas por el caso español como ejemplo de país sin ese populismo neofascista y yo explicaba que era falsa esa percepción que nosotros teníamos una formación política que históricamente había atrapado ese voto, el Partido Popular. La excepción europea siempre dije que la teníamos cerca, en Portugal, y así sigue siendo. También me tomé en serio lo de poder asociar al ‘trumpismo’ la etiqueta neofascista y para ello me entrevisté con algunos prestigiosos académico norteamericanos que confirmaban empíricamente la relación de términos. Tomaba actualidad el discurso del alemán Thomas Mann, exiliado del nazismo cuando en el Claremont College, de Los Ángeles, en 1940, dijo aquello de: “Déjenme decirles la verdad, si alguna vez el fascismo llega a Estados Unidos, lo hará en nombre de la libertad”.
Este domingo 28 de abril sabremos si el comportamiento electoral de los españoles sirve como freno a la estrategia de expansión de la internacional neofascista de Trump en Europa
El noviembre pasado, los americanos tuvieron las mid-term, las elecciones de medio mandato, un contrapeso de poder que le supuso a Trump la pérdida del control de la Cámara de Representantes (nuestro Congreso) y de muchos gobernadores (nuestros presidentes autonómicos). Mucha gente arrepentida dio marcha atrás y cambio el sentido de su voto. Muchos votantes de Trump entendieron que el populismo neofascista no era buena ni para los Estados Unidos, ni para el conjunto de la comunidad internacional.
Una socialdemocracia clásica y avanzada como Finlandia aguantó por los pelos, hace bien poco, el envite Bannon. Siguiente parada España. Este domingo 28 de abril sabremos si el comportamiento electoral de los españoles sirve como freno a la estrategia de expansión de la internacional neofascista de Trump en Europa o nos unimos a la tendencia consolidada en Italia, Polonia, Hungría, República Checa, Reino Unido (Brexit), etc. Y todo ello con las vistas puestas en una nueva e importante cita electoral, como son las Elecciones al Parlamento Europeo que se verán influenciadas, irremediablemente, por el sentido del voto que predomine este domingo.
La España hastiada de papanatas y paparruchas debe votar. La España hastiada de histrionismo y teatralidad exagerada. La España hastiada de tensión y confrontación, esa España el 28 de Abril y el 26 de mayo debe acudir a las urnas masivamente.
El momento económico de España no es malo, y no parece muy probable que los partidos nacional-católicos sean capaces de pescar en caladeros de clases trabajadoras como ocurrió en Estados Unidos o en Brasil
La estrategia global de Steve Bannon para reforzar la llegada al poder de personajes como Trump, Salvini, Orbán o Bolsonaro o para conseguir que triunfara el relato discursivo de Nigel Farage en el Brexit, se sujeta en la hábil manipulación de personas simples y crédulas, demasiado cándidas y fáciles de engañar (papanatas), a partir del estratégico manejo de las noticias falsas y desatinadas que se esparcen entre el vulgo (paparruchas). El cóctel de paparruchas para conseguir el voto de papanatas se sustenta en buenas dosis de populismo asociado a nacionalismo, religiosidad y aprovechamiento del desafecto por una mala situación económica. Éste último ingrediente es el que pudiera agriar el cóctel-Bannon porque el momento económico de España no es malo, y no parece muy probable que los partidos nacional-católicos sean capaces de pescar en grandes caladeros de votos de clases trabajadoras, tal y como ocurrió en Estados Unidos o en Brasil, más recientemente.
Más bien al contrario, las elecciones andaluzas vinieron a demostrar que el voto de la ultra derecha y de la derecha ultra sigue siendo un voto muy ‘señorito’ en Andalucía. España es un país muy clasista, y las tesis de Bannon sobre la desideologización y el fin de las clases sociales asociadas a unas determinadas ideologías pueden picar en piedra.
Publicado por: Sony | 04/28/2019 en 01:23 a.m.
España: estás en problemas.
Por DIEGO FONSECA 24 de abril de 2019
https://www.nytimes.com/es/2019/04/24/espana-elecciones-28-abril/
La intervención de Pedro Sánchez durante el debate presidencial del 22 de abril es transmitida en vivo en un local que despliega banderas de España. Credit Susana Vera/Reuters
MADRID — El lunes 29 de abril, un día después de las elecciones en España, Europa amanecerá con una arruga más en la frente: en la cuña que los separa de África habrá un nuevo mandatario que no parece estar a la altura de las circunstancias. O tal vez sea peor: un conjunto de partidos políticos dirigido por un trío de jovenzuelos inmaduros incapaces de demostrar, en dos debates consecutivos, que pueden discutir sobre el futuro de 47 millones de personas sin embarcarse en una pelea de patio escolar.
Los dos debates, realizados el lunes 22 y martes 23 de abril, tienen el severo inconveniente de que de ahí saldrá el próximo presidente de España. En ambos se mostró que el socialista Pedro Sánchez, y actual presidente del Gobierno español, y los candidatos de la derecha Pablo Casado y Albert Rivera pierden fácilmente los estribos a la menor provocación y viven más predispuestos a la discusión absurda —ataques de cizaña menor, agravios, insultos de baja estofa, interrupciones de maleducados— que a demostrar que son políticos maduros capaces de hacerse cargo de la nación. Quien sea electo llevará por un tiempo la marca de ese ridículo grabada.
Esto representa un problema porque tan pronto se elija al presidente, debe acabarse el espectáculo y empezar la política. Los líderes de los principales partidos tienen que demostrar que son más que sus personajes en los debates. La mesura y una cabeza bien amueblada son capitales para tiempos inciertos. Especialmente cuando España enfrenta desafíos tan importantes como la irrupción de la extrema derecha de Vox, una economía que necesita estabilizarse y conflictos nacionalistas.
