LEIZAOLA, PRESIDENTE DEL GOBIERNO VASCO EN 1977
En su exposición, pasado y presente se entremezclan, hasta parecer la misma cosa. La historia, en su boca, es menos historia y pasa a ser una realidad actual y viva.
Con los pies en París, y la mente en Euskadi; desde sus casi cuarenta años de exilio, J. M.a Leizaola, cree saber interpretar muy bien el pensamiento de los vascos.
Para él las inquietudes y convulsiones de hoy, ni son más graves que las de ayer, ni tampoco distintas.
Hace del ejemplo didáctico y de la parábola, todo un sistema de argumentación política. A veces, le llega esa sonrisa de quien ha llegado a relativizar gran parte de los problemas. Monótono en unas ocasiones, imaginativo en otras, huyendo siempre del fantasma obsesionante del totalitarismo, Leizaola parece el vivo ejemplo de la convicción asumida y sentida en una idea. Una idea que le hace vivir y soñar un futuro a la medida de sus esperanzas.
A veces esquivó ciertos temas, habló siempre como presidente, nunca como ideólogo, y quiso presentar al Gobierno, como un punto de concurrencia, abierto a todos los vascos. Entretanto, la Euskadi de 1976 despedía el año.
SOMOS LOS LEGITIMOS REPRESENTANTES DEL PUEBLO VASCO
P. y H.—¿Se consideran Vdes. los representantes del pueblo vasco?
LEIZAOLA.—Legítimamente nos consideramos representantes del pueblo vasco, el Gobierno Vasco de Alava, Vizcaya y Guipúzcoa, porque el mandato no ha sido todavía declarado caduco y porque tampoco han dado el mandato a otra institución.
EL PUEBLO VASCO ES UNA CONTINUIDAD EN EL MODO DE PENSAR
P. y H.—Pero, en estos cuarenta años ¿no ha cambiado la relación de fuerzas políticas en Euskadi lo suficiente, como para pensar que el actual Gobierno no es representativo?
LEIZAOLA.—Mire, yo no solamente no creo que las cosas han cambiado, sino que nunca lo he creído. El pueblo vasco tiene una tal unidad interior en el pensar —que la gente conoce mal—, el pueblo vasco tiene tal permanente y secular continuidad en el modo de pensar y en el modo de obrar, que yo estoy seguro de que interpreto bien el fondo del pensamiento de los vascos de hoy. El pueblo vasco, en profundidad, es una continuidad, aunque naturalmente esa continuidad exige adaptaciones a lo que se mueve y cambia alrededor de él.
P. H.—¿Es entonces el Gobierno el punto en torno al cual debe constituirse el organismo unitario de la oposición vasca?
LEIZAOLA- No. No es. Las fuerzas políticas vascas, las anteriores y las que vayan surgiendo, tienen plenitud de derechos para actuar en la vida política. No están sujetas a nuestro credo.
EL ORGANISMO UNITARIO NO ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO
P. y H.—¿Piensan que es necesario o conveniente este organismo?
— Absolutamente necesario no es. El pueblo vasco en unas elecciones puede votar libremente. Lo que elija será la nueva decisión del pueblo vasco.
P. y H.—¿Es un punto de partida válido para negociar, tanto con el Gobierno Especial como con las instancias unitarias de la oposición, el actual Gobierno Vasco, tal como está constituido?
LEIZAOLA.—También, posiblemente lo es. No el Gobierno, sino las fuerzas que están con el Gobierno.
TENEMOS QUE ESPERAR A QUE EL PUEBLO NOS RETIRE SU MANDATO
P. y H.—Hay una serie de partidos, grupos políticos y organizaciones de masas que están pretendiendo crear una organismo unitario al margen del actual Gobierno de Euskadi. ¿Cuál sería su postura? ¿Estarían Vdes. dispuestos a poner en cuestión la existencia del actual Gobierno como fuerza representativa y llegar a un organismo que abarcara a una mayor amplitud de fuerzas políticas?
