Viernes 26 de mayo de 2023
Sabino Arana, tras fundar el PNV en 1895, tenía muy claro que la lucha era institucional y en 1898 se presentó a las elecciones, y salió elegido miembro de la entonces Diputación Provincial y en el ayuntamiento de Bilbao su recién fundado partido sacó cuatro concejales. Mi aitite fue concejal antes de la dictadura de Primo de Rivera. Pero ya a partir de 1937 fue el Neguri político la extensión de la dictadura y ocuparon el sillón sin protestar por la abolición del Concierto Económico aquel año. Fueron unos desvergonzados y nunca han pedido perdón. Muy buenos patriotas hispanos.
Areilza, Carega, Lequerica, Ibarra, Churruca, Galindez, Oriol, Zuazagoitia, Hurtado de Saracho, Ybarra, Careaga y Berasategui. Todos ellos además bajo la sigla de Falange y de las Jons. Repito, nunca han pedido perdón por haber dejado un Bilbao sucio, en la ruina, sin el menor futuro y habiéndose anexionado a todos los municipios del Txorierri. Lógicamente la ikurriña estaba proscrita.
Muerto el dictador, las Juntas de Bilbao del PNV deciden pedir al alcalde Berasategui una reunión, para conminarle a que la coloque. Se hace el remolón diciendo que debía atender a una huelga de transporte pero al final lo hace. ”Fuimos y llevé la ikurriña en el brazo -cuenta Josu Bergara- y los policías se nos cuadraron. Nos recibió el alcalde en su despacho, fue correcto, pero dijo que la ikurriña la pondría el siguiente alcalde, pero él no”.
Afortunadamente desde 1979 los alcaldes de Bilbao han sido, por este orden, Jon Castañares, José Luis Robles, José María Gorordo, Beti Duñabeitia, Josu Ortuondo, Iñaki Azkuna, Ibon Areso y Juan Mari Aburto, actual alcalde que lo volverá a ser este domingo.
Con esta fotografía que publico quiero homenajear a esta saga de alcaldes nacionalistas elegidos con la sigla EAJ-PNV, aunque hayan gobernado en coalición o con pactos. La renovación de Bilbao es una cadena que ha sido liderada por este grupo de personas sin olvidarme de todos los concejales. Nadie hace las cosas solo, aunque hoy en día no está de moda reconocer el trabajo pasado.
En 1979, parecía imposible lograr la alcaldía de Bilbao para el PNV. El candidato mejor posicionado era el socialista José Luis Ibañez, que se había enfrentado públicamente con la alcaldesa Pilar Careaga y trabajaba en la Caja de Ahorros Municipal como directivo. Jon Castañares, era un perfecto desconocido. Niño de la guerra en Londres, salido en la expedición antes de la caída de Bilbao en 1937, economista, soltero, metódico, ajeno al mundo político. Todos creían que el ayuntamiento iba a ser para el partido socialista. Para colmo el lema del candidato socialista aludía a su apellido y a una calle de la Villa, Ibáñez de Bilbao. Ese fue su lema de campaña. Ante aquel pesimista horizonte, yo era responsable en el BBB, acudí a la agencia que llevaba la campaña con el lema de: ”El PNV, el Partido Municipalista” y les dijimos que Bilbao merecía una campaña específica. Nos dijeron que ellos hacían la campaña paraguas y que nos arregláramos como pudiéramos pues no llegaban a todo. Tampoco había mucha experiencia ni existían los actuales medios audiovisuales, ni mucho menos internet. Todo era cercano y a veces muy doméstico, pero había un gran entusiasmo.
Yo había visto una campaña en Venezuela muy imaginativa del candidato ganador del partido Copei, Luis Herrera Campins y propuse aplicarla aquí. Había propuesto la celebración del Alderdi Eguna y en 1977 había tenido un gran éxito. Estaba avalado por aquello y no teníamos más remedio que agarrarnos a un clavo ardiendo. Por eso la aplicamos, copiándola tal cual, ajustándola a Jon Castañares con sus slogans.
“Castañares Arregla Esto”. ”Por aquí Pasó un Amigo de Castañares”. ”Castañares el hombre Capaz”. Hoy es el día en el que la gente se acuerda de estos lemas de campaña.