EXPLORA NYTIMES.COM/ES
Los Cabos, un destino generoso y aventurero
Por ahora, el show electoral fagocitó a la política. Sánchez debía hacer un papel presidencial: evitar el toreo y aprovecharse de que es el único con resultados para mostrar. En cambio, mordió demasiadas veces las provocaciones de Rivera. Con Sánchez uno descubre cómo al miedo escénico lo sucede el vacío de una pose presidencial. A Rivera, el ritmo eléctrico de su verborrea y su vodevil de chirimbolos —recortes de periódico, pergaminos, libritos— le arruina cualquier propuesta. La sonrisa de actor juvenil de Casado no alcanza a desviar la atención de la losa mortuoria del Partido Popular (PP) que lleva en la espalda. Solo Pablo Iglesias, el antiguo bolivariano de Unidas Podemos, salió indemne del barro.
El espectáculo de los debates fue vergonzoso porque no había mejor oportunidad para explicar propuestas cuando a tres días de la votación todavía hay un 30 por ciento de españoles indecisos, una cantidad suficiente para acabar con cualquier pronóstico razonable. Los debates eran el momento de exponer planes sobre empleo, salud, educación, género, seguridad, migración, pensiones; el momento de presentar el futuro a modelar. Pero ambos encuentros quedarán como un nuevo caso de estudio de todo lo que no debes hacer para ganar una elección reñida.
A todo se lo llevó el río de hipérboles y sarcasmo hueco. Cada vez que alguien introdujo una propuesta, otro se encargaba de echarle encima un balde con basuras. Las ideas se extraviaban entre interrupciones de niñatos. La discusión seria fue barranca abajo a poco de iniciar los intercambios.
Poco se habló de educación. Rivera, Casado y Sánchez —¡una triada de señores!— sonaron grotescos hablando de feminismo y todos resbalaron cuando debieron improvisar su propuesta para la cultura. Cataluña, el más sensible de los temas, fue un incendio, no un intercambio de pareceres. ¿Y Europa, que celebra elecciones parlamentarias en un mes? Ni una palabra. En la España de los tres tenores no existe.
Todo esto es grave porque las circunstancias de España, además, no son las mejores. El conflicto independentista ha acabado donde no debía, en un juicio contra el procés que, si envía a algún líder a prisión, creará mártires útiles al catalanismo. El país no acaba de salir de la crisis de 2008, con un desempleo por encima de la media europea, miles de trabajos precarios, salarios deprimidos y costos de vida crecientes para una sociedad de clase media acostumbrada a pensar que sus hijos vivirán mejor que ellos.
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Los candidatos a la presidencia del Gobierno de España durante el debate del 23 de abril (de izquierda a derecha): Pablo Casado, líder del PP; Pablo Iglesias, de Unidas Podemos; Pedro Sánchez, presidente de España y líder del PSOE, y Albert Rivera, de Ciudadanos Credit Juanjo Martín/EPA vía Shutterstock
La crisis de los partidos hace aun más ominoso el escenario. Después de creer por demasiado tiempo que el PP bastaba para contener a la derecha, los votantes más exasperados han encontrado en Vox la oportunidad de dar una lección a las viejas fuerzas políticas tirando del nacionalismo ultra. La nueva derecha es hija de lo más viejo y rancio de España: el jamás juzgado franquismo.
Vox no participó de los debates pero proyectó una sombra ominosa. Mientras otros candidatos peleaban en vivo, Santiago Abascal llenaba la plaza de toros de Las Rozas con su discurso simplón y efectista de la España única, unida bajo la bandera y su rey. Visto el papelón juvenil de Casado y Rivera en los debates, Abascal debe estar optimista: Vox propone una identidad en medio de tanto cambio, tosca y de garrote, pero clara. La representación de un proyecto autoritario en el parlamento nacional echará sal a los conflictos de la democracia española.
En más de una ocasión me pregunté si, ante el espectáculo decadente que daban Casado, Rivera y Sánchez, no habría una miríada de votos del PP, Ciudadanos y el PSOE dispuestos a dar una lección antisistema al apoyar a Vox y Unidas Podemos como un correctivo para la clase política. De hecho, no deja de ser revelador que el único candidato que cumplió el rol del político maduro fuera el rebelde de coleta que asusta al establishment. Iglesias fue el adulto en la sala. Es un signo preocupante que el candidato con menos posibilidades de ocupar la Moncloa sea quien pareció mejor preparado.
Si uno se guía por las actuaciones de los candidatos, el futuro de España con este recambio político proyecta desasosiego: un país insular sin política exterior, provinciano y fronterizo, sin ideas ni liderazgos para resolver las crisis que la atraviesan, con la ultraderecha despierta y Cataluña expectante.
España no se resolverá con el show patético de acusaciones sino cuando todos sus partidos acepten que la fragmentación y la diversidad son inherentes a una nación hecha de múltiples naciones. Esa fragmentación ya llevó al país a vivir casi un año sin gobierno en 2015 y no se irá. A diferencia de lo que ocurrió en los debates, España solo resolverá a España con la negociación y al diálogo permanentes.
De otro modo, Europa, tienes otro problema.
Diego Fonseca es un escritor argentino que vive entre Phoenix y Barcelona. Es autor de “Hamsters”. Recientemente coeditó el libro "Perdimos. ¿Quién gana la Copa América de la corrupción?".
Publicado por: Sony | 04/28/2019 en 01:32 a.m.
Aznar, considerado uno de los cinco peores ex presidentes del mundo - Diario16
https://diario16.com/aznar-considerado-uno-de-los-cinco-peores-ex-presidentes-del-mundo/
Publicado por: Sony | 04/28/2019 en 01:06 p.m.