LEIZAOLA.—Nosotros no ponemos en cuestión la existencia del Gobierno de Euskadi. Tenemos que esperar al veredicto del pueblo, a que nos retiren el mandato; pero el pueblo, no unas fuerzas políticas. A nosotros no nos corresponde transformar el mandato. Por otro lado, el Gobierno Vasco desde el año 56, ha llamado a las nuevas fuerzas del interior a dialogar, desde el Congreso Mundial Vasco en París.
EL MOMENTO ACTUAL NO ES DE GRAVEDAD
P. y H.-—En Cataluña el proceso unitario está mucho más avanzado que en Euskadi. Aquí no hay un organismo, ni se piensa a nivel de nacionalidad. ¿No se está perdiendo el tiempo? ¿Es esto grave para el futuro de Euskadi?
LEIZAOLA.—La realidad es que yo tengo tanta experiencia de los momentos críticos, que tengo la impresión de que el momento actual, no es de gravedad, al menos de esa gravedad angustiosa o extrema, en la cual se adoptan la resoluciones de un modo unánime, porque no se ve salida a la situación.
Yo creo que los temas que se discuten son un poco artificiales, me parece a mí, porque las circunstancias no aprietan tanto como para obligar a ir detrás de una de sus soluciones.
P. y H.—¿Qué es lo que dificulta este proceso unitario? ¿Cuáles son los temas de discrepancia?
LEIZAOLA.—Hay evidentemente fuerzas orientadas en direcciones distintas. En determinados momentos históricos esa disgregación natural, se ve forzada, por circunstancias externas, a una conducta común, a coincidir en el camino. Yo creo que en este momento, las cosas no están planteadas así. Hoy hay un problema de: nuestro país y el Estado Español, nuestro pueblo y el pueblo español.
P. y H.—Ante el futuro inmediato, ¿qué estrategia va a seguir el Gobierno Vasco? ¿Va a negociar con el Gobierno Español? ¿Se va a aprovechar el marco legal? ¿Cuáles son los puntos mínimos de cara a una negociación con Madrid?
LEIZAOLA.—El Gobierno Vasco, desde 1960, ha llevado su política en el sentido de que las fuerzas políticas vascas de allí, marquen una política, para ser el Gobierno Vasco un organismo que secunde esta política. Esta actitud de suscitar y dejar las puertas abiertas a las fuerzas políticas vascas del interior, nuevas y viejas, sigue siendo hoy válida para mí.
EL GOBIERNO NO TIENE AMBICIÓN DE PROTAGONISMO
P. y H.—¿Se puede decir entonces que el Gobierno no tiene hoy un protagonismo?
LEIZAOLA.—El Gobierno hoy está actuando en el sentido de dejar la iniciativa a las fuerzas interiores. En ese sentido, no tiene hoy ninguna ambición de protagonismo.
P. y H.—El Estatuto del 36, ¿sería hoy un instrumento válido para Euskadi?
LEIZAOLA.—Sí sería; aunque me gustaría que fuera mejorado, sí sería.
YO NO SOY UN FÜHRER
P. y H.—Respecto al tema de Navarra, ya dentro de las fuerzas que componen el actual Gobierno Vasco hay discrepancias. El PNV, por ejemplo, ha declarado a esta misma revista que no acepta la exclusión de Navarra de los organismos unitarios o eventuales de autogobierno, hasta que lo exprese plebiscitariamente el pueblo navarro, porque ello supondría el que Navarra no estuviera presente en los períodos, "preconstituyente" y "constituyente". El PSOE, por su parte, no parece contar en un principio con Navarra y se remite a la decisión futura del pueblo. ¿Qué postura tiene el Gobierno Vasco?
LEIZAOLA.—Yo también le diré que serán los navarros quienes, tengan que decidir, porque no soy un führer. Hitler tenía el programa de que los austríacos eran germanos, y que debían estar en la gran Alemania. Yo quiero que quede bien claro en la cuestión de Navarra una cosa: que no me quiera convertir nadie en un führer.
P. y H.—¿Se va a intentar partir entonces de la situación que creó el Estatuto del 36, excluyendo a Navarra, o se va a buscar el modo de coordinarla con el resto de Euskadi?
