Querida hija, Enara, pronto serás madre de un mocetón al que habéis decidido tu marido Joseba y tú llamarle “Eki”, bonita contracción de “Eguzki”. Enara, créeme que se me hace extraño y complicado a la vez dirigirme a ti en estos términos porque, quizás -eso es al menos lo que creo- con el tiempo me he acostumbrado a hablarte y a dirigirme a ti en un registro que ya ha cumplido su misión y que requiere necesariamente recambio, quizás sea también porque eres la “hija pequeña” aunque ya vueles con tus casi 32 años.
Hace tiempo que ya has crecido, y bien crecido, y a veces me cuesta reconocerte en la calle, sabes lo despistado que soy. Y ese crecer tuyo siempre me ha desazonado un poco y me ha generado sentimientos contradictorios. Mikel Laboa -autor de aquella “Apur dezagun katea” inspirada en una poesía de Gabriel Aresti- cuando tú todavía no habías nacido y cuando, creo, tu madre y yo no nos conocíamos todavía, cantaba a lo largo de los pueblos, ciudades y barrios de Euskadi una canción tierna. Tierna sí, inquietante también, incluso algo cruda. Tintes de ruptura emocional, al menos de readecuación de los sentimientos compartidos. La canción relacionaba el cordón umbilical, a las dos cadenas, a las dos ataduras, que rompemos, una cuando nacemos y otra cuando al crecer vamos alcanzando progresivamente grados de autonomía con relación a nuestros progenitores. La letra de la canción hacía referencia a los hijos e hijas que crecen, a su educación, al joven que exige mayores cotas de libertad de movimientos y decisión, y que -en noble lid- la debe de arrancar de sus mayores. Trataba del cariño bien entendido y del amor de los padres para con sus hijos e hijas, de su necesario realineamiento y nueva concreción, alejándose de estériles ñoñería y egoístas sobreprotecciones. Me gustaba la canción, me agradaba el mensaje, me identificaba con la letra, la cantaba, la silbaba casi provocativamente en la cocina de mi casa ante mis aitas (Inosen y Xixili) como de pasada. Trataba así de una manera sutil de recabar mi cuota de independencia.
Pero hoy esa misma canción, esa misma letra y mensaje, me hace inconscientemente fruncir el ceño, aunque sea a escondidas, y me genera inquietudes que no puede evitar. Porque la vida, Enara, habrás observado ya que no es nada fácil ni otorgada graciosamente, al contrario, está llena de claroscuros, áspera a veces, hermosa otras, logros y decepciones se suceden, lágrimas y sonrisas son las dos caras de una misma moneda. Monedas en las que la ilusión, el futuro, la competencia y las zancadillas, horizontes sin límites, pequeños éxitos y fracasos, el amor y el consabido desamor configuran un paisaje a dibujar con necesaria dosis de una audacia vital y de un coraje que junto a una sostenida cautela te hará falta más de una vez. Enara, vas a ser madre, Eki vuestro hijo os hará comenzar un largo vuelo, cual pajarillo que acaba de aprender a volar lejos de lo que hasta ahora ha sido su pequeño mundo, el nido protegido. Vuelo que exige salir del nido, o de la jaula cómoda por bonita y dorada que fuera. Eki será nuestro tercer nieto, nuestra tercera inmensa alegría para tu madre Patricia y para mí, antes vinieron dos preciosas criaturas Noa y Natale hijas de tu otra hermana Leire y de su marido Eneko. Trabajad las dos para que Eki, Noa y Natale tengan en el futuro una sociedad vasca mejor, más próspera, justa y solidaria. Ojalá.
Eki descubrirá (como ya lo han hecho Noa y Natale con su madre Leire y con su padre Eneko) la gran suerte que le depara su destino al comprobar cómo su madre Enara y su padre Joseba lo querrán a lo largo de toda la vida más que su propia vida (valga la redundancia), verá Eki cómo lo cuidarán, educarán, protegerán, guiarán y formarán.
