Sábado 2 de mayo de 2020
El lehendakari Ibarretxe nos repite que la gente no es un número frío sino personas con cara y ojos. Algo que se está desconociendo en esta pandemia cuando se habla de los fallecidos en clave numérica. Por eso es bueno acercarse a José Antonio Agirre como ser humano, no solo como político rodeado de los tópicos al uso. Por eso he querido buscar testimonios de su infancia, de su adolescencia, de su familia y nada mejor que esta buena entrevista que le hizo Iñigo Camino a la hermana de José Antonio, María Teresa, que aparece tercera en esta bonita foto familiar, y que la mayoría no habíamos visto nunca.
Si anteayer fue su hermano Juan Mari, hoy le toca a María Teresa, a Tere, una magnífica señora a quien tuve el honor de conocer y que tenía la simpatía de su hermano. También aparece Encarna, con su muñeca, que estaba con su hermano y esposo viviendo el espantoso bombardeo en Dunkerke y que le costó la vida a Asporosa. Es parte de una de las peores vivencias que tuvo el lehendakari en 1940, víctima de aquel asesino que dominó temporalmente Europa. Y que trata hoy de abrirse camino.
Esta es la entrevista de Iñigo que aporta datos de interés.
La familia Aguirre procedía del gipuzkoano pueblo de Bergara. EI abuelo y patriarca familiar, también de nombre José Antonio de Agirre, creó una industria de chocolates y se instaló en Bilbao. El abuelo Agirre era un hombre de ideas modernizadoras, que falleció en 1907. Su hijo Teodoro estudió la carrera de abogado y fue uno de los primeros seguidores de Sabino Arana, colaborando con el padre de Manuel Irujo en su defensa ante las acusaciones contra el fundador del nacionalismo vasco.
El 6 de marzo de 1904 nacía, en Bilbao, José Antonio de Agirre y Lekube. El Lehendakari sería el mayor de diez hermanos. Su madre, Bernardina Lekube, jugaría un papel muy importante en la vida de José Antonio. Bernardina era, al propio tiempo, enérgica y comprensiva para con sus hijos, y José Antonio siempre se sintió muy unido a ella. Murió en 1950, en San Juan de Luz. Su hija Teresa recuerda una frase que, en multitud de ocasiones, repetía al Lehendakari: “No olvides que te debes a tu pueblo y a Euzkadi".
A punto de ahogarse con cuatro años
Uno de los aspectos poco conocidos de la vida de Aguirre es que estudió en la que fue, tal vez, primera ikastola de Euzkadi. Su padre Teodoro, exigía que en casa tan sólo se utilizara el euskera y José Antonio asistió, entre los cuatro y los diez años de edad, a una ikastola situada en la bilbaína Plaza Nueva. Aguirre solía recordar emocionado que, cuando fue nombrado alcalde de Getxo, recibió un hermoso ramo de flores de la que había sido su primera andereño, la señora de Anuncita.
Otro pasaje curioso de su infancia ocurre cuando apenas tiene cuatro años de edad. Un día de verano, José Antonio pasea con su "aya" por Santurtzi. De repente, el niño se escapa y, jugando, cae a las aguas de la ría. Un conocido y elegante solterón de la zona, Ramón Aras Jauregi, tendrá que tirarse desde la orilla y salvar de morir ahogado al que luego fuera Lehendakari de Euzkadi.
José Antonio, como luego sus hermanos, estudia el Bachiller en el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua de Orduña. Siempre buen estudiante, recibe numerosos primeros premios en las asignaturas de historia, literatura y música. El álgebra y las matemáticas nunca le gustarían demasiado, y en estas materias se tiene que conformar con tercer y cuarto accésits.
Tocaba el violín, oboe y fiscornio
La sensibilidad y afición musical era una de las peculiaridades de la familia Aguirre. Los seis hermanos mayores llegaron a formar un sexteto doméstico. José Antonio tocaba el violín y también el oboe y el fiscornio. Gran aficionado al canto, formó parte del coro antecesor del "Bihotz Alai" de Getxo y con un grupo de amigos, ya en la juventud, solía dar improvisados recitales en la punta del muelle en Algorta.