LEIZAOLA.—Jurídicamente el Gobierno Vasco, no se considera con derecho a dar órdenes en Navarra. No se puede pasar por encima del concepto de organismo-estado al concepto de organismo-nación. Euskadi, como nacionalidad, se compone de Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, Laburdi y Zuberoa, pero yo tengo el mandato de Euskadi como ente político constituido; en régimen de autonomía en 1936.
EL GOBIERNO VASCO NO HA ESTADO INACTIVO
P. y H.—¿Qué ha hecho durante estos cuarenta años el Gobierno Vasco de cara al mantenimiento y la promoción de la idea vasca?
LEIZAOLA.—El Gobierno Vasco no ha estado paralizado, ni inactivo. Ahí tenemos, por ejemplo, ese boletín nuestro que está por el número 6.900. Al analizar ese boletín se vería que el Gobierno Vasco nunca ha estado inactivo.
P. y H.—¿Por qué hay entonces ciertos sectores vascos que les acusan de inactividad?
LEIZAOLA.—Mire, Vd., una visión del pueblo vasco en estos cuarenta años no es unilateral, no se percibe unilateralmente. Se puede considerar que en momentos en que un organismo está en silencio, como el hombre cuando está dormido, su vida es inexistente. Eso es un gravísimo error. Un organismo en reposo recupera, sigue viviendo, sigue creciendo y puede despertarse. A mí en septiembre del año 40, una mujer y un cura me preguntaron, ¿y ahora qué? Y yo les dije: los hombres patriotas hemos perdido una guerra, ahora la mujer y el cura allí dentro, en el silencio, deben y pueden conservar la nacionalidad.
P. y H.—ETA, nace como una réplica al inmovilismo que ellos creían ver en los dirigentes de las fuerzas políticas vascas? ¿Qué supuso para el Gobierno Vasco esta escisión?
EL NACIMIENTO DE E.T.A. NO ME INQUIETABA NADA
LEIZAOLA.—Que los de ETA sintieran eso y que el Gobierno Vasco no les siguiera en sus acciones, no significa que el Gobierno Vasco estuviera ausente. Los primeros incidentes del año 60 entre ellos y los mayores, se produjeron en el interior. Nosotros estábamos en contacto con los dos, pero no podíamos intervenir. Nosotros decíamos; que surjan también los de ETA. A mí no me inquietaba nada. Había, eso sí, dificultades muy grandes para ponerse en relación con ETA, porque no se puede tratar con una organización que no tenga una dirección, gentes que responden.
NUESTRA ACTIVIDAD NO HA CESADO UN SOLO DÍA
P. y H.—¿Y qué otras actividades realizó en todos estos años el Gobierno?
LEIZAOLA.—A partir del año 60, a mí como presidente, me correspondía estar atento a los hechos colectivos que se producían en Euskadi. Uno de los primeros fue el famoso escrito de trescientos treinta y tantos curas, que no lo promovimos nosotros, pero que sí ha nacido de todo lo que nosotros habíamos promovido en nuestra publicación, en nuestro actuar cara ante el mundo.
Desde esta época hasta el año 68 no hubo más problemas duros, que el de que había una gran represión, que no permitían las manifestaciones de Aberri Eguna y esas cosas, que fueron cosas que nosotros estuvimos detrás apoyando, porque se hacían en nombre del Gobierno Vasco. Otro terreno en que se actuó fue en Radio Euskadi, que ha emitido todos los días, desde hace quince años. Un esfuerzo Increíble. Decir que no había actuación, no es cierto. Nuestra actividad no ha cesado un solo día.
P. y H.—¿Y esa actividad llegaba a las masas?
LEIZAOLA.—Ha habido momentos en que nuestras reuniones estaban reducidas a un paralelismo y diálogo entre la UGT y STV, una apoyada por el PSOE, otra por el PNV. Eso era una acción en el interior sobre masas populares, sobre trabajadores auténticos.
