Con la Constitución de la abstención de por medio
La Constitución de la abstención a la historia. Abril Martorell hizo economía con los derechos históricos vascos. Jesús Viana al sol que más calienta. Suárez puede estar al final de su camino.
Habría muchas formas de cubrir esta última crónica política de 1.978. Podríamos hablar de la continuada defensa de nuestros representantes parlamentarios hicieron en las Cámaras de los derechos históricos pero casi no merece la pena urgar en viejas heridas que pueden cicatrizarse todavía con un buen Estatuto. También se podría hablar de la amplia lista de muertes que han jalonado este año constitucional pero de seguro que el tema será tratado con profusión por otros medios de signos ciertamente diferentes.
Entonces ¿de qué vamos a hablar?. No es mala pregunta. Cabría hacer un pequeño recorrido en la memoria y analizar a los componentes de los dos equipos que han luchado en el terreno de juego parlamentario hasta llegar a la prorroga estatutaria que ahora vivimos. Pero ya ha corrido suficientemente la tinta sobre ellos unas veces de un color otras de otro y lo que yo pudiera escribir ahora desde aquí no sería ningún descubrimiento.
En busca del tiempo perdido
Este año 1.978 que un día estudiarán nuestros nietos en la historia como una carrera en busca del tiempo perdido, que aún no ha terminado, este año 1.978, como digo, ha dejado limpias algunas de sus páginas por la cabezonería de 3 o 4 personas metidas a ser jueces del tema vasco cuando por no saber de él ni siquiera conocían el autentico significado de las razones históricas que eran la base de los argumentos de Euzkadi para su esperanza Nacional a depender y guiarse por sí mismo.
Y puede que nuestros nietos al estudiar el proceso seguido por este viejo 1.978, tengan que aprender que la constitución que se ha hecho ha sido la constitución de la abstención. Un caso en la historia constitucional que puede definirse como un tanto extraño por cuanto que la carta magna del Estado entró en vigor con el silencio de una buena parte de la población votante. Y aquí si que no vale aquello de que el que calla otorga. Euzkadi no ha cedido nada de lo que le es imprescindible. Quedan sin lugar a dudas incuestionablemente sentada las premisas que sirven de punto de partida al razonamiento autonómico vasco a pesar de que los sofismas del poder han intentado dar argumentos que en el fondo tampoco les han convencido a ellos mismos para hacer creer que todo se había solucionado y que ya no había motivos para la protesta vasca.
Un pequeño corte de mangas
Que se han equivocado lo demuestra el alto índice de abstenciones habido. De alguna manera el Pueblo Vasco le hizo un pequeño corte de mangas a la constitución que no quería reconocer los derechos de autogobierno que le corresponden como comunidad natural y diferenciada. Pero ese es un gesto fugaz. Al menos puede serlo. Y que lo sea está en manos de los prebostes centristas y del nuevo centralismo avulense. Decía antes que estamos en la prórroga. Dios quiera que no lleguemos a los penaltis porque en ese caso podría arder Troya.
No me resisto sin embargo antes de entrar a comentar el último tema quizá fundamental que ha deparado el año 1.978 sanciones constitucionales de rigor aparte a hacer un breve dibujo de los tres o cuatro personajes que desde Madrid han querido ser doctores en el tema vasco metiendo una vez más la pata hasta el mismísimo zancarrón. Y no me resisto porque esta puede ser afortunadamente la última oportunidad que uno tenga si los vientos son favorables para referirse a ellos. El porqué lo veremos después.
Comenzaremos por Fernando Abril Martorell. Toquen madera por si acaso.
Este notable ingeniero agrónomo ha sido el eje por el que han discurrido las desdichas constitucionales de Euzkadi y pienso sin ánimo de ofender que mejor lo hubiera hecho el vicepresidente económico del Gobierno -comentan que Fernández Ordoñez cuando se dice esto de Abril da una solemne carcajada- plantando berzas a orillas del manzanares que poniéndose a decidir sobre unos temas de los cuales no conocía un ápice.
Abril Martorell el ahorrador
Pero hay que ser justos. Fernando Abril Martorell calvario vasco de 1.978 si ha sabido economizar en algo, y puede por ello, que su cargo no haya estado injustificado del todo. Nadie está en condiciones de negar al ínclito personaje que está a la derecha del padre Suárez que ha sabido ahorrar magistralmente en el tema del reconocimiento de los derechos históricos del pueblo vasco.
De Abril Martorell destacaría dos cosas este año, aún a fuerza de hacer un tremendo sacrificio. Por una parte la cara lívida que puso cuando Xabier Arzalluz anunció desde la tribuna del Congreso que el u parlamentario vasco aceptaba la propuesta a la Disposición Adicional que el propio partido del Gobierno había elaborado. Todos los colores del arco Iris y sus variantes fueron pocos para el rostro desdichado de este personaje del campo metido a no saber qué hacer por los pasillos de presidencia del Estado.
