Viendo a) Profesor Karl Popper encaramado al enorme pulpito del Paraninfo de la Universidad Complutense, pequeñito, un poco sordo, algo débil de la vista y con un tono de voz un tanto apagado, se maravillaba el público de que este hombre de casi 90 años fuera capaz de dar tanta impresión de energía, pese a la lentitud y el cuidado en los movimientos que le impone la mucha edad. Es, por de pronto, una energía que le lleva a viajar en avión para ir a países lejanos a explicar su visión del mundo. Y allí estaba, rodeado de togas, birretes y solemnidad, emocionado como un colegial, pero atendiendo a lo suyo con rigor y determinación.
Sólo que había más: un apacible sentido del humor que le hizo pedir perdón al respetable por no haberse puesto a aprender español a estas alturas de su vida y así poder agradecer en este idioma el doctorado honoris causa que se le imponía; una benevolencia con la que después fustigó amablemente sin nombrarlos a los más encendidos profetas de nuestro tiempo. Y un guiño travieso con el que, antes de que comenzara el acto, pidió al rector Villapalos permiso para sentarse en la antesala porque se encontraba "abrumado por el peso de tantos honores". Sir Karl es como un formidable y entusiasta abuelo al que su presencia en este siglo —en todo este siglo— ha dado la moderación en el gesto y la tolerancia en la palabra. Por eso recordó Pedro Schwartz, su presentador y más confiado discípulo español, que sir Karl Popper no ha perdido a su casi siglo de existencia el interés apasionado por todas las cosas. Ahora se le ha encendido la curiosidad por los filósofos presocráticos.
Va Popper por la vida buscando quien dé satisfacción a su ansia de que se defienda a la libertad. Y desecha a los que la traicionan con la excusa de que saben mejor que ella lo que es bueno para la humanidad. Fue marxista y freudiano y adleriano y los abandonó a los tres porque no estaba seguro de que la certeza dogmática de sus predicciones justificara la miseria de tanta gente como la que resultó perseguida en nombre de sus teorías.
Sir Karl Popper, que está de regreso de todo, vino a Madrid a recordarnos que los líderes de ahora no tienen más llama divina que la que nace de sus propias y humildes equivocaciones. Una nueva ética que, para aviso de profetas y mitómanos, recuerde que la ciencia progresa a golpe de errores: nunca más filósofos que los escamotean en aras de un liderazgo científico que sólo quieren ellos.
Por: Fernando Schwartz
(El País, 29 Octubre, 1991)
Prefiero a Popper antes que a Habermas.
Publicado por: Sony | 11/19/2019 en 08:37 a.m.
Pedro Schwartz es uno de los neoliberales más dogmáticos que hay en la Península Ibérica. No me extraña que se asociara con Karl Popper pues el filósofo austríaco pasó de ser marxista al otro extremo del arco ideológico defendiendo un individualismo extremo. Popper fue amigo de uno de los neoliberales más influentes, el también austríaco Von Hayek, quien escribió aquella biblia neoliberal llamada CAMINO A LA SERVIDUMBRE. Los dos reaccionaban contra los totalitarismos que habían ensangrentado Europa durante la 2a Guerra Mundial pero en su visión del mundo cualquier esfuerzo colectivo para solucionar problemas podía desembocar en un régimen opresivo y por lo tanto más valía no hacer nada. Von Hayek era muy crítico con los laboristas ingleses que querían crear el welfare state. Por lo visto para Hayek que el estado británico proporcionara sanidad a todos sus ciudadanos era peligroso pues hacía a los ciudadanos dependientes del estado. Mucho mejor irse al otro barrio más temprano que depender de médicos pagados por el estado. ¿No? Yo diría que los regímenes socialdemócratas europeos han dado bastante libertad a sus ciudadanos pero claro han obligado a los ricos a pagar impuestos y esto no gusta a quienes creen en la santidad de la propiedad privada.
Vean los discursos de Pedro Schwartz que hay en youtube y verán que el hombre está mucho más preocupado por las libertades de los empresarios que no por las libertades de los pobres. Que al fin y al cabo el credo neoliberal es darwinista social en esencia: los pobres son vagos y tontos mientras los ricos son listos y trabajadores. De Pedro Schwartz a Ayn Rand no hay mucha distancia.
Publicado por: Señor Negro | 11/19/2019 en 02:20 p.m.
Señor Negro, eso que dice usted de Popper (y Hayek).