Por cierto Enara, me viene a la cabeza otra canción, también de Mikel Laboa, “Hegoak ebaki banizkio”. Y lo que prima, lo que se prioriza, lo que prevalece es el ser íntimo del pájaro, es el volar, volar por encima de todas las zarzas y malentendidos, volar sobre la miseria humana y por debajo de las nubes, correr riesgos, conocer, descubrir, arrepentirse, aventurar, intentar, conquistar espacios, maldecir, alejarse, rectificar, volver, pelear, olvidar y recordar. Hace ya mucho tiempo que diste tus primeros vuelos, Enara, cual pájaro, cual golondrina que significa bien tu nombre. Pero para volar hacen falta alas y espero de todo corazón que tus alas Enara sean fuertes y resistentes como el de las golondrinas en pleno y veloz vuelo. Espero Enara que hagas honor a tu nombre, al de las enaras, al de las golondrinas.
El tiempo pasa a veces cual imprevisto suspiro que se escapa para no volver ya jamás. Me acuerdo perfectamente, no es que sencillamente me acuerde, sino que lo tengo grabado, incrustado, en eso tan complicado y selectivo que llamamos memoria, el día que naciste, cuál era mi conversación con el médico, cuando-cómo-dónde diste el primer paso, un tremendo coscorrón debajo de la mesa. Te quiero decir , aunque seguro que bien lo sabes o sospechas que junto con tu madre hemos intentado ser unos buenos padres, supongo que a ratos lo hemos conseguido, pero que otras tantas veces sencillamente no. Pero mira Enara, las personas, tu madre y tu padre también, somos como un puzle complicado, de muchas y variadas fichas, que hemos ido acumulando capacidades de decisión, estableciendo inexorablemente nuevos modos, nuevas metas, incluso nuevos valores y percepciones.
Una última cuestión hija, siempre te lo hemos dicho (a Leire se lo dijimos en su día), si te caes, piensa tan sólo en levantarte. Nunca jamás te rindas. Suerte en tu nueva vida hija, como madre que serás pronto, si nos necesitas no te cortes, mientras podamos tu madre Patri y yo estaremos a tu lado, a vuestro lado. Pero quizás me esté poniendo demasiado sentimental y no pretendo aburrirte. Pero sí quiero aprovechar esta ocasión para daros a ti y a tu hermana Leire una especie de mandato inequívoco, una orden categórica, quizás sea un consejo o simplemente una sugerencia, aunque ya sé que este tipo de comentarios no son precisamente de vuestro agrado. Pero os los voy a dar: hay una canción muy bonita que resume en parte lo que os quiero decir “gu euskaldunak gara Euskal Herrikoak”, es decir, a lo largo de vuestra vida comportaos de una manera adecuada, sed buenas personas, ciudadanas vascas solidarias, mujeres autónomas, comprometidas y valientes, y en esta nuestra Euskadi de nuestros amores y desamores una Euskadi que busca escribir con su mano su propio presente y su futuro, quiero que seáis y que os comportéis responsablemente. Trasládaselo en su día también a Eki por favor Enara y dale recuerdos a Joseba. Y tú Leire trasládaselo también a Noa y Natale y dale también recuerdos a Eneko. Vosotras decidirás el cómo, yo ahí no me meto.
Suerte a las dos Enara y Leire. Besos de todo corazón de vuestra madre y padre que os quieren más que su vida misma, Patri y Joxemanuel.
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ENARA-ri
José Manuel Bujanda Arizmendi
Alaba laztana, Enara guztiz maitea, oso zaila egiten zait bene-benetan esaten dizut zuri gaur, horrela eta hemen zuzentzea hitz hauek. Arraro egiten zait, bai, zeren urteak joan eta urteak etorri ohitu egin naiz zurekin beste era edo modu batetara hitz egitea. Eta era eta modu berriak asmatu beharko ditut zeren haurdun zaude, zure haurdunaldia aurrera doa eta laster, hiru hilabete barru gutxi gora behera, ama izango zara, ama, “Eki” izena izango duen mutil baten ama hain zuzen, horrela erabaki baituzue, ondo erabaki ere, zuk eta zure senarra den Josebak. “Eki” bai, izen polita, “Eguzki” hitzaren kontrakzio xarmanta eta guztiz ederra. Guztia, dena ondo joan dakizuela espero eta desio dugu bihotz bihotzez zure ama Patrik eta zure aita naizen nik. Oraingoan hirugarren aldiz izango da ama amondu eta ni neu aitonduko garela, zeren lehenago Noa eta Natale etorri baitziren mundura zure ahizpa Leirek eta bere senarra Enekok ekarri zituenak hain zuzen, eta gure artean daudenak koskortzen eta hazten poliki poliki. Hirugarren aldiz beraz ezagutuko dugula benetako bizi poza zein ederra den. Belaunaldi berriak, katearen kate-begi berriak, bizitzaren lege amaigabea. Zoriona, berri ona, poza. Eta nire hizkerari dagokionez Enara gogoetatxo xume bat: bai, gazteago zinen garaitan, haur koxkor pertxenta sasoian, erabilitako hizkerak badu, bai, aldatu eta egokitu behar larria, zeren lo hartzeko gauetan behin eta berriro kontatzen nizkizun ipuinen hizkerak ez dit jadanik balio, ezta ere zure etxeko lanak hain letra bihurriarekin, xinaurri gisa, idazten zenituen garaitakoa, ezta ere gogoko ez zenituen patata frijituak silloi eta alfonbra azpian gordetzeko saio antzuak egiten zenituenean ere. Ipuinak diot, kontakizun xelebreak izaki, zuk behingoz lo hartzeko esandakoak, baina, baina, gogoan dut behin baino gehiagotan ni neu nintzela lo hartzen nuena, hobeto esan loak hartzen ni neu hartzen ninduena eta zerraldo geratzen nintzena nekatuta, leher egina, egun astuntxo eta, ziurrenik, ez oso goxo baten ondorioak izaki agian.