Aquel golpe de efecto dejó a Abril con las vergüenzas al aire, porque entonces no tenía más remedio que reconocer ante todos los presentes que el Gobierno de Unión de Centro Centralista Democrático, no pensaba ceder ni un ápice en sus cerradas posturas de reconocimiento de las reivindicaciones históricas vascas. Quizás por un momento el vicepresidente Abril, hubiera querido pasar de ser el ocupante de la alta poltrona gubernamental a ser algo así como el jardinero mayor de palacio, lo cual, por otra parte, debe entrar dentro de las fronteras de sus conocimientos.
Abstención 1; Referéndum 0
Lo que pasa es que el sillón vicepresidencial tira más de lo que parece y hay gente como este buen mozo del que está dispuesto a pesar por donde sea con tal de poder ir al timón de la alocada nave del Gobierno. La dignidad propia, la honra y tantos otros valores que antaño eran importantes hoy ya no valen un duro ante ciertas situaciones. No hay más que preguntarle sobre el tema a Martin Villa al que le preocupa últimamente que alguien se le acerque y le diga: "Abstención: 1; Referéndum 0".
La segunda cosa a destacar del vicepresidente de economía y que me perdone Fernández Ordoñez es su sublime cabreo cuando la comisión constitucional del Senado aprobó una enmienda vasca a la disposición adicional previo soberbio taconazo en propia meta de Jaime Ignacio del Burgo. Le salían chispas por todos sus poros a Fernando Abril que no decía otra cosa que "nos la vamos a cargar", " nos la vamos a cargar". Ni por una vez quitó " r " del medio en el verbo.
Luego vino el puñetazo en la mesa, demostrando que no perseguir tratando el tema. Hasta Olarra le decía que no fuera cabezota, porque aquella era quizás la última oportunidad. Pero Abril en lugar de plantar berzas pegó un puñetazo y ahí acabó todo. Más tarde Uria le puso las peras al cuarto y él le respondió que estaba hasta los mismísimos de nosotros los vascos. ¡Ahí si el supiera hasta donde estamos nosotros de su triste presencia!.
Hay que hablar como no de Jesús Viana de la UCD que va siempre al sol que más calienta. Lo del diputado centrista alavés, ha sido un nuevo milagro de la tienda gubernamental de UCD y según parece fué a la sombra de Abril Martorell como se produjo este nefasto alumbramiento de un político que sale de la nada con las manos vacías y le ponen a decidir sobre los temas vascos.
Viana el defenestrado
La ascensión de Viana ha llegado ya al Cénit. No da más de sí y por eso más dura será la caída. No en vano hay por las alturas gubernamentales un pasmo tremendo ante las actitudes que toma este singular cabeza de serie de la UCD vasca lo cual es como no decir nada. Vuelve por tanto Juan Echevarría a tomar las riendas. Jesús Viana pasará a la historia como " el defenestrador " y eso no lo digo yo que lo he oído por esos mundos de Dios donde se saben las cosas de este tipo al dedillo.
Y bien … ¿Qué hay de Suarez?. Cuentan que también corre el peligro de sumarse al participio adjetivado de Viana. Se entona por algunos pagos una cancioncilla que da idea lo mucho que se le quiere, "el defenestrador que lo defenestrare - dice - buen defenestrador será ".
Lo bueno es que la tonadilla no va equivocada del todo. Al presidente se le están poniendo las cosas bastante mal. Parece ser que ya no basta la figura apolínea para algunas de ellas que da el presidente en la televisión. Se requiere eficacia y eso según parece hace tiempo que dejó de dar Suarez.
Se busca sustituto a Suárez
¿Quien le va sustituir?. Puede que en principio no sea lo más acertado dar un nombre como seguro. Más que nada porque el de Cebreros cuenta todavía con alguna carta a jugar entre sus manos llámese esta por ejemplo elecciones generales. Si en ellas a través de la televisión y de otros encantos del poder consigue un resultado honroso y sale vencedor lo cual entra dentro de la lógica, es posible que continué al frente del carro. Claro que si fracasa puede ir haciendo las maletas.
Pero hay otra posibilidad: que el presidente sea sustituido antes de las elecciones, quizás de forma interina, o lo que es más probable por un periodo de tiempo de un par de años más o menos, en los cuales un gobierno que no haya tenido nada que ver con la dictadura y que esté formado por personas decididas a sentar la democracia y a sacar del atolladero económico que se encuentra el estado tome las riendas.
La solución Fontán
Si los rumores se confirman los vascos podemos estar de enhorabuena aunque eso si siempre dentro de unos determinados límites. Suena ya por ahí de Antonio Fontán, hombre que se preocupó de solucionar del tema vasco en la constitución y que fué cortado en sus iniciativas por las tijeras de podar de Fernando Abril Martorell.
Y si entra Fontan además Suarez caería con casi todo su equipo. Es decir, que se marcharía con los Martin Villa, Clavero Arévalo, Fernando Abril, y tantos tantos y tantos otros.
¿Será cuestión de que el Pueblo Vasco acuda en masa
a poner una vez más sus velitas al patrono de los imposibles?. Si solo fuera
cuestión de eso…
Patxi Azkuenaga
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