NO ENJUICIO LA ACTIVIDAD DE ETA
P. y H.—¿Cómo enjuicia la actividad de ETA?
LEIZAOLA.—Yo enjuiciar, no enjuicio.
P. y H.—Enjuiciar es opinar en este caso.
LEIZAOLA.—Opinar sobre la conducta de uno es juzgarlo.
P. y H.—Pero opinar es algo libre y legítimo.
LEIZAOLA.—Pero para el Presidente del Gobierno Vasco, no. Lo que sí tiene en cuenta el presidente son los hechos. Mi tarea es la de crear la paz, y conducir por vía pacífica las cosas a la recuperación de la libertad. Ahí no hay una censura para nadie, sino que es proponer un camino por el que hoy se puede marchar.
EL PUEBLO NO SE HA RESIGNADO A VIVIR SIN LIBERTAD
P. y H.—¿Qué nos dice de la radicalizaron actual del País Vasco? ¿Cuáles son las causas?
LEIZAOLA.—Hay causas interiores y exteriores. En el primer caso, la más importante es que todo pueblo que ha sido derrotado en una guerra, si no pierde su alma y su voluntad de trabajar, llega a recuperar la fuerza material suficiente como, para intentar de nuevo, no el desquite, sino el conocimiento de la causa por la cual se luchó. Al cabo de cuarenta años, el pueblo no se ha resignado a vivir sin libertad.
P- y H.—Pero Cataluña, también fue derrotada y allí no se da esta radicalización ¿no hay otras causas?
LEIZAOLA.—Mire, como Vd. sabe, esta radicalización de la última fase, se produjo después del movimiento de mayo de 1968.
BASTANTE IMPORTANCIA
P. y H.—¿Qué importancia concede en este terreno a la acción de ETA.
LEIZAOLA.—Bastante importancia.
P. y H.—¿Considera Vd. que la situación en los años 60 era parecida?
LEIZAOLA.—Mire, en el año 60, el hecho de promover manifestaciones con motivo del Aberri Eguna era una radicalización. era salir de un cierto silencio a una publicidad. Además el día en que se acordó que el Aberri Eguna debía ser en Vitoria, y se dudaba, yo dije que era importante que fuera en Vitoria porque suponía pasar al otro lado del frente que habíamos tenido durante la guerra. Era una afirmación de nacionalidad mucho más importante que cualquier de los atentados de ETA.
LA AMNISTÍA DEBE INCLUIR LOS DELITOS DE SANGRE
P. y H.—¿Cómo entiende Vd. la amnistía?
LEIZAOLA.—Nosotros en la cuestión de la amnistía no nos quedamos en las fórmulas jurídicas, en el juridicismo, porque eso no es la construcción política. Hace falta una amnistía total. No se pueden excluir los delitos de sangre y los otros.
P. y H.—¿Es esa una exigencia de principio?
LEIZAOLA.—Para mí, desde luego.
YO NO PUEDO EXCLUIR A NADIE
P. y H.—¿Cuál es la postura del Gobierno Vasco de cara a nuevas incorporaciones?
LEIZAOLA.—Yo no puedo tener una actitud de excluir a nadie del Gobierno. Las fuerzas políticas y sindicales que en la actualidad están en el Gobierno serán las que decidan. En cuanto a las negociaciones y los posibles vetos, todo dependerá de la presión de los acontecimientos.
P. y H.—¿Qué le dicen los términos "sucursalista" o "españolista"?
LEIZAOLA.—No me gustan nada, y además como presidente, no puedo admitirlos, porque tengo que reconocer el derecho a la acción política de todos los ciudadanos vascos.
P. y H.—Hay quienes pretenden una unificación de fuerzas de "obediencia vasca", y en la que quedarían excluidos los partidos y organizaciones que tienen sus centrales en Madrid. ¿Qué dice sobre esto el Gobierno Vasco?
