Jueves 29 de septiembre de 2022
La fotografía es del primer Alderdi Eguna de Aralar en 1977. Entusiasmo, reencuentro, proyección de fuerza y encender la mecha para 45 Alderdi Eguna más. Eso fue, en resumen, aquel primer Alderdi Eguna.
A estas características del Alderdi Eguna se le unió algo imprescindible como es la gastronomía. Txoznas y comedores detrás. Es decir, política, reencuentro, fuerza y gastronomía.
Tenemos pues que el éxito del Alderdi Eguna es el discurso político, la imagen de fuerza que se proyecta, el reencuentro de afiliados y simpatizantes que prefieren verse en una campa que en un funeral, el hecho de ser la familia la que se moviliza, la oferta gastronómica tan variada, y el sentirse parte de un proyecto que tiene tantos seguidores. Esta fórmula, digan lo que digan, es la fórmula ganadora, la fórmula de la Coca Cola. Si falla no es por la fórmula sino por los organizadores.
Es evidente que este año no ha habido tanta gente como en los buenos años multitudinarios. Y creo se impone una reflexión para darle vitaminas al proyecto y que éste no decaiga en momentos en los que la movilización y el compromiso, ha bajado. Se ha visto en el Zinemaldia, en los cines, en las misas, en las concentraciones, en casi todo. Y los que más fallan son los que más deben movilizarse y dar ejemplo de compromiso.
Es cierto que buena culpa de ello lo tiene la pandemia y sus consecuencias. El encierro, el miedo al contagio al que se le ha unido la invasión de Putin a Ucrania que ha disparado la inflación y el coste de la vida y si además se anunciaban lluvias, mucha gente mayor y no tan mayor, no se ha visto concernida.
También es cierto que las organizaciones municipales y los batzokis están desmovilizados. Sin conferencias, sin proyección, sin vida propia en un partido asambleario, y esto pasa factura y se nota. ¿Fruto de la pandemia?. Desde luego, pero no solo de la Pandemia. Ahora todo es Twitter e internet y falta la llamada telefónica, la voz humana, preocuparse de la asistencia, y no pensar gratuitamente que porque se sabe que el Alderdi es el último domingo de septiembre, la gente va a ir porque si. Hay que trabajarlo como se hacía antes.
Y se hacía con anuncios en Deia, en radio y en las comunicaciones internas y se ha hecho para este Alderdi pero con servicios mínimos. Los autobuses deberían ser anunciados con mayor profusión y haciendo campaña para utilizar el transporte público.
La concentración y las actividades en si tienen muchas cosas buenas.
Un amplio estacionamiento, piso llano, una infraestructura de Txoznas ejemplar, misa, deporte rural y acto político al que yo pediría que las intervenciones fueran más breves y con más gente hablando. Por ejemplo, en un año como éste, existe el problema de Ucrania o el del Sahara, o de Afganistán, o de la violencia de género (que siempre está ahí) y sería bueno que tengan su altavoz y que hablen representantes conocidos de estos pueblos o de estas causas y que la gente les aplauda, habiendo desarrollado una campaña previa.
Recuperaría el concurso fotográfico que es muy agradecido. Fotos del Alderdi Eguna y un premio atractivo. La foto que publico ahora fue uno de esos premios de entonces. Había otras acepciones. Y premios de viajes y restaurantes.
En breve la Fundación va a inaugurar en Donostia una exposición sobre Emakume Abertzale Batza. Esa y otras exposiciones sobre los Alderdis o sobre la historia del Partido deberían ser un punto a visitar.
Rescatar la Tómbola. La puso en marcha María Esther Solabarrieta, cuando estaba en el BBB presidido por Javier Atutxa, con Rosi Castañeira y Rosa Araneta trayendo la idea de Euzko Gaztedi de Caracas. En la primera edición solicitó a cada afiliado donase algo y a personas como el Lehendakari Leizaola a quien le pidió donase uno de sus sombreros y éste lo hizo. Esta actividad y cita, con chavales vendiendo números en la campa, le da mucha vida.
Destinar un espacio para niños, ya que estos mueven a los aitas, no solo con juegos, sino con actividades como ser un cocinillas por un día, manualidades, guiñoles, teatros donde participen, etc.
Recuperaría el concurso de redacción en euskera sobre la fiesta, con premios atractivos y por edades.
Recuperaría que la ikurriña no la ice el Euzkadi Buru Batzar sino aquel afiliado mayor o simpatizante con su familia al que el Partido le distingue por su trabajo. El EBB y el Lehendakari tienen su cuota de reconocimiento llena con el desfile pleno de aplausos y peticiones de selfis y un aitona o amama reconocidos lo agradecen de por vida él y su familia. Eso se hacía.
Pediría a los cargos públicos que no anden en rebaño siempre todos juntitos sino se diseminen por la campa y tengan cercanía con la gente que quiere tocarlos, fotografiarse y abrazarlos.
Mantendría la acampada de EGI pero pidiendo a EGI que haga internamente un concurso de ideas para que los jóvenes tengan esa cita anual como una gran reseña en su vida. Antes lo era.
Mantendría el deporte rural y lo haría un clásico deportivo con buenos desafíos como hacía Isla pero también para los chavales montaría un lugar para interactuar con sus videojuegos y presencia en el mundo cibernético.
Dedicaría cada año a recuperar una página de la historia del EAJ-PNV para que cuaje el mensaje y que el Alderdi Eguna se construya a su alrededor. Y pensaría que es lo que más les podría motivar a los chavales para acudir a una fiesta donde lo tengan todo.
-Tendría un lugar para sacarse fotos.
-Tendría un lugar con algún invento que haya que conocer.
-Y sobre todo haría una campaña apabullante en agosto y septiembre de cada año con un lema y un cartel que sea el resultado de un concurso muy publicitado.
Si la fórmula es buena, no hay que permitir decaiga por falta de interés, sabiendo que cada quien, tenemos el nuestro.
Se me ocurren estas ideas, ¿Y a usted?. Y si le gustan éstas y las que se escriban, se vehiculicen a través de las Organizaciones Municipales que tienen que ser el motor del Alderdi Eguna.
Esperamos respuestas.
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