Jon se prestó a todo lo que le dijimos. Era una persona magnífica. Sus posibles defectos los convertimos en virtudes. ¿Qué era soltero?. Se dedicaría las 24 horas al ayuntamiento. ¿Qué no sabía nada de política porque era economista y trabajaba en el Banco Bilbao?. Mejor. Bilbao estaba en la más absoluta bancarrota, con las arcas vacías y Jon la sacaría de la ruina. Y así le dimos vuelta a todas las acusaciones que nos hacían.
Fue una campaña de calle, de mucho contacto y de poner en cada esquina, en cada bar, en cada ascensor la pegatina de “Jon Castañares arregla esto”. ”Por aquí pasó un amigo de Castañares”.
Y para dar la sensación de que Jon iba a ser el alcalde, le pedimos al alcalde franquista que le recibiera en su despacho del ayuntamiento. Y le recibió José Luis Berasategui que era una buena persona, aunque desbordado por los acontecimientos y deseoso de traspasar el mando. Hubo respeto, y esta fotografía fue un puntazo. Ya la gente comenzó a pensar que tras Berasategui venía Castañares y no Ibáñez. Fue lo que ocurrió. También pusimos encima de la mesa el inicio de la limpieza de una Ría que era una cloaca navegable. Con Maren Leizaola e Iñaki Zubizarreta, visitó Londres y estudió como se había hecho lo mismo con el Támesis. Fue el inicio de un arduo trabajo de limpieza. Cuando hoy escucho a las candidatas de Bildu y Podemos hablar de Medio Ambiente, está claro que no saben nada de nada de la historia de Bilbao. Otro de los actos fue ir con un montón de críos al Parque de Doña Casilda a pisar la hierba porque la hierba es para ser pisada. Cosas así.
Y ante la inmensa sorpresa del candidato socialista y su equipo, ganamos las elecciones. Se había hecho un buen trabajo, estábamos compactados y había ilusión. Callamos la boca a los que no creyeron en lo que hacíamos. Ganamos de calle. Obtuvimos nada menos que 75.791 votos, el 39,36%, frente al apoyado, nada menos que por Felipe González, José Luis Ibáñez que obtuvo 26.888 y el 13,96%. Ni Azkuna logró tantos votos en su mejor momento.
Con el tiempo estando en Madrid me llamó el alcalde Azkuna, que estaba en la Villa y Corte con José Luis Sabas y su jefe de prensa para asuntos del ayuntamiento con la administración. Nos invitó a cenar a Erkoreka y a mí. En la cena el asesor mediático, ante su jefe, empezó a darnos una lección de lo que hay que hacer en una campaña para ganar. Le interrumpí y le conté la historia de esta sencilla campaña hecha con mucha ilusión y sin usar palabras en inglés y que él desconocía, concluyendo que a un alcalde es muy difícil apearle de su representación si lo hace bien, es cercano, cumple su programa y explica lo prometido. Y concluí: ”tu hoy no serías el asesor del alcalde Azkuna si previamente Castañares no hubiera sido el alcalde”. Azkuna asintió. Y es lo que creo.
Cuento esta batalla porque siempre olvidamos de dónde venimos y sobre todo del dato fundamental de que hay mucha gente que nos ha precedido habiendo hecho muy bien su trabajo.
Cuando falleció Jon Castañares en 2015, con noventa años, el alcalde Aburto encargó un funeral en la Catedral de Bilbao. Lo merecía. A él y a Robles, como tiene Azkuna, se les debería recordar con alguna nominación. Son parte de la historia de la ciudad. No solo Azkuna.
Este domingo la cadena no se va a romper, afortunadamente porque Bilbao sigue avanzando y porque el próximo cuatrienio será aún mejor que éste. Hay proyectos y es seguir una cadena centenaria de servicio.
Griñán debe estar malito y no ingresará en prisión, esperemos que el médico que ha firmado esto, no sea el que dijo que a Zaplana le quedaban dos días hace unos cuantos años
Publicado por: Sony | 05/26/2023 en 05:10 p.m.