Hacer cosas en el arte nunca ha sido cosa fácil. Y más en el cine donde se producen muchas síntesis, donde muchas personas trabajan para dar vida a una sola historia. Por eso el cine es y ha sido una labor de hombres inquietos, como Nemesio Manuel Sobrevila.
Si Sobrevila era arquitecto y se hizo también cineasta, o como decía en 1929 el anuario «La cinematografía española»: Arquitecto-editor de films, también fue más cosas, fue un artista múltiple con seis películas en su haber: «El sexto sentido» (1926), «Al Hollywood madrileño» (1927), «La hija de Juan Simón» (1935), «Guernica» (1927), «Elai-Alai» (1938) y «La división perdida». Un hombre empeñado en las nuevas formas de arte que entendía su forma de expresión de una forma viva, parecida a lo que opinó Luis Araquistain en «El Sol» del 31 de diciembre de 1927. El cinematógrafo trae elementos de fantasía, de movimiento y de plasticidad que hacen fascinante la ficción artística de la pantalla...»
Peliculero bilbaíno
Si Sobrevila nació en Bilbao, si se hizo arquitecto en Barcelona y en París, si se dio a conocer como artista en Bilbao con sus amigos dedicados a las artes plásticas, nosotros le recordamos hoy como peliculero bilbaíno, tal como les llamaban en los años veinte a los que se dedicaban a eso del cinematógrafo. Una expresión a mitad de camino de la ironía y el asombro que producía que hubiera personas capaces de dedicarse a realizar películas. Peliculero de verdad que empezó con un manifiesto del cine hecho cine, cine objetivo y medio para ampliar nuestros sentidos. Cine hecho con socarronería bilbaína, lo suficientemente irónica y sarcástica como para reírse del cine haciendo cine y parodiando a siete géneros con siete historias, siete «sketch», rodados con maquetas que representaban a una ciudad del futuro. Imaginando a la hija de Juan. Biografiando ah vasco más universal de todos los tiempos. Comprometiéndose con la causa vasca y republicana en la guerra y montando «Guernica». Soñando una estructura del futuro urbano y llevándola como forma estática a las imágenes en movimiento.
Nemesio Sobrevila fue un hombre inquieto que apostó fuerte por el cine y donde fue un adelantado. Aportó mucho y muchas— cosas y se empeñó en ser autor casi único de su obra. Merece nuestro recuerdo en su centenario. Merece algo más, el rescate de su obra en Bilbao y en Euzkadi. Fue un pionero.
(24.6.89)
Comentarios