Domingo 14 de junio de 2020
Recuerdo una conversación de Xabier Arzalluz con Felipe González en 1979 hablando del estado autonómico. Comentaba el sevillano. ”Vosotros tenéis una identidad, la vasca, pero lo español representativo de verdad es Andalucía y esa es nuestra identidad. Andalucía como concepto político reivindicativo no existe a pesar de Blas Infante. Aquí Córdoba no puede ver a Sevilla y Cádiz mucho menos, lo mismo que Huelva a Almería por lo que esto se arregla con una Mancomunidad de Diputaciones”. Sin embargo toda esa contundente claridad se quedó en agua de borrajas. ¿Qué pasó?. Pues que al poco le vieron débil a Suárez, por sus problemas internos en la UCD y cambiaron de discurso y reivindicaron una Comunidad del 151, aunque mostrando las costuras de su cálculo partidista ya que el referéndum, el 28 de febrero de 1980, sobre la autonomía andaluza no salió en Almería, pero la ingeniería política y el hacerlo a martillazos no impidió que se pusieran el parche en el ojo y el parche en el resultado y al final quedó como quedó. Cuento esto porque escucharle al presidente andaluz, Moreno Bonilla quejarse del “privilegio” que supone la gestión del Ingreso Mínimo Vital hecho en Euzkadi (CAV y Navarra) es de traca. Forma parte del recetario clásico del manipulador político exacerbando los ánimos hispanos, simplemente para desgastar a Sánchez al que le acusan, además, de entregarse a seis votitos de los que quieren romper España, curiosamente lo que hizo Aznar en 1996. Pero entiendo esta crítica en los que aún no han condenado el franquismo y tienen la visión de una España “Una, Grande y Libre” aunque él sea presidente de una Autonomía porque Catalunya y Euzkadi reivindicaron en 1978 ese modelo territorial. Nadie más lo hizo.
Lo que si no entiendo es la crítica constante y jeremíaca del diputado de Compromis, Joan Baldoví en contra del Concierto y en contra de esta gestión del Ingreso que no es más que un ajuste al funcionamiento de lo que en Euzkadi lleva funcionando 31 años. Me extraña este discurso ofensivo por ser diputado de un partido de izquierda habiendo además participado el PNV en sus congresos. Demuestra escasa altura política, poco conocimiento de lo que habla, sangrante dicho desde una opción nacionalista aunque entienda que reivindiquen esa gestión para Valencia. Están en su derecho y nosotros en apoyarlo, pero esas continuas manifestaciones denotan muy poca solidaridad. Defiende lo tuyo, pero no busques que a los demás les hagan daño. Nosotros deseamos lo mejor para Valencia y para cualquier opción de autogobierno y de decisión. Faltaría más.
Nos recordaba Uzturre cómo en 1935 presentó el PNV en el Parlamento de Madrid la solicitud de implantación del salario familiar, junto con la participación de los trabajadores en los beneficios de las empresas, no llegando siquiera a admitirse a discusión la propuesta. Como se ve no es de ahora.
Del mismo modo, la lucha por la solidaridad y la justicia social no nos ha sido ajena, ni es un compromiso de hoy para el PNV. Así, podemos citar a José Antonio Aguirre cuando afirmaba: «A nosotros, el avance social ni nos asusta ni lo tememos; es deber de todos apoyar las reivindicaciones de los oprimidos y explotados, de los humillados y ofendidos».
Ambas citas son perfectamente válidas hoy y se encuentran en línea con la doctrina y la práctica política que el PNV propugna e impulsa. Estando a favor de la libre empresa, compatible con la justicia social, podemos afirmar que no existe un solo planteamiento de solidaridad social que no asumamos, aceptemos o defendamos y tenemos muy claro que hay que unir nacionalismo con progreso y modernidad
Este compromiso y estos planteamientos, en no pocas ocasiones, nos han sido negados, haciéndose ver por algunos que el progreso, la modernidad, la solidaridad o la justicia social no forman parte del mensaje nacionalista. Así, siempre se ha tratado de trasladar a determinadas mentes que el enfoque económico y social del nacionalismo era sinónimo de involución, marcha atrás, insolidaridad, retroceso. No nos conocen, aunque nuestra obligación es defender lo que representamos. ¿Quién si no?. ¿Bildu cuyos acuerdos duran cuatro horas?.¿ con un planteamiento marxista leninista que no explicitan?.