Hazi zara Enara, laster batean 32 urte, emakumetu aspaldi, oso aspaldi hazi zarela, oso aspaldi bai emakumetu zarela, zinela, eta batzuetan, askotan, kosta egiten zait zu zeu zarela ohartzea kalean ikusten zaitudanean bereziki erositako arropa berria gainean daramazularik. Badakizu ni neu zein despistatua naizen, ez dut jada erremediorik. Eta Enara, zure hazte horrek kontraesanez beteriko sentimenduak sortarazi zizkidan, dizkit, aspaldi, arraro sentitzen bainaiz, onartzen dut alde batetik koskortu zarela oso aspaldi baina bestetik… Dena dela Leire zure alabarekin gauza bera gertatzen zitzaidan, gauza bera, sentimendu kontrajarri berdin berdinak. Mikel Laboaren “Apur dezagun katea” abestiaren letrak hazten ari diren seme eta alabak aipatuz gogoan ditut, seme alaba horren bere hezkuntza, autonomia, erabakitzeko gaitasuna eta burujabetasun handiagoa eskatzen duen gazteak ditu gogoan abestiaren letrak. Bere gurasoekin gazte hauek egunoro duten ezinbesteko lehia berari dagokion askatasun zatia lortzeko. Maitasuna -egoismoa, gurasoena diot, ezin bat etorri, seme eta alabarekiko aita eta amaren maitasuna hauei, seme alabei, ematen zaien eta eman behar zaien askatasun pertsonal ardurarekin, auzia ezinbestez estuki lotuta dator eta. Letra gogokoa nuen, oso, guztiz atsegin zitzaidan, eta zait, eta doinua nire antzinako etxeko sukaldean nire amatxo Xixili eta aitatxo Inosenen aurrean abesten nuen...nire guda txiki eta isila zen...loturak gutxiago nahi nituen etxean...pertsona heldua eta osatua sentitzen nintzen...nire aitaren eta amaren aurkako guda txikia. Ni ni neu nintzen eta, ni neu. Baina gaur desberdina da, abestiaren letra eta mezu berak sentimen eta pertzepzio desberdinak sortarazten dizkit, eta behin baino gehiagotan keinu itsusiak egin izan ditut, erdi ezkutuan. Kezkak sortzen zaizkit. Zeren Enara, hauxe bera idatzi izan nion beste behin, aspaldi zure ahizpa Leireri, bizitza zaila da benetan, ez da ez erraza, batzuetan polita eta ederra da, baina bestetan gogorra eta latza, malkoak eta irribarreak askotan nahastu egiten dira, egiten zaizkigu, lorpenak eta porrotak segidan etortzen dira. Amodioa eta maitemintzeak, ezintasuna eta tristura dakarte askotan. Bizitza honetan, eta behin baino gehiagotan, ausardia eta kemena, buru hotza eta bihotz beroak ezinbestekoak izan beharko dituzu. Gogoan izan itzazu Enara hitz hauek, txertatu itzazu zeure garunean, zure bizia baino gehiago maite izango duzun “Eki” haurtxoa besotan besarkatzen, laztantzen eta musukatzen duzun une bakoitzean.
