- Agonía y Victoria (El Protocolo 277). Ricardo de la Cierva. Editorial Planeta. Barcelona 1989 (Premio Espejo de España).
Desprevenido lector: el Protocolo 277, los protocolos que guarda el archivo de cualquier notario, el Protocolo en que se refleja un tratado diplomático entre Estados u otras entidades, y hasta los Protocolos de los Sabios de Sión, si me apuran (y bien entendido que son apócrifos), pueden contener y contienen muchas y objetivas verdades.
Y, sin embargo, basándose en documentos auténticos, un buen fabulador puede montar inmensas falsedades. La principal de ellas, por lo demás, vendrá casi siempre adobada con otras muchas secundarias y complementarias. Con tan sencillos ingredientes, digo, partiendo de un cierto protocolo (i), junto a algún que otro juicio moral, declaraciones de principios y lamentaciones sobre a reconciliación, se puede componer un maravilloso discurso, que puede llegar a ser, en realidad, una fábula grandiosa, aunque sea algo indigesta.
Fábula, y fábula moral, es, posiblemente, la mejor caracterización que puede hacerse de este último libro —hasta la materialización de la amenaza que nos hace de otros muchos— del Catedrático de Historia Contemporánea (y no de la Universidad Complutense como pretende) don Ricardo de La Cierva y de Hoces, sobre el final de la guerra civil española de 1936-1939. Ello no empece la opinión de que tal texto sobre el final de la guerra civil española no puede, en modo alguno, despacharse con los tópicos esperables. No debe despacharse ni con la calificación de libro fascista ni con la descalificación de libro sobre materiales ya utilizados.
Este de La Cierva es un libro importante, curioso lector, pese a ser, en buena parte, una mera narración de curiosidades. Es un libro importante por muy diversos conceptos. Lo es por su contenido y la trayectoria y carácter de su autor. Lo es por su oportunidad, no menos que por su oportunismo. Lo es también por el título que se le ha puesto tratando de lo que trata, por sus ilustraciones y pies de fotos —muestrario de despropósitos—, sus comentarios sobre personas vivas y muertas, sus juicios morales, su impartición de justicia, sus pretensiones de inapelabilidad, sus alardes de buena información —siempre auténtica y no utilizada antes— y sus citas a pie de página —auguro la locura furiosa a quien intente comprobar si son auténticas—. Y lo es, en fin, porque, sorprendentemente, no nos abruma con conclusiones explícitas, mientras oprime nuestro inconsciente con un océano de conclusiones subliminares. Y todo ello para concluir en dos páginas finales en verdad antológicas.
VISION PARANOICA.
Pero, hablando de otra cosa: ¿qué extraña atracción tiene ese asunto de los Protocolos para quienes sostienen, por lo común, la visión conspirativa de la historia (llamada por otros visión paranoica), que siempre nos aducen algún protocolo como fuente de certeza? ¿Por qué la palabra Protocolo y la documentación de supuestos Protocolos aparece casi siempre asociada a las obras de los heroicos debeladores de conspiraciones judeo-(literal)-masónico-marxistas. ¿De dónde habrá sacado el Sr. La Cierva que de la palabra Protocolo pueda ponerse en relación con «legajo, como suele denominarse...», etcétera (pág. 11)? Ningún investigador serio llama Protocolo a lo que los frecuentadores de archivos llamamos precisamente Legajo. Así, pues, repito: ¿por qué ese extraño atractivo de los Protocolos para quienes acostumbran a pergeñar fábulas ideológicas?
