Jueves 28 de mayo de 2020
Martin Lasa me escribió estas líneas explicando el por qué no se afilió a ELA. Su argumentación me parece relevante y la reproduzco a continuación:
ELA estuvo durante algo más de un año intentando que me integrara en sus filas.
El militante que, con entrega total, lo intentó, me conocía únicamente a nivel profesional, y utilizó dos argumentos principalmente:
Uno, que ELA era no del PNV, sino anti PNV.
Dos, que organizaban unas partidas fantásticas de mus a primera hora de la tarde.
Afortunadamente no lo hice y no tuve, por tanto, que pasar el bochorno de los compañeros de trabajo con carnet del sindicato, cuando nuestra empresa cerró mediante un ERE de extinción y ELA no movió un dedo para ayudarnos, tal vez por ser una empresa pequeña que solamente contaba entre sus trabajadores con la mitad de ellos afiliados a ELA.
Después de aquello, cada uno buscamos nuestro camino, muchos en la competencia, y hoy en día conservamos una buena relación que me permite afirmar que todos los que estaban afiliados a ELA, lo siguen estando, pese al comportamiento en aquella situación extrema del sindicato, para con nosotros.
Esto, indica a las claras que la gente no está afiliada a un sindicato por seguimiento de una idea, como puede ocurrir en un partido político o por ilusión, como puede suceder con los aficionados al fútbol.
La gente se afilia a un sindicato, porque supone que sus alubias están mejor defendidas si está, que si no está sindicado.
No por ideología ni por amor.
Por eso ELA, que ha derivado en lo que ha derivado, se equivoca de pleno si cree que tiene la fuerza que le dan sus números de afiliación y sus delegados sindicales.
ELA está jugando con fuego, alejándose del sindicalismo, añorando ser un grupo de presión y cometiendo demasiadas barbaridades sin llegar a ningún acuerdo, buscando la huelga por la huelga y el juicio por el juicio sin conciliaciones posibles, porque al final, todo el mundo se cansa de aguantar.
Como con el lío de los municipales ahora, o como pasará con cualquier otro colectivo mañana.
Al final, terminaremos suspirando por el comportamiento de los boinas rojas de la UGT.
Quien lo hubiera dicho hace unos años.
Cosas veredes, Sancho.
Martín Lasa
ELA antiguamente era un sindicato cercano al PNV. La autodenominada IA es antiPNV a muerte. Ya han conseguido una victoria convirtiendo ELA en un nuevo LAB. Pero así se van a extinguir, aunque quizá es lo que quieren.
Publicado por: Silber | 05/29/2020 en 10:25 a.m.