Lo más llamativo ha sido la gracieta de la vicepresidenta, también de Compromís, Mónica Oltra que incluso se permitió esta dudosa ironía sin la menor gracia.” ”Nahitaezko gutxieneko dira sarrera kudeatu nahi dugu” (Queremos gestionar el ingreso mínimo vital). Dicho en un euskera machacado y en rueda de prensa tenía su carga explosiva. Para gestionar dicho Ingreso, al parecer, hace falta ser vasco, cuando gracias a que ha venido funcionando en Euzkadi el salario Social desde hace 31 años el gobierno Sánchez ha podido asumir la reivindicación, siempre tan valorada por Pablo Iglesias a pesar del gobierno de superizquierda que nos quiere montar la Sra. Gorrotxategi desmintiendo los piropos de su jefe. El modelo vasco ha sido seguido porque se ha gestionado con eficacia de tal forma que en la aprobación en Consejo de Ministros del IMV la experiencia en Euzkadi ha sido seguida de manera especial por los técnicos porque ha amparado a más del 85% de la bolsa de pobreza, mientras que en otras autonomías de implantación más reciente, no cubre ni el 10% de sus necesidades. Dato que debería saber la Sra. Gorrotxategi cuando dice alguna de sus insustancialidades y, repito, dato que sabe muy bien su jefe Pablo Iglesias, a quien el PNV sostiene en el Congreso y que ha manifestado reiteradamente su reconocimiento al modelo vasco.
Esta manera de proceder nos anuncia una campaña electoral agresiva y mentirosa donde hay partidos cuya única oferta es “desalojar” como sea al PNV y lo dicen sin el menor pudor. Previamente nos han dicho que el debate no es entre autogobierno versus centralismo sino que hay que ir a un eje derecha izquierda en el que es preciso identificar al PNV con Confebask. La candidata de Podemos Carmen Garrido va más lejos aún, ”nos comprometemos a descartar cualquier posibilidad de gobernar con el PNV”. Lo lógico sería que dijeran lo mismo en Madrid donde Pablo Iglesias, mentor de la Sra. Garrido, es vicepresidente gracias a los votos del Grupo Vasco. En esta misma onda el diputado Roberto Uriarte ha recordado que en Euzkadi se han conformado coaliciones de gobierno, todas, menos “la natural que los partidos de derecha gobernaran con los de derecha y los de izquierda con los de izquierda”. Brillante análisis. Y además lo explica. ”El PNV sabe que si hiciera políticas claramente de derechas desconectaría con la ciudadanía. Para mantener el contacto con la ciudadanía y no quedar descolgado de la mayoría social vasca de progreso tiene que jugar a cosas que tienen una apariencia de izquierda. Demagógico y mentiroso análisis para describir un partido de 125 años. Catón El Viejo siempre terminaba sus discursos en el Senado romano con una coletilla célebre. ”Delenda est Carthago”. “Cartago debe ser destruida”. El PNV debe ser destruido. Y en eso están. El fin justifica los medios, actuando como aquel tahúr que le vendió a un turista el Puente Colgante. Lo logró porque siempre hay gente que se cree estas demasías.
A pesar de todo tengo confianza en el buen sentido del ciudadano vasco a la hora de su voto sabiendo que a una crisis fuerte se la ha de superar con una mayoría fuerte, no con carroñerismo, sainetes, pancartas y odio ideológico de gentes que solo tienen como programa destruir al adversario, no ofrecer más que recetas demagógicas fuera de la realidad, y actuar con una ideología putrefacta por anti libertaria que la caída del Muro de Berlín envió al basurero de la historia. No será fácil, pero habrá que movilizarse como con aquella operación alpargata que en su día pusimos en marcha y que nos dio una gran victoria. Nos va mucho en ello.
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