Este artículo de Arzalluz es antológico por su crítica de los pijoprogres, aquella gente convencida de que la globalización es imparable y de que los nacionalismos ya no son importantes. Es una actitud que la hemos sufrido mucho en Cataluña estos últimos años principalmente en el mundo del Psc y de Podemos. Nos dicen que la soberanía ya no es importante en el mundo globalizado mientras ellos no cederían ni un palmo de la soberanía de su querido estado español.
A mí los pijoprogres del PSOE me recuerdan aquellos incautos europeos de la Belle Époque que creyeron que la globalización había llegado para quedarse. Europeos ricos que gozando de la Pax Britannica veían como todo el mundo estaba a su alcance. Keynes describió muy bien este mundo en su famoso libro LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LA PAZ. Él nos explicaba como en los mercados de Londres podías encontrar productos de todo el mundo y como viajar de una punta a otra de Europa era fácil. Había libre circulación de mercancías y de personas.
Sentimientos parecidos expresó Stephan Zweig en su libro EL MUNDO DE AYER. Pero llegó 1914 y la Belle Époque terminó con una explosión de nacionalismos. Evidentemente los causantes de aquella tragedia no fuimos ni los nacionalistas catalanes ni los nacionalistas vascos. Nacionalistas alemanes, rusos y franceses jugaron los papeles principales para crear aquella carnicería. Y a los pijos europeos se les hundió el mundo. Podríamos decir que entre 1914 y 1945 la globalización se paró o hizo marcha atrás. Fue necesaria la Pax Americana para que la globalización volviera a avanzar. Hoy en día volvemos a oír voces que nos dicen que la globalización es imparable, especialmente desde el mundillo neoliberal. Nos dicen que los nacionalistas somos una reliquia del siglo XIX y que las fronteras ya no tienen sentido. Es casi como si creyeran en una visión teleológica de la historia por la cual los humanos estamos condenados a vivir en una civilización mundial. Y de momento aquí en Europa gozamos de la globalización: podemos comprar productos de todo el mundo y viajar a países lejanos.
Pero igual que la Belle Époque terminó en los Balcanes la 2a Globalización podría terminar en Oriente Medio. Que aquello es un avispero al que todas las grandes potencias quieren controlar. Y de momento Trump ya ha estado a punto de liarla con Irán...
Nombre del comentarista: Señor Negro
Estupendo en el fondo y en la forma. Es un fenómeno el Señor Negro.
Me declaro a mucha honra aldeano vasco, entendiendo por aldeano a quien es fiel a sus orígenes, respeta a los demás pero exige reciprocidad ,intenta que no le tomen por tonto los pijoprogres, españoles por ejemplo, aprovecha lo bueno del progreso en todos los órdenes pero desprecia lo que quiere venderse como tal y es puro retroceso.
La globalización es el reparto de la miseria para beneficio de unos cuantos ante la mirada embobada de una sociedad tecnológicamente lerda y el descoj.. generalizado de los que mandan de verdad.
Publicado por: CAUSTICO | 08/30/2019 en 04:47 p.m.
Eskerrik asko CAUSTICO.
Es muy recomendable leer LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LA PAZ de Keynes. Es un libro muy evocador sobre el estado miserable en el que quedó Europa Central después de la 1a Guerra Mundial. En él los protagonistas del Tratado de Versalles, Lloyd George & Company, no salen muy bien parados.
Publicado por: Señor Negro | 08/31/2019 en 12:16 a.m.
Le tenía a Keynes poco aprecio, pero seguiré su consejo Señor Negro.
Compraré el libro en una librería y no en AMAZON.
Los libros en las librerías, como los churros en las churrerías.
Publicado por: CAUSTICO | 08/31/2019 en 01:13 p.m.