Domingo 25 de octubre de 2020
Una historia interesantísima sobre los espías vascos al servicio de Su Majestad Británica.
Con Koldo San Sebastián sacamos a la luz una historia de lo más interesante. Lo hicimos preguntándole a Pat Dyer, jefe del servicio de espionaje inglés MI6 durante la guerra mundial en Euzkadi, la manera como organizaron con gudaris salidos de las cárceles una rede modélica de espionaje que funcionó como un reloj. Se puede ver en DMAX alrededor de las diez de la noche de este lunes. La primera parte, sobre los niños de la guerra en la URSS, se transmitió el lunes pasado.
Y es que la Guerra Fría no se jugó solo a dos bandas con el estado español como campo de la batalla. Inglaterra también participó en los interrogatorios a través del MI6, el equivalente de la CIA en el Reino Unido a los niños de la guerra que habían estado en la URSS. Concretamente, lo hizo a través del diplomático Arthur Patrick Dyer, hijo de industriales británicos afincados en Euzkadi y cofundadores del Athletic.
Dyer murió hace año y medio, pero esta nueva producción contará con el testimonio de su hija, Dolores Dyer Eguidaziu, quien contará cómo Euzkadi se convirtió en un terreno de espías importantísimo durante la Guerra Fría. Además, se explicará la manera en la que las instalaciones portuarias, varios locales nocturnos de la capital Bizkaina y otros enclaves jugaron un papel importante en esta historia.
La figura de Arthur Patrick Dyer es relevante en el devenir de aquellos convulsos años. Era jefe de los servicios secretos británicos en Bilbao durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Él fue el encargado de crear una red de 50 observadores vascos de todo tipo, desde miembros del PNV, profesores, a marinos mercantes, que llevaron a cabo misiones arriesgadas., entre ellos el hermano de Juan de Ajuriaguerra, Flavio.
“Nuestro hombre en Bilbao”
A lo largo del especial, que se emitirá este lunes 26, intervendremos Koldo San Sebastián y yo ambos autores del libro Nuestro hombre en Bilbao y encargados de recoger el testimonio de Patrick Dyer antes de su fallecimiento, y que los espectadores podrán escuchar gracias a unas cintas de grabación que conservé muchos años y que entregué a la Fundación Sabino Arana. Gracias a los testimonios los espectadores conocerán más detalles de la Euzkadi de aquella época, que se convirtió en un territorio de espías durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Durante la Guerra Civil, el primer Gobierno vasco crea el Servicio Vasco de Información y Propaganda. Un servicio que desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial no duda en ofrecer información y colaboración a los servicios secretos británicos y a la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) norteamericana. La idea fundamental fue favorecer la propaganda en favor de las ideas democráticas.
Por el puerto de Bilbao, estratégico por su ubicación, se pasaba información confidencial de los alemanes. Durante la Segunda Guerra Mundial se convierte en el centro de control del espionaje alemán hacia Estados Unidos. Por ese motivo, los servicios británicos en colaboración con el Servicio Vasco trabajan a contrarreloj para interceptar esa información de trascendencia internacional. El objetivo: contrarrestar la labor de los alemanes e impedir el avance de las tropas nazis. Esta operación es la primera que el Servicio Vasco de Información realiza conjuntamente con el hombre del MI6 en Bilbao, Patrick Dyer. Este bilbaíno de origen británico se convierte en el responsable del MI6 en Bilbao. Su misión es controlar los buques que salen y entran del puerto de Santurtzi e interceptar sus listas de pasajeros, los manifiestos de carga o el listado de la tripulación. Cualquier sospecha lleva a Dyer a remitir un informe al cónsul británico. Una historia de película, pero fue realidad.
El puerto de Bilbao se convirtió en un punto estratégico de espionaje y en él se interceptaron mensajes alemanes.
Les animo a conocer hoy esta historia tan interesante.
Hoy he visto un poco el discurso de Felipe VI en la apertura del "Congreso de Empresas Familiares", no se quién le escribe los discursos, pero... llegas a la conclusión, que el congreso se puede desarrollar perfectamente sin el y sin su discurso, no sin el ropero..., por que ahí se guarda la ropa y tiene una utilidad..., pero sin Felipe VI, que no aporta nada a ese negocio (ni a ninguno y de las comisiones ni hablamos...), sin Felipe VI se puede desarrollar perfectamente y todo lo que no suma, resta (salvo para el mismo, claro...).
Publicado por: Sony | 10/26/2020 en 04:52 p.m.