Domingo 29 de mayo de 2022
Nos gusta repetir aquello de “porque fuimos, somos, y porque somos seremos” sin embargo desconocemos cada vez más que las cosas las hacen los seres humanos con cara, ojos, nombre y apellidos. Digo esto porque se ha vuelto a repetir un hecho demostrativo del inquietante adanismo en el que vivimos. Pasó con José Ignacio Arrieta impulsor del Ingreso Mínimo de Inserción, la actual RGI, al fallecer hace dos años y ha vuelto a pasar tras el fallecimiento de Xabier Agirre, la semana pasada, sucesor del diputado José Antonio Agirre y Mitxel Garteiz en la alcaldía de Getxo, y primer Consejero de Sanidad tras el fallecimiento de Franco. No hubiera estado de más haberle dedicado tiempo y espacio en los medios públicos a quien en 1983 puso en marcha Osakidetza y preparó la transferencia del Insalud a Euzkadi. Aquí al parecer solo se puede hablar de Osakidetza en clave de huelga, confrontación y crisis pero jamás poner en perspectiva realidades positivas y reconocer a los demás el trabajo bien hecho. Esto es un poco miserable y habla pésimamente de nuestra sociedad. El mundo político-funcionarial-sindical ha creado una burbuja a su servicio, y lo demás les importa menos que nada. No hay valores.