Cuando José Antonio tiene dieciséis años fallece su padre. A partir de entonces, él se convierte para los hermanos menores en el sustituto del aita y en el ejemplo a seguir. "Durante años, José Antonio no se acostaría sin dar un beso a los pequeños", recuerda su hermana María Teresa.
Con la muerte del padre y los estudios en colegios no euskaldunes, en la casa Aguirre el euskera pierde fuerza. Sin embargo, José Antonio, durante muchos años se carteará, casi diariamente, en la lengua vasca con un sacerdote de Durango. Aquellas cartas eran para él una especie de "cursillo por correo" de euskera con lecciones y correcciones diarias por parte del cura euskaldun.
Abogado y deportista
El chico inquieto y un poco nervioso, pero "muy responsable y que no hacía barbaridades", según su hermana Teresa, elige la carrera de Derecho y, en cuatro años, logra brillantemente el título de abogado. Terminados los estudios abre, frente a las Calzadas de Mallona, un despacho profesional.
Otra faceta importante de su personalidad es su gran afición al deporte. José Antonio era un gran jugador de pala, deporte que practicaba, sobre todo, en las temporadas veraniegas cuando la familia iba a la casa de Bergara. Por otro lado, como ya es sabido, fue jugador del Athletic de Bilbao.
Profunda religiosidad
La religiosidad completaba el carácter del joven Aguirre. Presidente durante varios años de las Juventudes de Acción Católica de Vizcaya, realizaba todos los años ejercicios espirituales en Loiola. Su padre murió siendo presidente de la "Adoración Nocturna" y José Antonio será, durante toda su existencia, un hombre profundamente religioso.
En 1925 viaja con su madre a Roma, con motivo del "Año Santo". De vuelta, efectúan un viaje de casi un mes por Europa. En Montecarlo, tras una anécdota curiosa surgida como consecuencia de no llevar corbata, José Antonio juega en el casino y gana una jugosa cantidad de dinero. Es ésta una de las pocas veces que tiene suerte en los "negocios, para los que, según su hermana, jamás valió y, además, nunca le interesaron".
Pionero de reformas sociales
Su faceta empresarial se circunscribe a la labor realizada en la fábrica familiar. "Chocolates de Aguirre" se había asociado con otras casas en 1920 para formar "Chocolates Bilbaínos". En 1924, cuando José Antonio termina la carrera, le hacen consejero de la fábrica. Su hermano Juan Mari, que había estudiado en la Comercial de Deusto, actúa como director.
"Chocolates Bilbaínos" va a ser pionera en el terreno social. Una comisión de trabajadores forma parte de la Junta de Accionistas e, impulsadas por José Antonio, se realizan medidas innovadoras. Manuel de Irujo, en una biografía del Lehendakari, decía que "José Antonio puso en práctica las normas social-cristianas que mantenía desde la Presidencia de las Juventudes Católicas: el salario familiar, la asistencia facultativa gratuita, las vacaciones pagadas, la habitación y participación de los trabajadores en los beneficios de la empresa. Aquella labor le imprimió carácter, pues se anticipó en varios lustros a medidas similares aplicadas con posterioridad o que constituyen aspiración".
El compromiso social de Agirre y de muchos otros vascos emprendedores fue abortado por su imbricación con el catolicismo, como era común en aquella época.
La iglesia católica oficial se ocupó de traicionarles y de venderse al capitalismo feroz y fascista sin humanidad alguna para con los trabajadores.
Este es otro tema de ésos que hacen que me plantee cómo hubiera sido la sociedad vasca con un estado independiente y aconfesional de no ser por el golpe terrorista franquista.
Nunca lo sabremos, entre otras cosas porque siguen los mismos al mando(único).
Publicado por: CAUSTICO | 05/03/2020 en 04:35 p.m.
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Publicado por: Sony | 05/04/2020 en 09:24 p.m.