Por: José Manuel Bujanda Arizmendi

La tarea pendiente en Euskadi es que sea asumido e interiorizado por todos, singularmente por la llamada izquierda abertzale, desde el explícito reconocimiento del dolor y daño causado que: no hay convivencia sin pacto, que no hay pacto sin cesión, que no hay cesión sin reconocimiento y respeto del y al otro. El 20 de octubre de 20111 comenzamos a escribir una nueva historia, ETA anunciaba “el cese definitivo de la actividad armada”. No fue aquel un día más en el calendario, no, era el primer día de un nuevo futuro, el futuro que todos y todas ansiábamos y merecíamos. Tocaba comenzar a construir ese nuevo futuro en paz y libertad. El número 64 de la revista “Hermes” (Sabino Arana Fundazioa) de la mano de, a la sazón, su Director Josean Rodríguez Ranz (hoy Viceconsejero de Igualdad, DDHH y Cooperación del Gobierno Vasco) publicó este último mes de abril un magnífico ejemplar titulado “Miradas al antes y después del final de ETA” y ello con el fin de aportar un granito de arena hacia el logro de una Euskadi reconciliada, en paz y en libertad, por el reconocimiento y justicia hacia las víctimas, por el compromiso moral con nuestra sociedad, lección y aprendizaje colectivo en definitiva para nuestro futuro y el de las nuevas generaciones. No hay desperdicio alguno. Por mi parte, y con gran esfuerzo, extracto, entresaco y resumo las más, en mi humilde opinión, significativas miradas, motivo todas ellas de profunda reflexión, miradas críticas al ayer pero esperanzadoras al mañana. Porque quizás sea cierto que mirarnos a los ojos forme parte de la solución.