EL ESCRITOR E HISTORIADOR IRUINDARRA MIKEL ZUZA NOS DESCUBRE UNA IMAGEN DIFERENTE DE CARLOS DE VIANA, Y LO HACE A TRAVÉS DE SU ÚLTIMO LIBRO: 'PRÍNCIPE DE VIANA, EL HOMBRE QUE PUDO REINAR' (EDITORIAL PAMELA 2018). PARA ELLO, ZUZA SE HA BASADO EN UN DOCUMENTO, CONSERVADO EN LOS ARCHIVOS DE PAU (FRANCIA), CON 87 QUEJAS QUE LOS AGRAMONTESES (PARTIDARIOS DEL REY JUAN II DE ARAGÓN) PRESENTARON CONTRA EL QUE HUBIERA SIDO CARLOS IV DE NAVARRA Y EL BANDO BEAUMONTES (PARTIDARIOS DEL PRÍNCIPE).
Hablamos con el escritor tanto de su libro como de los hechos históricos que acabarían marcando el devenir futuro de Navarra, entonces reino, hoy una autonomía más del mapa del Estado español.
¿Cómo llegó a sus manos el documento que articula el libro?
Era ya conocido desde finales del siglo XIX. El autor francés Desdevises du Dezert comentó entonces, aunque bastante por encima, tales denuncias en su famosa biografía del príncipe. Desde entonces, y hasta principios del siglo XXI, nadie más, aparte del heraldista Mikel Ramos, se había vuelto a fijar en ellas. Él fue quien me recordó la existencia del manuscrito.
La caída en desgracia de Carlos tuvo lugar a partir de la boda de su padre, el rey Juan II de Aragón, con la castellana Juana Enríquez. A partir de ese momento, las relaciones entre padre e hijo se deterioraron. Si nunca se hubiera celebrado esta boda, la vida de Carlos y la historia de Navarra hubieran sido bien distintas...
En realidad, los problemas entre el príncipe y su padre venían de mucho antes, y se pusieron de manifiesto especialmente tras la muerte de la reina propietaria, doña Blanca, en 1441. El segundo matrimonio de Juan II sí que contribuyó decisivamente a que lo que hasta entonces se había mantenido más o menos en la esfera privada, estallara públicamente, porque la llegada a Navarra de Juana Enríquez y del resto de aliados castellanos de Juan II -sobre todo del padre de Juana, el almirante Fadrique Enríquez- suponía en la práctica la postergación política de Carlos, que llevaba gobernando el reino en paz desde la muerte de su madre. En ese mismo sentido, la necesidad del rey de sostener a sus recién llegados partidarios extranjeros, supuso también la caída en desgracia de quienes rodeaban al príncipe hasta entonces -los futuros beaumonteses- sentando así las bases del conflicto civil entre ambos
Una de las batallas más conocidas entre padre e hijo fue la de Aibar, que perdieron los partidarios de Carlos. ¿Cuál fue el motivo de esta derrota?
A mi juicio, el principal problema de Carlos a la hora de encarar ese desafío militar concretamente, y muchas otras circunstancias políticas a las que tuvo que hacer frente a lo largo de su vida, fue sin duda la diferencia de medios entre su padre y él. No hay que olvidar que Juan II no solo detentaba injustamente la corona de Navarra -con el apoyo del bando agramontés-, sino que era también gobernador de Aragón en nombre de su hermano Alfonso V, disponía también de cuantiosas rentas en Castilla y finalmente contó además con el refuerzo de su poderoso yerno, el conde de Foix. Mientras tanto el príncipe solo podía contar con sus partidarios beaumonteses y, solo a veces, con la ayuda del rey de Castilla. En esas circunstancias tiene mucho mérito que pudiera sostener su causa durante más de diez años.
Los primeros años de la vida del príncipe transcurrieron en el palacio de Olite, una de las muchas residencias reales que tenían los reyes navarros, ¿cómo era la vida en este palacio?
Placentera, teniendo en cuenta sobre todo que cuando muere la reina doña Blanca y Carlos comienza a gobernar, él apenas tenía 20 años, igual que su esposa, Agnes de Kleves, y muchos de los nobles que les rodeaban. Las fiestas y banquetes eran constantes, y aunque siempre se había defendido que era una corte aburrida donde nunca pasaba nada, si damos crédito al documento de Pau descubriremos que esa era una visión muy alejada de la realidad, pues en él se nos narran intrigas palaciegas y sentimentales que no desentonarían en absoluto en las folletinescas novelas de Alejandro Dumas. Lo cierto es que tanto el de Olite como el muy cercano de Tafalla fueron dos de los palacios más suntuosos de la Europa de su tiempo, y que quienes los habitaron se esforzaron en competir en lujos que ahora solo podemos recrear con la imaginación a través de la documentación conservada.
