Martes 7 de marzo de 2023
El director de eldiario.es: La anomalía española. “Solo conozco un país en todo el mundo con élites empresariales más de derechas que las de España”. La frase me la dijo hace tiempo un inversor internacional con negocios en medio mundo. Alguien que se sienta en las mesas del poder económico en Europa, Estados Unidos y América Latina. Alguien que habla con conocimiento directo. “La élite empresarial es generalmente conservadora. La diferencia de España con otros lugares, y esto pasa especialmente en Madrid, es que es una posición política explícita y mucho más unánime. No es solo que las élites económicas españolas sean muy de derechas, es que aquí asumen que si tú estás en una reunión o una comida con ellos es porque también lo eres”. ¿Y cuál es el otro país del mundo cuyas élites son aún más de derechas que las españolas?, le pregunté. “Chile”, me contestó.
Supongo que es evidente la conexión. Porque Chile, al igual que España, tuvo una larga dictadura y una “modélica” transición. Que se hizo sin ruptura: ‘de la ley a la ley’ –en Chile, la Constitución del tirano aún sigue en vigor–. Y donde las élites económicas que quedaron con el regreso de la democracia, tras la purga que hizo en cada país su dictadura, mantuvieron intacto su poder.
Otro empresario –el argentino Martin Varsavsky, fundador de Jazztel– publicó hace unos meses este sintomático tuit. ¿Te imaginas una cena en Berlín donde todos los comensales menos uno –que es de otro país– defendieran a Hitler?. Que cenas como las que narra Varsavsky ocurran en España no creo que sea por casualidad. Son unas élites económicas –especialmente las de Madrid– cuya fortuna no surgió de la libre competencia o del espíritu emprendedor.
Buena parte de las familias del dinero se enriquecieron con la cercanía al poder: con monopolios, adjudicaciones y contratas de la Administración. Con la misma “teta pública” que después tanto critican. Con el dinero de los contribuyentes; esos mismos impuestos que después intentan no pagar.
Un patriota es el que paga impuestos en su patria Una de estas grandes fortunas españolas que tanto le deben al poder político y al dinero de los contribuyentes fue la de Rafael del Pino y Moreno (1920-2009). Con poco más de 19 años, se alistó como voluntario en el bando golpista durante la Guerra Civil. En el ejército de Franco llegó a teniente, y empezó a estudiar Ingeniería. Acabó la carrera en 1947; fue una promoción de solo 43 alumnos, muy pocos jóvenes podían estudiar. Rafael del Pino y Moreno fundó Ferrovial en 1952. Y gracias a las contratas con Renfe y a las adjudicaciones públicas durante la dictadura y después la democracia, acabó convirtiéndose en multimillonario.
En este excelente artículo de Andrés Villena Oliver –La marcha de Ferrovial y la marca España– se explica bien el entramado de relaciones personales que alimentó esta gran fortuna familiar. En 2007 –poco antes de morir– la revista Forbes lo situaba en el puesto 79 entre todos los multimillonarios del mundo. Su hijo, Rafael del Pino Calvo Sotelo, es hoy la tercera persona más rica de España. ¿Por méritos propios? No. Por nacer donde nació.
Supongo que estarás al tanto de la polémica actual: este multimillonario, cuya fortuna tanto debe a las concesiones de obra pública, ha decidido llevarse la empresa a Holanda, donde se podrá beneficiar de importantes rebajas fiscales. Ferrovial, su empresa, manipuló durante décadas licitaciones públicas de cientos de millones en España. Los litigios de Ferrovial: Un exministro polaco detenido por sobornos y pleitos millonarios por ayudas ilegales de Aznar. “Devolver a España lo que me ha dado” En 2001, Rafael del Pino padre puso en marcha una fundación. ¿Su intención? Lo dejó escrito él mismo en una carta de presentación: “He creado la Fundación Rafael del Pino para devolver a la sociedad española parte de lo que esta misma sociedad me ha dado a lo largo de mi vida personal y profesional”.
Entre los objetivos de la Fundación Rafael del Pino también está “mejorar la salud y las condiciones de vida de los ciudadanos”. De los ciudadanos holandeses, añadiría yo. Dos datos más para entender en qué tipo de España cree la familia del Pino. En el patronato de la Fundación Rafael del Pino está también Carlos Espinosa de los Monteros: marqués de Valtierra, y alto comisionado del Gobierno de Rajoy para la Marca España. Es también padre de Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox.
Entre los últimos actos celebrados en el auditorio de esta fundación se cuenta el “Foro europeo por la vida”: un encuentro antiabortista internacional organizado por Vox. Los patriotas del extranjero no aplauden la elusión fiscal: ¿España es el único país donde sus ricos quieren trasladar sus fortunas a países donde puedan pagar menos impuestos? Claro que no. La anomalía es otra: cuál es la reacción. Basta para ello recordar qué ocurrió en 2013, cuando el hombre más rico de Francia –el multimillonario Bernard Arnault, dueño de marcas de lujo como Louis Vuitton o Christian Dior– anunció que pedía la nacionalidad belga para pagar menos impuestos. La reacción fue unánime, a izquierda y derecha: todos los partidos de Francia criticaron duramente su decisión. A los pocos meses, y en parte por la presión social, Arnault tuvo que dar marcha atrás. Los patriotas españoles son de una pasta distinta. La derecha ha decidido culpar al Gobierno, no al empresario insolidario que prefiere no pagar.
Sony
país de chiste
Publicado por: Sony | 03/07/2023 en 11:21 a.m.