LEIZAOLA.—Existe un grave error de concepción política en los hombres de tierra adentro que no se dan cuenta que la vida política es una empresa como la marítima, en la que Vd. está metido en un barco y en la que se trata, ante un temporal, de perdurar después de él. En el mar la línea más corta entre dos puntos no es la línea recta; hay que evitar los arrecifes y de lo que se trata es de llegar. Yo, a la juventud en el año 60 les dije: pretender ir a los objetivos esos, es como pretender subir al Himalaya sin campos intermedios. El Gobierno de Euskadi es un campo intermedio, eso no significa que no se quiera llegar a la cumbre. Siguiendo con el ejemplo marítimo: dentro de un barco yo me puedo dar cuenta de que una parte de la tripulación no está muy de acuerdo con el rumbo de la nave, pero la nave debe llevar algún rumbo. Yo no me inquieto excesivamente porque los de las máquinas estén desesperados. Lo importante es que no estén desesperados hasta el punto de que hundan la nave. Si la nave es Euskadi, lo importante es que la subsistencia de la nave prime sobre lo demás.
"La amnistía debe incluir los delitos de sangre"
ESTOY DISPUESTO A TENER LA RESPONSABILIDAD DEL ORDEN PÚBLICO EN MI PAÍS
P. y H.—Hay organizaciones políticas que se plantean la existencia de las actuales fuerzas de orden público en Euskadi, como un problema de principio que es necesario solucionar, en tanto que otras inscriben el tema dentro de un contexto político general, en el que se irán estableciendo las posibles reformas. ¿Cuál es la postura del Gobierno Vasco ante esta disyuntiva?
LEIZAOLA.—El presidente del Gobierno lo que dice es que está dispuesto a tener la responsabilidad del orden público en el país, está dispuesto psicológicamente.
P. y H.—Una cuestión que en su día provocó polémica. ¿Por qué el Gobierno Vasco denegó su participación en el Aberri Eguna del pasado año en Pamplona?
LEIZAOLA.—Porque lo acordaron los partidos.
P. y H.—¿Qué tuvo que ver la muerte de Berazadi en esta decisión?
LEIZAOLA.—En todas las deliberaciones no se nombró el caso Berazadi; más o menos todo el mundo lo tendría en cuenta, pero, ni en la comunicación ni en las deliberaciones nadie lo planteó.
EN EL CASO PERTUR NO HUBO CONNIVENCIA CON EL SILENCIO
P. y H.—En ciertos círculos y como contrapartida, se ha criticado el que el Gobierno no expresara su posición en torno al secuestro de Pertur.
LEIZAOLA.—Para mí el caso Pertur fue enormemente sensible en todos los aspectos. Lo que hicimos en OPE (nuestro boletín), fue no hablar de otra cosa. Como en nuestra manera de ver, tenían que haber sido los de la extrema derecha o los paralelos o los que sean, los autores, exigimos la aclaración del asunto. No hubo reuniones del Gobierno en esta época y persistía la incertidumbre sobre lo que había ocurrido, porque su hermana seguía diciendo que estaba vivo. No había desenlace total del asunto, como en el caso Berazadi. Pero no se daba en nosotros ningún deseo, ni connivencia con el silencio, ni mucho menos con la justificación. Le aseguro a Vd. que pocas veces, me he sentido tan cerca del caso...
P. y H.—¿Cómo ve el futuro de Euskadi?
LEIZAOLA.—Respecto a Euskadi soy optimista. La causa fundamental es la conducta de conjunto del pueblo durante estos cuarenta años. Sé que hay muchos escollos, que provienen de la evolución mundial de ciertas grandes cuestiones, de la evolución mundial, no de la nuestra interior. Pero, soy optimista, porque hasta ahora, ha habido suficiente serenidad en nuestro País para, paso a paso, ir ganando posiciones.
En ese optimismo dejamos a J. M. Leizaola, 80 años, donostiarra de nacimiento, diputado a Cortes en los años 31 y 33, ministro del Gobierno Vasco desde el año 36 y presidente del mismo a partir de 1960. En su mesa de despacho se amontonan los libros, los periódicos, los boletines. Un modo de ver a Euskadi y la sensación de que el tiempo no ha pasado del todo.
JOSE ARRIETA
(Punto y Hora – Enero, 1977)
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