¿Cómo era físicamente?, ¿era un hombre culto?
El cronista Gonzalo García de Santamaría dejó escrito que el príncipe era de más que mediana estatura, complexión delgada, cabello castaño y semblante melancólico. Por otro lado, era muy culto. Aunque hay que tener en cuenta que muchas de las semblanzas tanto físicas como psicológicas que redactaban los autores de aquella época tendían al idealismo, el capellán del rey Alfonso V el Magnánimo dijo de él: "Fue muy bello, muy sabio, muy sutil, muy agudo y muy claro de entendimiento. Gran trovador, buen músico, danzante y cabalgador. Cumplido de todo amor y gracia. Con mucha ciencia: todo el tiempo de su vida amó el estudio". Y aunque no nos creamos toda su descripción, considero que es la última frase la más importante. Primero porque es cierta, y luego porque esa envidiable cualidad llamaba la atención tanto entre los gobernantes del siglo XV como lo sigue haciendo entre los del siglo XXI.
Si no me equivoco, hablaba perfectamente cinco idiomas...
Se manejaba perfectamente en romance navarro, francés y latín, y su exilio mediterráneo le obligó a dominar también el italiano y el catalán, que no le habían enseñado en la infancia. Hay constancia además de que se interesó en aprender griego. En cuanto al euskera, en mi libro expongo que dado que algunos de los dominios más importantes de los Beaumont, sus principales partidarios, estaban en Lapurdi, y que cuando acompañado por muchos de ellos salió de Navarra en el año 1450, pasó más de medio año en distintas localidades de Gipuzkoa, no sería nada extraño que tuviera también conocimientos de euskera.
Hubo un proyecto de boda entre Carlos e Isabel de Castilla (la futura Isabel la Católica), ¿por qué no prosperó este enlace?
En efecto, ese proyecto estuvo siempre sobre la mesa, pero exclusivamente por parte del príncipe, ya que Juan II se negó siempre a validarlo porque tuvo claro desde el principio que Isabel sería para Fernando, el hijo de su segundo matrimonio, y no para su primogénito. Si jugáramos a lo que pudo haber ocurrido de haberse llevado a cabo dicho enlace, podríamos imaginar que la unión de todas las coronas hispanas se habría producido en la figura de Carlos de Viana, y no en la de su medio hermano, el futuro Fernando el Católico, y que puestas así las cosas, acontecimientos históricos de trascendencia tan extraordinaria como la conquista de Granada o el descubrimiento de América quizás no se habrían dado, o si hubiesen llegado a pasar finalmente, puede que hubieran sucedido de manera totalmente distinta, debido al muy distinto carácter de los dos hermanos. Pero eso nunca lo sabremos.
¿Fue el único heredero navarro, y digo navarro, en ostentar el título de Príncipe de Viana?
Desde luego sí que fue, y hasta la fecha Carlos sigue siendo el más navarro de todos quienes han ostentado ese título. Pensemos que, de sus 40 años de vida, 34 los vivió íntegramente en su reino, porque fue educado expresamente desde la cuna para ser rey de Navarra, una actitud que se muestra perfectamente el documento conservado en Pau, donde defiende una y otra vez su condición de heredero y propietario como sucesor legítimo de sus antepasados, los reyes de Navarra.
En su libro cuenta que la moneda del príncipe no fue el gros de plata, como se creía, sino el leal...
Bueno, el nombre genérico de muchas de las monedas acuñadas en esa época por los reyes de Navarra sí que fue el de gros (grueso, en francés), pero ahora sabemos -porque nos lo dicen sus enemigos- que el príncipe puso a las suyas el mucho más simbólico de leal, queriendo indicar con ello que quienes estaban con él eran leales, y quienes servían a su padre, traidores. Esa desconocida denominación viene además a completar la propia rareza de esas monedas batidas por Carlos, pues recordemos que solo el poder soberano puede acuñar moneda, y el príncipe no llegó a reinar nunca. Por eso sus monedas son las únicas -entre toda la historia numismática de Navarra- que cuentan con el prestigio añadido de representar un concepto político tan digno como es el de las causas justas perseguidas por la tiranía.