Hegan hasi zinen, hegan bai, oso aspaldi, oso, horregatik eta horretarako duzu hain zuzen txori izena Enara, aspaldi hegan ikasi zenuen enara batek bezala eta laster hegaldi luze berri eta eder bati ekiteko punttan zara Enara, ama berri baten hegaldi luze, ezezagun ziur berri eta guztiz apasionantea alajaina. Mugitu hegoak Enara, enara baten gisa, indartu eta sendotu hegoak, beharrezkoak izango dituzu eta, nik nire aldetik pentsatu nahi dut hega mardulak dituzula jadanik. Gogoan dut horregatik Mikel Laboaren “Hegoak ebaki banizkio” abesti polita eta orain niretzat are hunkigarriagoa. Hegorik gabe ez dago txoririk, ez, ez dago hegaldirik, baina ez ahaztu alaba Enara, hegan egitean sasi guztien gainetik saia zaitez hegaldatzen, sasi guztien gainetik eta laino eta ekaitz guztien azpitik. Ez ahaztu ere hegan egiteak suposatzen duena, askotan asmatuko duzu, bestetan ez, batzuetan damutuko zara, erori egingo zara, baina betiere arriskatu beharko duzu, ezagutu, aurkitu, bilatu, galdu, ahaztu eta gogoratu, harrotu eta lotsatu, urrutiratu, madarikatu, erori eta jaiki. Ez larritu horregatik niri eta zure amari ere gauza bera gertatu izan zaigu, askotan. Guztioi gertatzen zaigu. Bizitzaren legea da. Atzo, gaur eta bihar. Ziurrenez Enara nire hegoak eta zureak ez dira berdinak izango, ziur ezetz, eta agian, benetan diotsut, hobe. Hobe bai. Halaz ere eta dena dela ez ahaztu Enara, zure ama eta zure aita, inoiz, edozerengatik, laguntzarik beharko bazenu betiere, ondoan izango dituzula zure hegaldi horretan zuk erabakitzen duzun neurrian eta unean.
Kostatu zait ulertzea zein arin igarotzen den denbora, urteak ziztu bizian doaz bata bestearen atzean. Eta ez kezkatu, joaten diren urteak, ihes egiten duten sasoiak nahiz eta ez diren itzultzen, zorionez memoria dago eta. Zorionez. Polita, ederra izan da, zoragarria benetan bi alabak, Leire eta zu, Enara, zuek koskortzen eta hazten ikustea, kateak aspaldi hautsi eta eten zenituztela ohar eta ikustea. Gure borondate onenez, jakin ezazu, zure ama eta zure aita, lagun gaituzu(e)la zeregin horretan. Alaba laztana, Enara, estraputz egitean zutitu arin bezain arinago, altxa burua, jaiki, aurrera begiratu, ez atzera, eutsi goiari eta inoiz ez, inoiz ez, ez etsi. Eta barkatu baina bioi, Leire eta Enara, zerbait esan nahi dizuet amaitu aurretik: abestiak esaten duen bezala, euskaldunak gara Euskal Herrikoak, Euskadin bizi gara, euskal lurreko alabak zarete, ez ahaztu hori inoiz, burujabetza bila dabilen herri honetako alabak zarete, ez “txanda-pasarik” egin, jator jokatu, zintzo eta leial, lan egin etorkizuneko euskal gizartea hobea izan dadin laster zure seme izango “Eki”rentzat Enara, eta jadanik koskortzen ari diren Noa eta Natalerentzat Leire. Zuek erabaki nola eta zelan. Gu, zuen aita eta ama, horretan saiatu, ginen eta gara. Jarrai dezala kateak. Katea ez da eten. Izan zirelako gara, garelako eta nahi dugulako izango dira, baita ere zuen, zure eta Josebaren, seme laster izango den “Eki”. Muxu oso laztan bat eta zorte onena Enara, ama bezala. Zorte on “Eki”, ongietorria izan zaitez. Ez dakizu “Eki” zein zorte ona duzun eta izango duzun horrelako ama eta aita izatean, zeren Enara eta Josebak, amatxok eta aitatxok, beraien bizitza baino mila aldiz gehiago, eta bizi osoan, maiteko zaituzte eta. Laster arte “Eki”. Goraintziak Enara, noski, zure senarra den Josebari. Muxuak Noa eta Nataleri eta zeuri Leire, goraintziak ere, noski, Eneko zure senarrari.
Bihotzez eta zintzoki, zuen ama eta aita garen Patri eta Joxemanuel.
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