"Los dos reaccionaban contra los totalitarismos que habían ensangrentado Europa durante la 2a Guerra Mundial pero en su visión del mundo cualquier esfuerzo colectivo para solucionar problemas podía desembocar en un régimen opresivo y por lo tanto más valía no hacer nada."
Cosas similares a esas, se las he escuchado decir a Savater, Vargas-Llosa, Dragó, Boadella, Juaristi, Escohotado, etc., vamos la "cuchipandi intelectualoide oficial" de siempre....
Cosas como "España, por sus problemas territoriales, va camino de convertirse en Yugoslavia...", si..., ¿y por qué no toma el camino más civilizado de convertirse, ante sus problemas territoriales, en Gran Bretaña o en Canadá o en Checoslovaquia antes de dividirse sin un solo tiro, etc.?, ¿y de VOX nada que decir (Dragó ya sabemos lo que dice)?, ¿el problema son los problemas territoriales o más bien como se afrontan? (pueden no afrontarse hasta que estallen o afrontarlos de forma civilizada o no civilizada), ¿han hecho algo pedagógico para que la gente en España alcance un nivel de civismo democrático similar al de los británicos o checos (o del de los daneses frente a las islas Feroe o Groenlandia con todas sus riquezas), o más bien no han hecho nada o incluso han hecho o escrito cosas animando al enfrentamiento en vez de al entendimiento?.
La filosofía de estos tipos me parecería muy bien si el mundo fuese perfecto (no movamos nada, no cambiemos nada), pero en un mundo imperfecto, siempre se debe aspirar a más (con los cuidados debidos).
Decir como bien dices que dicen, que nos debemos aguantar pues por malo que sea, cualquier mejora puede conllevar un desastre, es absurdo incluso como reflexión, mejoremos el mundo aprendiendo de los errores del pasado (totalitarismos), para no repetirlos.
Por otro lado estos tipos no viven especialmente mal a nivel personal en esta sociedad (de una sociedad que igual tampoco han ayudado a construir ellos tanto...), así que no me extraña que estén dispuestos a aguantar dosis de injusticia, sobretodo si es en la cabeza de otros, es el nivel máximo de cinismo, conservadurismo y la anti intelectualidad, como para ellos las cosas ya están bien (de hecho muy bien...), al resto que le den....
Publicado por: Sony | 11/19/2019 en 08:30 p.m.
A ver que yo estoy poniendo a Popper en relación a Pedro Schwartz, este último un auténtico charlatán. ¿Pero por qué Schwartz se relacionaba con Popper? ¿Por los tratados de Popper sobre la ciencia? No, claro que no. Especialmente porque Popper era un crítico feroz del marxismo, al que consideraba una pseudociencia. Y ya sabemos que a la derecha le encanta reírse de Marx y de la URSS. Pero en su crítica del marxismo Popper terminó acercándose a otras pseudociencias -¿las llamamos religiones?- como el neoliberalismo y Von Hayek fue uno de los máximos predicadores neoliberales. Von Hayek por ejemplo se destacó por su defensa de las políticas económicas de Pinochet y a él se le atribuye la frase -prefiero una tiranía que defienda la libertad económica que no una democracia que no lo haga-. Los Chicago Boys fueron claves en la revolución neoliberal de Chile.
Total, un neoliberal dogmático como Schwartz lleva a Popper a Madrid para que haga un discurso contra el estatismo. Y ya está. Si a Popper se le hubiera ocurrido hacer un discurso contra empresas oligopólicas de origen franquista como el Grupo PRISA pues seguramente lo hubieran echado a patadas de la sala.
Popper fue un gran crítico de las economías planificadas de la Europa comunista. Lo que no sé es si se dio cuenta de que en el mundo capitalista las economías también están planificadas si bien en este caso no por ministerios sino por grandes empresas. Estas grandes empresas actúan siempre bajo la vigilancia del estado y en colaboración con él. ¿Acaso el suministro de gas natural no lo planifica Naturgy? ¿O pensamos que Repsol es una empresa cualquiera comparable con el colmado del barrio? Yo ya hace tiempo que pienso que el oligopolio eléctrico debería ser nacionalizado. Así nos ahorraríamos muchos conflictos de intereses y corruptelas varias. Las empresas too big to fail deberían estar controladas por los estados.
Publicado por: Señor Negro | 11/20/2019 en 03:15 a.m.