¿Cómo fueron las relaciones, si es que las hubo, entre Carlos y su hermanastro Fernando el Católico?
Realmente no debieron tratarse demasiado. Se llevaban más de treinta años de diferencia, y más allá de breves periodos de convivencia, no resulta sencillo especular con la opinión que el príncipe debió tener de su medio hermano, aunque es evidente que debió de comprender muy pronto que su padre iba a primar a Fernando como heredero
Tuvo tres hijos, pero al final decidió nombrar heredera a su hermana Blanca, ¿por qué motivo?
Fundamentalmente porque quiso atenerse al orden sucesorio marcado por su abuelo, el rey Carlos III el Noble. Además, sus tres hijos no eran legítimos, porque de su matrimonio con Agnes de Kleves no tuvo descendencia. En ese sentido actuó con mucho más respeto por la legalidad navarra que su propia madre, la reina doña Blanca, que al pedirle en su testamento que no tomase la corona sin el consentimiento de su padre Juan II acabó motivando el conflicto entre ambos.
Se cuenta que quizá murió envenenado...
Sí, es algo que viene repitiéndose desde el mismo día de su muerte, el 23 de septiembre de 1461, en Barcelona. A más de 600 años vista es evidente que no se puede probar nada, ni creo que tenga mucho sentido empeñarse en hacerlo. Lo que sí es cierto es que él se mostró siempre muy preocupado por que pudieran llegar a intentarlo -quizás porque conocía muy bien con quién se estaba jugando los cuartos-y que da la casualidad de que todos los que se enfrentaron en un momento u otro a Juan II, aun siendo mucho más jóvenes que él, que acabó alcanzando los 82 años, murieron sin remisión. Hay también otro dato curioso que doy en mi libro. El último año de la vida del príncipe, los embajadores de Castilla le hicieron cuatro avisos: que su padre nunca le permitiría casarse con Isabel, a la que reservaba para Fernando; que el rey jamás le reconocería como primogénito de Aragón; que Juan II pretendía que llegase a haber un solo rey en España, que naturalmente sería Fernando; y que tuviera mucho cuidado, porque para lograr más fácilmente esos objetivos pretendían envenenarlo. De esos cuatro pronósticos, sabemos que los tres primeros acabaron cumpliéndose punto por punto (el tercero en 1512, con la conquista de Navarra por parte de Fernando), así que podemos albergar al menos una duda razonable sobre que el cuarto no se hiciera también realidad, y el rey o sus partidarios decidieran librarse definitivamente del mayor obstáculo para lograr todas esas metas. O sea, Carlos de Viana.
¿Tiene Carlos el suficiente reconocimiento por parte del Gobierno de Navarra?
Aunque quizás ahora mismo ese reconocimiento pase un poco más desapercibido, la verdad es que desde la máxima institución cultural del Gobierno foral a muchas calles en las principales localidades navarras siguen llevando su nombre hoy en día. Un honor que ni su padre Juan II ni su medio hermano Fernando han merecido nunca. Por algo será…
Por: Mikel Zuza
Eduardo Inda, imputado junto con la cúpula policial del PP.
https://spanishrevolution.net/eduardo-inda-imputado-cupula-policial-pp/
Publicado por: Sony | 02/11/2021 en 08:07 p.m.
Ahora que vuelve a estar de moda Bárcenas..., recuerdo a "los de siempre" y cómo BASTA YA, apareció en los papeles de contabilidad B de Bárcenas..., luego lógico que hablen de cualquier cosa que no sea la corrupción.
Publicado por: Sony | 02/11/2021 en 08:41 p.m.
naiz: Iritzia | Opinión - España ni para los españoles.
https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/espana-ni-para-los-espanoles
Publicado por: Sony | 02/11/2021 en 10:34 p.m.
Aquellos jóvenes que al final del franquismo se dieron cuenta que España no cambiaría tanto como ellos esperaban, también descubrieron que era más sencillo adaptarse a lo que había y no poner en peligro lo existente, que cambiar realmente lo que fallaba y así llegamos al problema actual.
DEDICADO A LA FALLECIDA INTELECTUALIDAD ESPAÑOLA, VIVOS, PERO MUERTOS EN VIDA COMO INTELECTUALES.
Publicado por: Sony | 02/11/2021 en 10:50 p.m.