No se nos ha ido. No es de los hombres que se van. Ha hecho historia en nuestro pueblo. Ha dejado una huella tan profunda en nosotros con su vida que su falta en verdad, crea un vacío, pero un vacío que ha de ser suplido con creces, por el ejemplo que todos debemos advertir.
VOLUNTAD Y CORAJE: con los que ha logrado sacrificar todos los minutos de su vida, sin disponer de tiempo para formar una familia ó afianzar una posición económica; estar siempre presente, por encima de comodidades y en muchas oportunidades de su propia vida; enfrentarse con todo tipo de situaciones de inmediato, por entero, sin pararse en solicitar ayuda.
RESPONSABILIDAD Y HONESTIDAD, que lo han llevado a ocupar cargos de liderazgo en el Partido Nacionalista en momentos de guerra; o clandestinidad, en los que el único aplauso recibido podía ser el de su conciencia por el deber cumplido y la única gloria perder la vida; que lo han mantenido durante los últimos 30 años al frente de la lucha de resistencia en el interior, teniendo que adaptarse a la vida política abierta del Partido sin perder el timón y marcando muchas veces pasos de responsable impopularidad en estos momentos de fácil demagogia; que lo colocaron, en estos nuevos balbuceos democráticos, frente a los micrófonos del mitin y la arenga y supo dejar paso a los que estimó cumplían esta misión; que le impusieron ponerse al frente de una nueva y difícil negociación con Madrid, supliendo con su hábil e incómoda dialéctica, el dominio a fondo del aspecto legal, pero sabiendo paso a paso, "colegiar" sus intervenciones conforme cobraba experiencia nuestro equipo jurídico.
Mi primer contacto con Ajuriagerra se remonta a los años de su estancia en Pamplona. Hacía poco tiempo habíamos regresado del exilio en Euzkadi Norte donde me tocó nacer. Mi padre ya estaba en América. Yo tenía pocos años, pero aquellas reuniones clandestinas de posguerra, dramáticas, sibilantes, dejaron en mí un recuerdo imborrable de conspiración, de intriga, de participación en algo que me hacía sentirme importante. Años más tarde me recordaba el propio Juan el uso que hicieron de mi persona como "salvoconducto de la inocencia" en aquellos dramáticos contubernios.
A partir de la llegada a Venezuela del infatigable Jokin Inza y la formación del grupo EGI-Caracas, se hizo más estrecho el contacto con la Resistencia del interior. Radio Euzkadi, Gudari, la hacienda. Nuestros viajes a Euzkadi se repetían con mayor frecuencia. Nuestro contacto era otro gran ausente Joseba Rezola, Roque, Jon de Igeldo y el propio Juan. ¡Cuántas veces hemos visto su sonrisa condescendiente, su ladeo de cabeza y su consabido "pero.."! ¡Cuántas veces nos ha marcado con su indiscutible firmeza las líneas a seguir! ¡Y qué gran respeto hacia sentir, sobre todo en aquellos momentos, aquel hombre, el de Santoña, que insistía en jugar con su vida, inmutable, frente a la feroz maquinaria franquista, por mantener la llama viva de Euzkadi
Pasó 15 días en Iratxe. Recibió infinidad de visitas llenas de cariño y respeto hacia aquel hombre que se iba. En todo momento estuvieron presentes sus dos hermanas con total dedicación, con una milagrosa interpretación de sus mínimos gestos. Tres visitas médicas diarias. Todos los días recibía del buen "Siti", de la Junta Municipal de Estella, una taza de caldo caliente y el periódico,
Tuve el honor de estar presente en sus últimos momentos. Le acompañó siempre la misma entereza de ánimo que es el reflejo de su vida. Haberlo conocido y despedido en Navarra crea para mí, un lazo más de unión con la tierra vasca, en estos momentos de eterno cuestionamiento. No había hecho testamento. En un claro exponente de la dejación en que tenía sus bienes personales. A la llegada del Notario, por indicación de la familia, quedamos con él Zubiri y yo. No siendo necesaria mi presencia solicité a Zubiri el retirarme. Han sido compañeros durante toda su vida. Una vez redactado, en un gesto simbólico. Juan solicitó como testigos a dos chicas de Iratxe, pueblo donde ofrecía su vida. Los últimos sacramentos los recibió de un sacerdote navarro, euskeldun, capellán de gudaris.
Lo amortajaron entre Josune Zubiri y J.M. Gerendiain. Fue trasladado al coche que lo llevaría a su Bizkaia, por cuatro jóvenes navarros de la Junta Municipal. Una columna de coches formada por ertzañas de Bizkaia y los muchos navarros presentes, lo acompañamos hasta la muga de Alaba desde donde continuaron los alaveses que esperaban.
Juan, goian bego! Nos dejas un vacío que con tu ejemplo lograremos cubrir.
Pello Irujo Elizalde
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