ELGETA HOMENAJEÓ A LOS SOLDADOS DEL EUSKO GUDAROSTEA, A OTROS REPRESALIADOS Y SIGLAS QUE COMBATIERON El FASCISMO
Un reportaje de Iban Gorriti
ELGETA fue ayer un irrintzi que se escuchó en toda Euskal Herria. Fue el día que un país debía haber gritado ya hace años. Aunque tarde, al menos 15 soldados del Eusko Gudarostea y familiares de otros represaliados se sintieron honrados, raíz, eslabón de cadena, agua de un manantial que el fascismo golpista contaminó en 1936 y que a día de hoy vuelve a ser potable. Perdieron, pero no les vencieron. “Se lo debemos a quienes aquí, en Intxorta, desde las trincheras o desde las cocinas lucharon y dieron su vida por la libertad”, enfatizaba Julia Monge, de Intxorta 1937, asociación que coordinó la emotiva jornada.
Elgeta echó el resto, como otros consistorios, así como las siglas que combatieron a una contra los antidemócratas: ELA, CNT, PNV, ANV, POUM o EPK. La jornada llevó por nombre Intxortako Erresistenteen Eguna y vino precedida por un día para la juventud. De hecho, se habilitó el polideportivo de Elgeta para que 30 personas pernoctaran en él.
Los actos comenzaron con una bienvenida en Intxorta y una recreación de la batalla que frenó a los de Mola con 150 personas vestidas de ambos bandos. A continuación se hizo una ofrenda floral, y el programa continuó en la plaza consistorial.
Con una organización impecable -salvo falta de señalización para subir a Intxorta-, los soldados del Eusko Gudarostea llegaban a la plaza. De entre 92 y 98 años. El decano, Antonio Izagirre, de 102 años, de La Quadra no pudo viajar: “Quería ir, pero me mareo en coche. Quiero que sepan que estoy muy bien y un saludo para todos”, señaló a este diario.
El acto de homenaje hizo llorar a más de una persona. La música de una banda, bertsolaris, un poeta; los manifiestos... Solo faltó ceder el testigo de la voz a los gudaris, algunos muy capaces. José Moreno gritó un “gracias”, un “eskerrik asko” cuando le entregaban su escultura. Sin embargo, uno a uno se mostraban reconfortados: Juan Azkarate, Antonio Telleria Bilbao, Manuel Sagastibeltza, Marcelo Usabiaga, Regino Biain, Inazio Ernabide, Benito Martín, Gerardo Bujanda, Luis Ortiz, Gregorio Urionaguena, Claudio Usobiaga, Antonio Martín y Luis Etxebarria. No pudo acudir por enfermar esa misma noche Baltasar Delgado. La organización supo ayer la identidad de un nuevo gudari vivo y lamentó no poder localizar a algunos como Miguel Soreasu, que sí estuvo presente el Gudari Eguna de la Huella, en Artxanda el pasado junio.
Todas las ideologías antifascistas aplaudieron juntos al cantar la Internacional, el Eusko Gudariak y A las barricadas. Bittori Bárcena, mujer casada con el histórico comunista Marcelo Usabiaga, era la primera en levantar el puño al oír el himno comunista. “Resistir es vencer, por lo que aquí seguimos”, proclamaba orgullosa junto a su compañero.
Juan Mari Atutxa, de Sabino Arana Fundazioa, enalteció el valor y el ánimo de aquellos a quienes “hay que recordar” mientras bajaba paseando de Intxorta. El único gudari de mar vivo, Juan Azkarate, aseveró que “aunque nos juntan a todos tarde, porque muchos han muerto, es un día de categoría. Mira, nosotros el 10 de mayo volveremos al acto que se hace en Matxitxako”, informaba. El jeltzale Joseba Egibar se emocionaba al abrazar al gudari Gerardo Bujanda. Por su parte, Eduardo González, de Sare Antifaxista, citaba como “modelo” a Elgeta. “A diferencia de otros lugares, el trabajo aquí es serio con un ayuntamiento volcado”, aportaba.
El arrasatearra Angel Balzategi se venía abajo al recoger el recuerdo a su tío Segundo Olazagutia, del batallón Dragones. “La memoria hay que cuidarla. Perdonar, sí; pero olvidar nunca a quienes lucharon por las libertades”. El gudari Antonio Telleria Bilbao viajaba por primera vez a un acto de homenaje. “Hasta ahora no había querido”, explicaban su hija Jone Miren y su nieta Ainhoa. Hubo quien echó en falta a fallecidos recientemente como Félix Padín, Sebastián Mendívil, Juan Larrinaga... incluso, milicianas como Julia Hermosilla.
El ex secretario general de la CNT, Luis Fuentes, a modo de sugerencia propone que “a la recreación de la batalla se le dé una vuelta” y estima que “quedan pocos abuelos y andamos tarde, pero ha sido responsabilidad de todos”.
(Deia, Abril 2015)
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