Domingo 2 de febrero de 2020
No participo ni de las informaciones, ni del pesar porque personajes mentirosos como Farage y Johnson abandonen las instituciones europeas y lo celebren con champán. Solo deseo que Escocia le haga el Brexit a Inglaterra y se incorpore a la Unión Europea, lo mismo que Irlanda del Norte y se reunifique a Irlanda tras un referéndum.
Lamento solo la situación de los ingleses que no querían el Brexit, entre ellos los de Londres, que se han dejado ganar la importante partida por unos mentirosos, charlatanes y políticos sin escrúpulos. Lamento la situación de los vascos que viven en Gran Bretaña y que seguramente les afectará esta salida aunque me da que menos que lo que se está diciendo. Lamento que los antibrexit no hayan sido capaces de darle la vuelta a la tortilla por permanecer callados ante el ataque sistemático a una Bruselas que se convirtió en el centro del mal. Lamento ahora ver con dolor a todos los ingleses que en estos momentos están denunciando el montaje, la milonga que les organizaron unos desaprensivos, los probrexit ante un laborismo ensimismado en su izquierdismo ausente de la realidad y con un líder que parecía un marciano.
Pero me da que esto va a ser bueno para el reforzamiento de Europa. Inglaterra ha sido siempre el freno de mano de su reforzamiento y construcción, un grano en el trasero, una piedra en el zapato que no le ha dejado crecer a Europa desde el punto de vista de su cohesión política, social, internacional, defensiva. Ellos solo querían a Europa como mercado. Un supermercado para vender sus productos y ser en ese supermercado los representantes de las empresas norteamericanas.
Históricamente no tengo para olvidar el Comité de No Intervención montado sobre todo por los conservadores británicos para limpiarse las manos, como han hecho siempre, que permitió que nazis y fascistas acabaran con la República. No tengo para olvidar que el santificado Churchill fuera quien le permitiera a Franco una dictadura de cuarenta años. No tengo para olvidar el desprecio con el que siempre los ingleses han tratado a los vascos que les ayudaron con la Red Comete y con el trabajo de espionaje durante la II Guerra Mundial. No tengo para olvidar que solicitado a quien fuera años cónsul inglés en Bilbao Derek Doyle, nos mirara por encima del hombro. Y podríamos seguir. Ya lo decía aquel Lord tan simpático. ”Inglaterra no tiene ni amigos, ni enemigos permanentes. Solo intereses permanentes”.
Solo De Gaulle, al que los ingleses se las habían hecho pasar canutas, se dio cuenta del percal inglés y vetó su entrada en noviembre de 1963. Y les decía que eran una Isla, con su moneda propia intocable, con sus coches con el volante a la derecha, con sus millas, con su idiosincrasia insular y que siendo parte de Europa, no eran europeos. Y que se quedaran con sus intereses permanentes pero que no entraran en un club del que solo buscaban beneficios. Acertó, porque los ingleses son ingleses, y de europeos, muy poco. Son una Isla y quieren seguir siéndolo. Hay que ayudarles a que se den cuenta de su inmenso error.
Estos días la información se ha centrado en Johnson y en sus machadas. Hubieran hecho mejor los medios vascos de haber seguido el discurso de la Unión Europea y de haber seguido a la Presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen y los dirigentes comunitarios de una Europa que ha sido utilizada como chivo expiatorio de un relato falso de principio a fin, culpando a Bruselas de todo, aunque su burocracia tan bien pagada tenga parte de culpa; que el discurso central se ha basado en mentiras, manipulaciones y exageraciones que fue de la forma en la que se hizo la campaña del referéndum del 2016 lo que obliga a pensar el efecto de las mentiras sobre nuestra democracia. Mentiras por una parte, flacidez por la otra, empanada mental en el laborismo y el resultado de la victoria del Brexit con un Cameron irresponsable que convoca un referéndum para ganarlo y neutralizar a sus críticos.
Más que nunca necesitamos ahora mismo una Europa fortísima. Solo avanzaremos si profundizamos en una Europa más cercana a los ciudadanos y sobre todo más simple, una Europa poderosa y eficaz frente a desafíos como la pujanza china, el cambio climático o las transformaciones tecnológicas y la inmigración.
Ya sé que con el Brexit ambas partes pierden pero como dijo Dña Ursula ante un mundo más volátil, interconectado y globalizado “en ningún lugar del mundo existe una Unión de 500 millones de habitantes, 22 idiomas, entre ellos el euskera, y 27 estados miembros”.”La fortaleza no reside en un espléndido aislamiento sino en nuestra única Unión”
Publico este dibujo de El Roto, que como todo lo de él, da en el clavo. Nos dejan el inglés pero efectivamente, nunca han sido europeos.
Como les dijo De Gaulle, “comerlo con vuestro pan”, y dejarles a los escoceses e irlandeses del Norte que defiendan también sus intereses.
Un primer ministro que no sabía lo que hacía realizó un referéndum en el que mucha gente que no sabía lo que quería votó por algo que aún nadie sabe lo que implica.
Publicado por: CAUSTICO | 02/03/2020 en 08:55 a.m.
Inglaterra no será el último país a abandonar la UE pues esta unión es muy elitista y no convence a la mayoría de europeos. Además es principalmente un proyecto neoliberal para facilitar el movimiento de capitales y de mercancías. Habiendo aceptado ya que en la UE pueden haber paraísos fiscales como Luxemburgo lo de la Europa social se cae por su propio peso.
¿Cuántos años de vida le quedan a la UE? ¿10? ¿20?
Publicado por: Señor Negro | 02/03/2020 en 04:29 p.m.