Hace tres o cuatro años se estrenó una película sobre las peripecias del exagente secreto Francisco Paesa, y la desventura de la huida y entrega de Luís Roldán. Reconozco que las aventuras son un poco de medio pelo, más grotescas que heroicas, propias del país de Mortadelo y Filemón por mucho que tenga escenas en París. Pero la labor de grandes actores como Eduardo Fernández, José Coronado o Marta Etura salvaba con creces el producto.
Es lo que daba de sí una película de espías española basada en hechos reales, un poco entre la chabacana ingenuidad del Dioni y los ecos del horror de la guerra sucia en unas estructuras aún desperezándose del tardofranquismo que se pegaba a las suelas como caramelo chuperretado. Todavía contábamos el dinero en pesetas y los 1.500 millones robados por Roldan eran lo más lejos que llegábamos a calcular.
Estas semanas me ha tocado trabajar en Ginebra. La mañana del miércoles un titular único a toda página me saltó a la cara nada más salir a la calle desde los anuncios de la Tribune de Genéver. "Juan Carlos cachait 100 millions á Genéve" (aunque no hayan estudiado ustedes en el Colegio Francés el titular se entiende). El asunto este da ya para una superproducción más ambiciosa que la de Paesa y Roldán. Da para tomas en palacios reales que compitan con la serie The Crown, para tomas en altas torres de sedes financieras y tomas en la Meca con reuniones de príncipes saudíes de blanco y con pañuelo sobre la cabeza. Da para lujosos hoteles acostumbrados a la discreción de los encuentros ilícitos con champagne de a cuatro cifras la botella. Da para tomas en Botsuana con rubia dama de alta alcurnia y provecto cazador de elefantes aún altivo, de cuando antes de pedir el entrecortado perdón del niño pillado en falta.
Corinna, que piensa quedarse con el dinero pero no piensa comerse ningún marrón, eleva la apuesta, confirma que tiene secretos de Estado y prepara la presentación de una demanda en Londres. Ya imagino la escena en la city, que da un toque de cine inglés, en tonos fríos y azulados, que viene muy bien a una producción que busca distinción.
Ese día ginebrino que les cuento, el miércoles, era frío pero soleado. Así que fui a trabajar andando y me tocó pasar por delante de la residencia de la representante que fue de La Caixa en Ginebra y su marido, un tal Urdangarin de medalla olímpica y no menos olímpicos méritos como defraudador. Me quiero imaginar el retorcido colmillo con el que en esa casa se recibiría el ejemplar del Tribune de Genéve cuando el mayordomo (y si no lo hay habría que inventarlo para la película) ponga sobre la mesa del desayuno, con sus guantes blancos, el ejemplar planchado. Al jugador de balonmano y su prole les expulsaron de la familia real por unos millones fáciles y mentirosos. El rey emérito tendrá ahora que dar cuenta de una cantidad mucho mayor y en contexto de más afiladas aristas. No les veo a Iñaki ni a Cristina sufriendo ante el titular, sino preguntándose con rencorosa sonrisa qué va a hacer ahora Felipe para mantener la línea de contención de la mierda. Por cierto, a Iñaki Anasagasti habría que contratarle como asesor del guionista de la película. Hay que reconocer que él fue el primer llanero solitario en ver que aquí había una historia que estudiar y por la que preguntar. Y lo hizo, como político en las instituciones capitalinas y como periodista en libros y redes. Es su momento de decir "yo ya lo conté.
Por: Mikel Mancisidor
El estado español se acercará un poquito más a la democracia real cuando se produzca y se estrene un documental completito sobre la saga borbónica sin escatimar detalles alguno, como por ejemplo la lealtad a un genocida.
Publicado por: CAUSTICO | 03/27/2020 en 07:37 a.m.
En plena debacle de coronavirus, el rey de Tailandia con nombre impronunciable y clepytómano furibundo, se ha ido a esquiar con 20 de sus mujeres a Alemania.
A cualquier súbdito que le critique le pueden caer hasta 15 años de cárcel.
Sería bueno sacar en claro de esta pandemia la necesidad de acabar con las monarquías.
Son tan nefastas como el virus.
Publicado por: CAUSTICO | 03/27/2020 en 04:39 p.m.