Miércoles 6 de octubre de 2021
Esta fotografía nos la sacaron un poco antes de comenzar el acto de entrega el premio Irujo a la Ikastola de Lizarra el pasado sábado. Estamos Arantza Amezaga, Josu Txueka y yo. Arantza Amezaga es la viuda de Pello Irujo, sobrina de D. Manuel y madre del historiador Xabier Irujo, del Consejero navarro Mikel Irujo, de Pello Irujo que fue presidente de las Ikastolas de Navarra y de Enekoitz. Arantza, escritora, articulista y bibliotecónoma fue la persona que montó la Biblioteca del Parlamento Vasco en la primera legislatura. Escribe en la actualidad una historia novelada sobre la odisea de El Alsina, un barco en el que sus aitas llegaron a Argentina tras un viaje que duró casi año y medio en plena guerra mundial. De allí pasaron a Uruguay y de ahí a Venezuela. Es la historia prototípica de tantos y tantos exiliados jelkides. Esta historia cumple ahora 80 años. Le falta una película
Arantza ya escribió un libro sobre esta travesía que tiene todos los componentes de un éxodo. De Marsella a Casablanca tras pasar por Dakar en el Senegal con bandera francesa y de aquel enclave marroquí a países de América en el vapor lisboeta Quanza. Fueron un total de 411 días de supervivencia. En ese barco iba el ex presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, Telesforo de Monzón y Francisco Basterretxea, miembro del Tribunal de Garantías de la República.
Josu Txueka es un acreditado historiador que trabaja en este momento en una biografía sobre el ex ministro Irujo. Doctor en Historia, profesor universitario, tiene cuatro libros fundamentales para conocer aspectos varios de la guerra civil y el exilio y participa como director y ponente en numerosos congresos y reuniones científicas entre los que destacan los cursos de verano de la EHU/UPV en Donostia. Fue presidente de la sección de Historia y Geografía de Eusko Ikaskuntza y en el 2015 recibió el Premio Manuel de Irujo, así como Arantza, tocándome la laudatio de Arantza de quien dije que no se le puede entender a Arantza sin conocer la historia de sus aitas y de su marido Pelllo, sobrino de D. Manuel, de lizarra.
A mí me lo dieron en el 2017, haciendo la presentación Josu Erkoreka con quien he trabajado en la figura de D. Manuel para que su legado parlamentario y político no se pierda.
Fue una jornada muy agradable la del sábado en la que Koldo Viñuales, motor del premio, organizó un acto necesario de reconocimiento hacia un esfuerzo tan importante como la educación y el euskera.
Hecho en falta actos parecidos alrededor de personalidades como Landaburu, Rezola, Agirre y alguien representativo de Iparralde en los demás territorios. Solo hacen falta otros cuatro Viñuales.
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