Domingo 21 de mayo de 2023
Hoy decía un liberado de CCOO que la gente no quiere trabajar en Osakidetza porque es un trabajo precario. Seguramente por eso a una OPE de 7.000 plazas se presentan 109.000 personas. Por cierto, hace bien poco leí un estudio que certificaba que la CAV era la última comunidad autónoma en parámetros de privatización, pero esto no les importa nada a la hora de manipularlo todo y es como lo de que «ETA sigue viva». Al que no le interesan los datos los obvia y a lo suyo
Y la semana que viene huelga en Osasunbidea….ah no, que ahí son amiguitos de la Sra.Chivite …..
¿Qué es lo que está pasando?
Vivimos en una sociedad inmersa en el ocio y en el consumo y cuya principal aspiración es divertirse, pasarlo bien y ser feliz, que no está nada mal, y hacerlo mirando al fin de semana para disfrutar de forma grupal con los amigos, lo que sea.
En este estilo de vida no cabe creer en fórmulas políticas de quienes prometen cambios sociales. Después del chasco del PSOE de los años ochenta y el de Podemos, más recientemente y que defraudaron todas las expectativas de los movimientos sociales que crearon ha hecho que ya pocos creen en el cambio político. Lo único que parece que funciona es sembrar odio hacia quienes gobiernan con la esperanza de que germine y echarles para sustituirles, pero no para hacer nada mejor.
La campaña de Feijoo y de Ayuso al decir que Sánchez es sanchista y que eso está muy mal y que por eso hay que votar al PP en tu pueblo, solo denota la indigencia intelectual en la que se está cayendo.
Los sindicatos, que en su vida se han interesado por la sanidad y la situación laboral de los profesionales a los que siempre habían considerado la alta burguesía dentro del funcionariado público, ahora han encontrado un filón emocional movilizador de la ciudadanía tras la pandemia, con el agravante del envejecimiento de la población y la pérdida de los profesionales del baby boom que se avecina.
La situación es difícil aquí y en cualquier sitio del occidente adelantado.
Pero en Euzkadi tenemos una buena sanidad pública, bien gestionada, y una privada de calidad que puede actuar de colchón en determinados momentos para la sanidad pública.
Las dos son necesarias y han de estar bien engrasadas sus estructuras para garantizar la mejor Salud posible a todos los ciudadanos.
Después te encuentras con excesiva demagogia y oportunismo lacrimógeno, pero no reflejan la realidad sanitaria del país. Seguirán explotando el filón aún.
Porque no todo es el dinero, pero es un buen indicador del esfuerzo de las instituciones con la sanidad. Lo hacen bien, digan lo que digan.
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