Y es que obra de La Cierva es, ante todo, un grandioso monumento elevado a una cierta alucinante —me gusta emplear esta palabra tan cara al autor— visión conspirativa de la Historia. Lo trascendental es que el verdadero final de la guerra civil española de 1936 ¡se nos revela a través de un Protocolo! Protocolo casi secreto, como debe ser. Y lo que es más alucinante de todo: «La II República Española cayó al final de la guerra a manos de una "conspiración", la de Casado, y no de uno solo (antes creíamos que el de Casado, por supuesto), sino de "cuatro golpes (4, 5, 6, 7 de marzo de 1939)"!» (Véase especialmente el capítulo cuarto.) Constatación, me apresuro a señalar, nada baladí, por cuanto ella permite hacer una especial teoría de la Victoria, la Agonía y la Reconciliación. Por supuesto, como digo, esa conspiración y esos golpes nunca habían sido conocidos ni descritos adecuadamente por nadie hasta que lo hizo Ricardo de La Cierva. Premio Espejo de España 1989, año de gracia del cincuentenario del fin de la guerra civil de España. Ese es el legado del historiador La Cierva a estas efemérides para la reconciliación. La guerra acabó a través de una Agonía, la de la República, y con una gran Victoria, la de Franco. ¿Hay quién dé más?
ALGUNAS PERLAS.
Por desgracia, los innumerables pasajes de la obra dignos de comentario son prácticamente inabordables en una recensión de extensión prudente. Convendría, tal vez, comenzar con una primera apreciación protocolaria: La Cierva, como hombre en realidad alejado de la investigación histórica hecha por los profesionales en la Universidad, cree poseer todos los datos, cuando, de hecho, ignora lo que se hace a su alrededor. Por otro lado, los cuantiosos errores de información y de juicio que jalonan la obra son, de igual manera, prácticamente imposibles de reseñar con la puntualidad que desearíamos. Algunas perlas: la política de no intervención «favoreció abiertamente al Frente Popular español» (pág. 18). En abril de 1938 «Besteiro se suma a la conspiración» (pág. 50). Pascual Tomás fue «secretario general del PSOE» (págs. 325 y 332), mientras la UGT tuvo dos ejecutivas hasta el final de la guerra. También al final de la guerra, en Madrid, aparece un jefe carlista que dice ser «don Carlos de Borbón, nieto de un general de la guerra carlista» (pág. 313) (¿De qué guerra carlista?, cabe preguntar). O como cuando nos resucita al dirigente carlista González de Gregorio, muerto en Extremadura mucho tiempo antes (pág. 315). Las palabras atribuidas a Zugazagoitia sobre Negrín (pág. 24) son falsas. Con seguridad hay más citas falsas o erróneas. En parte lo son las atribuidas a Azaña. (En este caso no está clara ni la edición de sus obras que maneja.)
La densa, decimos, historia de «Agonía y Victoria» empieza con una amplia Introducción, donde se exponen los demonios familiares del autor, so capa de hablar de «El contexto de Munich y la confrontación Franco-Negrín». En realidad, es una visión más de lo que la guerra «significa», con vuelta a viejos temas en comentarios nada nuevos: la economía, la confraternización, las milicias, la Iglesia, en indescriptible mezcolanza, donde siempre el señor La Cierva descubre cosas que muchos hace mucho tiempo que habíamos ya dicho. Porque La Cierva siempre descubre todo aquello que recibe el seráfico regalo de ser tocado por su pluma.
Siguen después siete tremendos capítulos, en los que se trata desde la pérdida de Cataluña por la República hasta la ofensiva final de Franco, de la que se pretende que realmente existió. La compleja conspiración de Casado y sus apoyos es descrita de nuevo de manera minuciosa, no perdonando al lector nada de lo que ya había contado mucho más sobria, clara y convincentemente el coronel Martínez Bande sobre la misma documentación. Lo que La Cierva añade son, en general, minucias intrascendentes. Salvo, eso sí, el intento de enturbiar sibilinamente la memoria de Julián Besteiro, suponiéndole, sin prueba alguna, un temprano conspirador contra el gobierno de la República en conexión con la Quinta Columna. No es incierto que Besteiro fuera contactado por la Quinta Columna, en lo que La Cierva no nos descubre nada, aunque nos equivoca en las fechas, como se equivoca en la caracterización política del propio Besteiro (pág. 49). Realmente, la única culpabilidad de Besteiro es su erróneo análisis del tipo de ideas, intenciones y gentes que conformaban a Franco y su entorno.
