Nació en 1897, el 13 de agosto, y aunque cuenta con treinta y dos apellidos vascos, paradójicamente nació en Cáceres "porque mi padre tenía una empresa de construcción y estaba trabajando en unas obras allí. Fue una casualidad ya que siempre hemos vivido en Bilbao". A pesar de los achaques de la edad, conserva Casiano Guerrica-Echevarría en sus gestos, e incluso en la manera de hablar, las dotes de mando de los militares, como en sus tiempos de capitán de los Miñones.
En un principio pensaba estudiar ingeniero, y un compañero suyo de estudios, Antxustegui le incitó a presentarse en la Academia de Artillería de Segovia, donde es muy importante la siderurgia, rama a la que se quería dedicar. "Nos presentamos 1.800 para cuarenta plazas, e ingresé con el número cinco. Era el año 15. Salí con el grado de oficial e ingeniero en 1920 con el número 3 de la promoción. Enseguida fui destinado a Pamplona y luego "a San Sebastián".
En 1921 fue trasladado a África, donde vivió el desastre de Melilla en la columna del general Sanjurjo en la que también estaba Franco. En 1922 fue destinado al grupo de instrucción y en 1,923 pasó al Parque de Bilbao. "Pero otra vez me mandaron a África y allí pasé toda la retirada de Sanjurjo, defendiendo Tetuán, donde organicé las baterías y el desembarco de Alhucemas".
Lo mandaron forzoso como profesor de la Academia de Artillería, donde sirvió durante un período de tres años. "Algunos de mis alumnos son ahora tenientes generales, e incluso han dado clase ellos a Gutiérrez Mellado". Primo de Rivera le echó del cuerpo "sin ninguna explicación, y es que a mí las dictaduras no me han salido bien".
En 1930 fue admitido otra vez y destinado a Cataluña, pero rápidamente lo trasladaron a San Sebastián. Durante la República, Ramón Madariaga "que era diputado y uno de los verdaderos artífices del Estatuto, una excelente persona, me propuso ir a Miñones y así lo hice. En 1932 los Miñones estaban divididos en tres secciones: Encartaciones, que es la zona que mandaba yo. Duranguesado y Gernika".
Cuando estalló la guerra fue integrado en la Comisión de Movilización e Industria "es decir: la reorganización de las industrias para convertirlas en fábricas de armamento". El Gobernador le nombró Jefe de Industria y Servicios de la Artillería, "y acepté con la condición de no separarme de los miñones. Con el socialista Paulino Sanz, una buena persona, estuve en la Comisión de Defensa".
"No he sido nunca político. Como militar no tenía por qué estar en ninguna tendencia, ni leíamos prácticamente los periódicos políticos. Personalmente me podía encontrar, y me encuentro, como social-cristiano".
Casiano Guerrica-Echevarría jugó a fútbol en el Athletic cuando tenía 16 años, y practicaba lucha grecorromana en el Deportivo. "En esas fechas conocí al que luego fuera presidente del Gobierno vasco, José Antonio Aguirre. Un hombre que no sólo hablaba, sino que predicaba con el ejemplo. Cuando le nombraron presidente yo estaba con gripe y no pude asistir a la sesión de investidura. Aguirre preguntó por mí y cuando le dijeron que estaba enfermo me mandó una carta que me llegó a la noche, diciéndome que me recuperara pronto, ya que me quería a su lado, y encargándome de todos los servicios de municionamiento y armamento. Me dijeron para ser general de División, pero yo sólo quería ser miñón".
Cuando acabó la guerra me marché a Francia, a Cambó-Le Bains, donde estuve colaborando con la Resistencia. "Antes de eso hubo un hecho que levantó polémica: recibí la orden de destruir la industria, pero lo que hice fue desorganizar los servicios. Lo hice por una razón clara. Hay un dicho: si quieres herir de muerte a una nación, destrúyele las fábricas, y yo no quería eso para mi pueblo".
Durante la II guerra mundial. Casiano Guerrica-Echevarria trabajó, dado sus conocimientos, como ingeniero en el arsenal de Tarbes. Al terminar esta guerra, y como la División Azul había sido beligerante, Franco, como diría Casiano, promulgó una amnistía en la que se conmutaba la pena principal, pero no las accesorias. "Después de pensarlo y de establecer algunos contactos, me acogí a esta amnistía, en la que pasábamos a ser paisanos. Pero antes me hicieron consejo de guerra en Burgos, y el general Martínez Campos firmó una declaración de oficio en la que destacaba mi honorabilidad y dignidad en el campo contrario, sirviendo al juramento que yo había hecho a la República. Y que a pesar del daño que les había hecho en batallas donde la Artillería tenía algo que ver como Villarreal, tenía una historia muy limpia como persona". Posteriormente trabajó en Luzuriaga. en la Comisión de Productividad.
Determinar los objetivos
Respecto a la formación de los nuevos miñones (que son llamados Policía Autónoma), Casiano Guerrica-Echevarria señalaba su desconocimiento del ambiente actual, pero que para organizados era necesario en primer lugar determinar el objetivo: "saber qué clase de fuerza. Si de choque, carretera, de pueblo... Ver también el número y sobre todo ver los recursos de que se dispone. A partir de los recursos se puede modificar el objetivo. Luego se hace una planificación basada en los organigramas funcionales y jerárquicos. Luego viene el profesiograma del puesto, algo muy interesante, en el que se ajustan las aptitudes de cada persona para luego hacer la selección".
Una vez elegidos, el antiguo capitán manifestaba que era necesario tenerles contentos: "Bien de salario, de trato, en inculcarles el amor al prójimo para lograr casi el éxito seguro.
"Tienen que ser personas a las que se recurra, que sepan hacerse querer y respetar, y que piensen que todo el mundo es humano. Hay también algo muy importante: el mando, más que dignidad, es servicio".
Casiano Guerrica-Echevarria se despidió con una frase: "Hay que olvidar y no utilizar nunca lo que separa, sino recordar y utilizar siempre lo que une".
Por. J.L. Aguinaga.
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