Miércoles 13 de septiembre de 2023
La fotografía es del 25 de septiembre de 1977. El primer Alderdi Eguna celebrado en Aralar. Se ve mucha gente por detrás. Fue emocionante escenas de veteranos gudaris saludándose tras cuarenta años de dictadura y persecución, y es que aquello fue una explosión de fuerza, de lazos familiares, de ilusión por el futuro. A las cuatro de la tarde seguían llegando autobuses.
Habíamos salido de la clandestinidad, legalizado el EAJ-PNV, decidido ir a las elecciones de junio de 1977 del que salió un grupo de ocho diputados y de senadores presentados en el Frente Autonómico para que Navarra estuviera presente. De esa manera salió elegido Don Manuel de Irujo. Por eso elegimos Aralar, por eso Don Manuel fue la estrella del día.
En la foto se les ve a los diputados que están en el paseíllo. Arzalluz, Agirre, el senador Oregi, Marcos Vizcaya, Juan Ajuriaguerra, el senador Zabala, Sodupe y Bujanda. Muchos aplausos. Había una comunión estrechísima entre dirigentes-base-partido-simpatziantes. Hoy no es lo mismo. A algunos les parece normal. No debería haber decaído si hubiera más cercanía y menos culto a lo institucional estando en casa, cuando las bases de un partido son sus gentes.
En la fotografía le vemos a Xabier Arzalluz vendiendo Deia. Había salido en junio de ese año 77. Había asimismo una ilusión tremenda por el nuevo periódico que mandó a la historia a la vieja Gaceta del Norte. Hoy he visto dos esquelas en Deia y dos páginas de ellas en el Correo. Es un dato y un termómetro. Algo hay que hacer de otra manera. Todo menos resignarse.
Aquella jornada fue de tal implosión que cuarenta y seis años después se sigue celebrando. Nuestro, el de 1977, el olvidado, acertó, aunque jamás se reconoce. Ya sé que el adanismo es lo imperante pero la celebración y el formato lo decidimos hace 46 años y sería bueno se recuperase el que un veterano y una veterana, un joven o una joven destacada fueran los encargados de izar la ikurriña. Antes se hacía y era un premio para la persona designada y su familia. En los últimos años lo hace todo el EBB. Un absurdo. El EBB ya ha sido aplaudido en el paseíllo. ¿No decimos que el afiliado es el rey de la campa?. Pues que se note.
Este año veremos si el pinchazo del año pasado fue por la pandemia. Nos van a poner la lupa encima y el cuenta gente. Es normal. Si la fiel infantería no es capaz de movilizarse ante una fiesta que pasa de padres a hijos, algo muy importante se ha roto. Y ese fluido mágico es la ilusión. La cita pues es la del domingo 24 en Foronda para desmentir a los profetas del desastre que se frotan las manos, pero por sobre todo para celebrar un día distinto, pasarlo bien y mostrar fuerza.
Vayamos a Foronda con la familia y pasemos un buen día de fraternidad. De eso se trata.
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