Jueves 21 de julio de 2022
Lendakaritza. Así se llamaba en 1936 donde estuvo el despacho del Lehendakari José Antonio Aguirre.
Este miércoles viví un momento irrepetible. La fotografía está obtenida en la terraza del Hotel Carlton sito en la Plaza Elíptica de Bilbao, no en la Plaza Moyúa. Así se llamaba y le llamamos los que no queremos nombres impuestos por la dictadura, en este caso por el alcalde Areilza que nada más entrar las tropas sublevadas en Bilbao el 19 de junio de 1937, quitaron de esa terraza el letrero de Lendakaritza y cambiaron el nombre a la Plaza Elíptica por Moyúa un alcalde de la dictadura de Primo de Rivera.
Estar por tanto allí era un puntazo, mucho más con los supervivientes de cien batallas. Los presentes recordamos como desde esa terraza el Lehendakari Agirre saludaba y recibía el homenaje de los batallones vascos, junto a sus Consejeros. Y recordamos como en la película Los Hijos de Gernika se ve esa escena, con su comandante al frente, el dirigente de ANV, Tomás Mitxelena a quien saludábamos todos los lunes en Caracas cuando íbamos a la reunión de EGI. Tomás, con su vieja bata, su nariz kilométrica, tenía un chiringuito, junto a nuestra sala de reuniones en el barrio de La Candelaria en Caracas, donde arreglaba radios. Nuestra sala de reuniones cargada con sus estanterías de libros y de ikurriñas así como de la revista Gudari, estaba pegada al chiringuito de Tomás, el comandante de gudaris.
De eso y de muchas cosas hablamos tomando el aperitivo y más contentos que si estuviéramos en la Costa azul. Con la excusa del viaje a Euzkadi desde Caracas de Kepa Lekue con su familia, Koldo nos llamó y allí acudimos.
Kepa nació el mismo día del bombardeo de Gernika en Getxo, donde se había refugiado su familia oriunda de Arrigorriaga. Tiene pues 85 años y está como un motor de Fórmula. ¡Ya quisiera Biden tener su lucidez, su marcha, sus recuerdos, sus ganas de seguir dando clase, como lo sigue haciendo en las Universidades Central y Metropolitana de Caracas. Casado con Karmele Bilbao, nacida en Cumaná y sobrina del jugador del Athletic Gerardo Bilbao y hermana de Jontxu Bilbao, que allí estuvo con nosotros. Jontxu es bisnieto del alcalde de Bilbao Ernesto Ercoreca.
Mi hermano Koldo ha escrito el libro “Clandestina”, muy recomendable para el verano, donde cuenta aquella peripecia secreta que funcionó en forma de emisión diaria en onda corta desde Venezuela. Kepa con Jon Gómez, Jon Mikel Olabarrieta (nieto del último alcalde de Deusto) y José Joaquin Azurza, eran los técnicos de aquel invento que incluso tenía un aparataje para que la radio no se oyera en Caracas, ya que era clandestina. Lo malo era que las vacas al pasar, lo movían y había que ir corriendo a arreglarlo. Los transmisores los había adquirido Azurza en una subasta de la compañía petrolera Shell y los llamábamos Pedro y Pablo. Kepa nos contó, cuando había alguna avería, le llamaba con su castellano machacado Ixaka Atutxa, el cuidador del lugar, en los valles del Tuy.
”Oye Kepa que Pedro se ha puesto enfermo” y Kepa salía escopeteado a Macuto a arreglar el aparato. Nos contó como siguiendo las órdenes del bergarés Jokin Inza mantenía el secreto más absoluto y tuvo que ser Joseba Rezola quien en un viaje de la pareja a Donibane le contó a Karmele en lo que andaba para que ésta no sospechara de una doble vida.
Y estuvo en la terraza Iñaki Erkoreka al que llamábamos Fosforito que se trajo en la mano desde Caracas una bombilla de aquel invento y lo guarda en una vitrina en Getxo como si fuera el busto de Nefertiti. Jon Gómez nos narró sus vivencias técnicas y políticas y de como le abordó al profesor que en un examen les preguntó por las antenas romboideas, clave de aquella radio para cruzar el Atlántico con sus ondas. También Jontxu Bilbao, cuñado de Kepa, hermano de Karmele, muy joven en la época nos contó como casi se muere con trece años cuando en una excursión colegial de La Salle del Instituto de Ciencias Naturales del Hermano Ginés en el monte Ávila le picó una culebra mapanare y casi cruza el páramo vital por lo venenosa que era. ”Menos mal que la matamos y la llevamos al médico para que la viera y vio la gravedad del asunto y me hicieron un cambio de sangre arrecho” nos contaba con su deje venezolano tan entrañable. De la terraza se fueron él y Kepa a la librería Cámara en Bilbao, donde se vende el libro y adquirió dos. Les ha gustado mucho.
Nos pusimos en contacto con la esposa de Alberto Elosegui, Jone, a quien Kepa grababa como locutora en diversos programas. Quedaron en verse en Donostia. Este matrimonio fue de una entrega total. Toda la vida familiar giraba alrededor de La Txalupa y la propaganda clandestina. Su marido Alberto trabajó en la revista Momento con Gabriel García Márquez. Contaba Jone, que un político socialdemócrata en el poder, Simón Alberto Consalvi, le llamó a su marido para hablar de la radio clandestina y le preguntó como se financiaban y si recibían dinero del exterior. ”¿Del exterior?. De eso nada. Todo lo pagamos nosotros. Se hace rascando todos el bolsillo, con quinielas, ventas de monedas con la efigie de Sabino y a sablazo limpio en la colectividad” le contestó Alberto. Y es que aquello fue una obra altruista de gran entrega y generosidad.
Entre las mil vivencias que cada uno tiene de aquella aventura, contaba Kepa Lekue como debe haber una emisora internacional que da la hora al segundo y que nuestra Radio Euzkadi se metió en su dial y de cómo a la hora Venezuela tenía una denuncia internacional pues era desde ese país donde se interfería aquel servicio mundial. Inmediatamente solventaron el problema.
Hablamos mucho de Ixaka Atutxa y de cómo vivió como un Robinson metido en una caseta de uralita, y poniendo en marcha aquel artilugio todos los días, incluso cuando se emborrachaba como una cuba los fines de semana.
Fue muy agradable contar batallas y escuchar lo hecho de una página épica y quijotesca de la resistencia vasca. Lástima que en EITB estas cosas no interesen y no haya esa visión histórica de por lo menos grabar a los protagonistas toda esta parte histórica. En los archivos de Radio Euzkadi no hay nada y tampoco interés en conservar nada.
Trece años de un montaje de este tipo da para una serie de Netflix porque lo tiene todo. Igual algún día se hace.
Lo dicho. Fue un aperitivo único en la terraza de Lendakaritza en la plaza Elíptica de Bilbao. Para nosotros el franquismo no sigue ganando la guerra con Moyúa al frente.
España, la vaciada y la otra, arde por los cuatro costados, eso sin contar con la fortísima sequía, parece que lo que viene los próximos años, no será mejor.
Publicado por: Sony | 07/21/2022 en 05:53 p.m.