«¿Quién era Antoine D'Abbadie?. El gran mecenas de la cultura vasca del siglo XIX». El escritor Patrie Urkizu define con estas palabras al conocido científico y explorador euskaldun, que fue homenajeado por la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza y la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia en un Congreso Internacional que recordó en la localidad francesa de Hendaya el centenario de su muerte.
«Dar a conocer su obra» es el único objetivo e interés del encuentro que reunirá a cuarenta expertos, historiadores y profesores universitarios, explicó su responsable y promotor, Urkizu. «Antoine s'Abbadie introdujo en el País Vasco a Luis Luciano Bona-parte, pero su principal aportación a la cultura vasca es que creó y auspició las jornadas culturales, que hicieron posible la recuperación del folklore en el pasado siglo», indicó el catedrático y doctor de filología vasca.
En su opinión, con el Congreso Internacional Antoine D'Abbadie 1897 — 1997, se pretende examinar la aportación del ilustre aventurero en campos tan dispares como la astronomía, la historia, la lengua y la arquitectura, además de abrir por primera vez al público el nuevo edificio de Congresos de la ciudad, Sokoburu.
Euskaltzaindia y Eusko Ikaskuntza han aprovechado los cien años de su muerte para presentar los libros Pensees, études et voyages de 1835 (Pensamientos, estudios y viajes de 1835), Antoine D'Abbadie. Varia Etnográfica, geodésica, lingüistica et'literaria (Colección de textos etnográficos, geodésicos, lingüísticos y literarios) y Antón Abbadiaren Koplarien guduak (1851-1897) (Colección de bertsos).
Las publicaciones salen a la luz gracias al trabajo del propio Patri Urkizu, que ha recopilado en Pensamientos, estudios y viajes de 1835 la vida de D'Abbadie, desde su nacimiento en Dublín, hasta su muerte en París. «Cuando murió su padre, viaja en busca de sus raíces. Recorre las tierras donde él vivió. Para conocer la obra de su progenitor no paró de viajar. En 170 páginas resumo sus cuadernos inéditos e incluyo sus múltiples dibujos de iglesias, catedrales, ruinas y barcos. Era también un gran dibujante», recordó Urkizu.
La segunda obra contiene «cincuenta trabajos de los más de doscientos que he conseguido catalogar. Con imágenes de la época he intentado ilustrar sus artículos de etnografía o astronomía. La segunda parte está escrita por mí. He prolongado su labor lingüista y literaria, además de introducir 22 cartas inéditas», detalló.
Abbadiaren koplarien guduak 1851-1897, íntegro en euskera, muestra 400 poemas de los concursos de poesía celebrados en Iparralde, reúne no sólo los versos de quienes ganaban sino también de quienes participaban.
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