Martes 24 de agosto de 2021
Todo ocurrió el mismo día. Este lunes 23 de febrero. Imagínate que tienes una tienda y unos descerebrados, borrachos y drogados, te rompen las lunas del local y te roban una serie de zapatos del mismo pie. Se reúne el ayuntamiento y todos los grupos condenan esos hechos y piden apoyar a la policía municipal y a la Ertzaintza. Todos lo hacen, pero siempre aparece el garbanzo negro antidemocrático y como siempre Bildu no se suma al comunicado. No les gusta la palabra condena y no les gusta se pida apoyo a la Ertzaintza, aquella policía que les perseguía cuando delinquiendo apoyaban a ETA. No consideran que una policía integral ha de cumplir la ley. Y, oh!! Sorpresa, con toda su cara dura, no votan la declaración. Bueno, no tanta sorpresa conociendo a la concejal de Bildu y a la ideología que representa. Sorpresa porque en ese mundo, formado en parte por abertzales, no haya nadie que les diga que son representantes de un pasado que la sociedad quiere olvidar y que a ellos, independentistas y sensibles a los derechos humanos, a todos, no les representan. Pero no. Todos callados.
Ese mismo día, en Santutxu, homenajean al miembro de ETA que mató a tu padre. No es el caso pero podía serlo. Lo pongo en perspectiva para tanto buenista que dice que las cosas están cambiando en ese mundo. No es así. Te destrozan la tienda y homenajean al asesino de tu padre.
¿Qué dirías?. ¿Pondrías los paños calientes que se ponen en casi todas las informaciones?. No creo, pero de eso se valen. De ahí que hay que ser mucho más beligerantes ante esta falta de ética, moral y empatía. Como diría D. Manuel de Irujo, esta gente no ha terminado ni el bachillerato mínimo para dedicarse a la política.
Pues ocurrió lo primero tal cual y lo segundo con distintos protagonistas. Arrasaron una tienda en Donosti pero Bildu no condena el hecho y recibe en Santutxu a Agustín Almaraz, un sujeto que mató a cuatro personas hace 25 años. Se le recibe a la salida de la cárcel de Basauri, no es criticable, y se le organiza un homenaje con paseíllo, txistu, tamboril e ikurriñas. Algo inaceptable en una sociedad democrática y con valores. No fue un recibimiento privado sino público y de héroe. Puños en alto, buen símbolo de una filosofía totalitaria.
Ocurrió el lunes. En octubre se cumplen diez años de la desaparición estratégica, que no ética, de ETA. Y nos dirán que Bildu ha hecho esfuerzos para reconocer el daño causado. No es del todo verdad. Si fuera así, hubieran condenado los desmanes donostiarras y le hubieran recibido a Almaraz en la intimidad. Han hecho lo mismo que hubieran hecho cuando ETA atentaba. Lo mismo. La explicación es sencilla. No han asumido su fracaso, no tienen una ideología democrática, no han aprendido nada, no han olvidado nada.
Me he encontrado con Pepe Rubalkaba, quien fuera parlamentario vasco en Gasteiz 27 años. Hemos comentado el caso. Me lo ha resumido en una reflexión. ”Desengáñate Iñaki. Son los mismos”.
Es verdad. Son los mismos. Si hubiera alguien distinto presionaría internamente para que no fueran tan torpes, tan zafios, y tan insensibles al dolor ajeno. O lo dirían en público. Pero no lo dicen. En resumen. Quien calla, otorga.
Es como el caso de Eba Blanco, esa señora que por pucherazo ostenta la Secretaría General de EA, se aferra a la silla y ante un día como el de ayer, calla como un Buda. No va con ella, cuando EA si algún perfil destacado tenía era el de su condena de todas las violencias. Pero ella calla. No puede dejar a Sortu en evidencia. Su mudez es escandalosa.
Es como todos estos miembros de la izquierda caviar y de la izquierda pro cubana que critican que los Estados Unidos se hayan retirado de Afganistán. Criticaron cuando hace veinte años la invadieron tras el 11S y la critican ahora porque se van. Yo critico por cómo se van. Curiosamente en Gara apenas tratan el asunto. No les gusta. Les quema.
Tenemos pues una IA desnortada, sin valores, que se manifiesta y la monta parda contra el PNV por el accidente de Zaldibar, que su obsesión es lo que le pasa a sus presos, y a ellos pero sigue considerando que los derechos humanos no son universales, que la democracia es buena si me favorece, que si llego al poder no lo suelto, y que le parece de cine que se homenajee a un sujeto que ha matado a cuatro personas.
¿No hay nadie dentro que les diga que están locos?.
Parece que no.
Lo que me ha dicho Rubalkaba. ”Son los mismos. No nos engañemos y no engañemos a los demás”.
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