Jueves 30 de julio de 2020
Estos días de pandemia me he dedicado a encarpetar documentos, cartas y convocatorias. Tenía un sótano lleno hasta los topes de cajas y mi mujer vio la oportunidad de su vida para que fuera poniendo fin a semejante tonelaje de papeles. Lo he hecho y a medida que buceaba en semejante depósito iba descubriendo mil documentos de todo tipo, sobre todo de la primera época en la que el PNV salía de la clandestinidad. Uno de esos documentos hacía referencia a una familia de Ubidea a cuyo pater familia habían detenido los milicianos por llevar 1.300 pesetas y un arma corta. El responsable de Ubidea del PNV le escribía a Juan de Ajuriaguerra para que hiciera algo ya que Jesús de Axuria era padre de siete hijos, cortador de profesión y el dinero que llevaba era para el abastecimiento del pueblo, por encargo del Párroco del pueblo. Una de las mil vivencias de todo tipo ocurridas hace 84 años donde están muchos de los elementos que hacen del PNV, parte del paisaje representativo del país, familia numerosa y comprometida, cura depositando la confianza en el detenido por los milicianos, guerra contra los militares sublevados y un hombre del pueblo. Cuando Otegi habla de un PNV autonomista, neoliberal y correa de transmisión de Confebask sin entender que en cuatro años no podrá hacer su ansiado Frente Popular usa el discurso de la descalificación gratuita sin ponerse a pensar que si un partido cumple 125 años no es precisamente por lo que él dice.