Martes 21 de junio de 2022
Conviene leer el libro de Josu Txueka sobre el Campo de Gurs y conviene asimismo visitar, cerca de Bayona, lo que queda como memorial de este Campo de concentración donde terminaron burukides, dirigentes políticos vascos, curas, padres de familia y refugiados en una primera época y judíos y perseguidos del nazismo en la segunda guerra mundial desde 1940.
Al principio fue un campo de refugiados construido en el año 1939 a fin de acoger nacionalistas vascos, combatientes republicanos y voluntarios de las Brigadas Internacionales que tras la derrota de la II República española, habían pasado la frontera, pero que a partir de 1940 durante la II Guerra Mundial pasó a desempañar la función de campo de concentración. El gobierno francés internó en él alemanes y de otros países considerados afines a éste, así como a franceses considerados peligrosos por sus ideas políticas y a presos por delitos comunes trasladados desde cárceles cercanas al frente de guerra. Acogió asimismo judíos alemanes enviados a Gurs por el gobierno nazi. Tras la derrota alemana, se internó brevemente en Gurs a prisioneros de guerra alemanes y colaboracionistas franceses. El campo de Gurs permaneció en funcionamiento durante siete años de 1939 a 1946 constituyendo el de mayor duración e importancia de Francia.
En el Campo hay un retoño del Árbol de Gernika colocado en mayo 2005 y en el Campo una reflexión.
¿Podemos olvidar?
Un bosque oscuro, vagamente hostil, un suelo pantanoso, el ruido del viento, el canto de los pájaros. Y, sin embargo, hay que imaginar aquí un verdadero pueblo de miseria, un universo cerrado, separado de todo. Un campo inmenso, sin árbol ni verdor, sin sombra en verano, sin nada para protegerse de las ráfagas de viento o de la lluvia del invierno. Hay que imaginarse la soledad, el frío, el hambre y la miseria. Hay que imaginar la angustia permanente, la angustia de no tener noticias de los suyos, la angustia del sufrimiento, la angustia de la muerte, la angustia de la deportación.
La naturaleza lo ha cubierto todo. Sin embargo cada metro cuadrado de este lugar conoció tal dolor. ¿Podemos olvidar?.
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