El búnker de Europa: guía práctica para entender una cumbre de la UE
- El diccionario de la Real Academia Española acepta tres definiciones para "búnker". El vocablo, de origen alemán, puede referirse a un "fortín"; a un "refugio, por lo general subterráneo, para protegerse de bombardeos"; o a un "grupo resistente a cualquier cambio político". Cualquiera de esas descripciones puede asimilarse, sin demasiadas acrobacias cognitivas, a la sala en la que periódicamente se reúnen los líderes de la Unión Europea (UE) en lo que formalmente se denomina Consejo Europeo, y cuyo actual presidente -y moderador- es el ex primer ministro de Polonia Donald Tusk. Para evitar confusiones recurrentes, conviene primero diferenciar entre el Consejo de la UE (reunión de ministros de una cartera de los 28 Estados miembros), Consejo Europeo (reunión de líderes de la UE) y Consejo de Europa (organización internacional con sede en la localidad francesa de Estrasburgo en la que participan 47 Estados y que se dedica a fomentar el Estado de derecho). El Consejo Europeo en cuestión se convoca en Bruselas al menos cuatro veces al año, aunque son frecuentes las reuniones extraordinarias, a las que se suelen sumar otras dos cumbres informales, una por semestre en el país que en ese momento ejerza la presidencia rotatoria del Consejo, que actualmente le corresponde a Rumanía y, desde el 1 de julio, a Finlandia. En total, unas 8 cumbres de media al año con un impacto presupuestario de unos 900.000 euros por cita para el Consejo, que reúne en cada cita a unas 6.000 personas (2.000 funcionarios del Consejo, 1.500 periodistas, 600 asistentes de las delegaciones de los Estados miembros, 1.000 empleados de seguridad, equipo médico, cocinas y conductores, más efectivos de la policía belga).