Tras muy penosa travesía, llegamos a abril de 1939. Allí, la guerra, «en otro sentido más profundo» y, también, «en un sentido humano mucho más hondo», no había terminado (pág. 337). Para los vencedores, porque el enemigo estaba vivo; para los vencidos, porque se desvivían en el exilio. Sin embargo, cincuenta años después, muchos determinantes de i guerra se han diluido en la convivencia «después de una paz, insuficiente para algunos de sus tramos, pero paz profunda que venimos disfrutando desde el primero de abril», dice, se supone que sin pestañear, el autor (pág. 337). ¿Qué querrá decir tramos?, ¿qué querrá decir paz?, en un discurso que reconoce que fue una guerra «sin amnistía».
Después de tan escalofriante aseveración, vienen las más alucinantes palabras de todo el texto, las conmiserativas por la tragedia, que son además un juicio sobre cincuenta años de vida española y que se contienen en unos cuantos centenares más de renglones que le restan a la obra. Esta lectura es, de verdad, sufrido lector, alucinante y por ningún concepto debes perdértela. Porque tal alucinación se da por bien sufrida, dado que, salido de ella, se tiene la sensación de alivio de haber cumplido con el deber de leer entero el libro que atenaza desde sus primeras páginas con una desazonante sospecha: la de que es tan miserable como los personajes y la historia que pretende magnificar.
Por: Julio Arostegui
(Diario 16 – 6 Abril, 1989).
Iban Gorriti nos deleitaba ayer en DEIA con una anécdota del genocidio recogida por nos investigadores de la UPV.
Cuatro asesinos nazis de la Legión Cóndor pasaban por Urkiola en su coche en una fecha entre el bombardeo de Durango y el de Gernika.
Creían que pasaban por terreno consquistado y cuatro milicinaos se cepillaron a dos de los criminales y cogieron prisioneros a los otros dos.
En el diario que portaba uno de los asesinos nazis al servicio del nacionalismo español, escribía sobre lo bonito que era Euskadi visto desde el aire cuando lo bombardeaban.
¡Qué pena que no se pudo acabar con todos ellos!
Publicado por: CAUSTICO | 11/18/2019 en 07:15 a.m.
El canal DMAX estrena serie documental sobre la vida personal del tarado Franco.
Esperemos que no le traten con tanta exquisitez como el día que le trasladaron de agujero.
Publicado por: CAUSTICO | 11/18/2019 en 01:32 p.m.
La Bolsa suiza lanza una opa de más de 2.800 millones por la española
https://www.abc.es/economia/abci-bolsa-suiza-lanza-2800-millones-sobre-100-por-ciento-espanola-201911180915_noticia.html
- SE VENDE ESPAÑA ......
Publicado por: Sony | 11/18/2019 en 04:02 p.m.
'The Independent' describe el fatal efecto que ha tenido el encarcelamiento de políticos catalanes
https://www.elnacional.cat/es/politica/the-independent-encarcelamiento-politicos-catalanes_442635_102.html
Publicado por: Sony | 11/18/2019 en 04:23 p.m.
Organizado por el MOVIMIENTO CATOLICO ESPAñol comienzan a reservarse lugares de culto católico para rezar por el alma del genocida.
Así es la iglesia católica, así es España.
Y para terminar de cagarla los obispos dicen que "juzgarán por sus actos" a un posible gobierno PsoE/UP.
¿Y quién coño les da a estos tipos vela en ese entierro,nunca mejor dicho?
Publicado por: CAUSTICO | 11/18/2019 en 04:50 p.m.
Es curioso recordar las cosas que se decían hace no tanto tiempo contra la Iglesia Vasca por el tema de ETA..., por el mismo criterio, ¿debe pedir perdón la Iglesia Española por su relación con el franquismo? y... ¿debe pedir perdón por actualmente seguir con elementos nacional católicos (fundamentalistas) en su seno (COPE, 13TV, etc.) y no tener la menor intención de cambiar?
Publicado por: Sony | 11/18/2019 en 07:59 p.m.
Twitter: ”Manual de cómo blanquear el fascismo”: críticas a ‘ABC’ por un artículo sobre Vox
https://www.publico.es/tremending/2019/11/18/manual-de-como-blanquear-el-fascismo-criticas-a-abc-por-un-articulo-sobre-vox/
Publicado por: Sony | 11/18/2019 en 11:21 p.m.