Martes 19 de septiembre de 2023
Ha fallecido el gran artista colombiano, Fernando Botero. Tuve la suerte de conocerle en Bogotá. Patxi Abrisketa, que había sido delegado del Gobierno Vasco en Colombia, era una personalidad muy respetada en medios políticos y culturales, le conocía y nos llevó a su taller. Pasó el tiempo y un día le comenté a Eduardo Vallejo, por entonces alcalde de Gernika, el por qué no le pedía a Botero algo alegórico a Gernika como símbolo universal. Un Botero en Gernika hubiera sido un puntazo y una referencia más de la Villa. No pudo ser. No le ayudaron a culminar la gestión aunque Botero estaba dispuesto y entusiasmado con ella. Tampoco logró, poco después, que el Monumento al Gudari, como Dios manda, no sucedáneos, estuviera en la Villa masacrada.
Su fallecimiento me recordó lo que nos pasó con Jorge Oteiza. El gran escultor de Orio tuvo su etapa colombiana. Y trató mucho con Abrisketa. Este le encargó un bajorrelieve para la plaza que había conseguido en Bogotá con el nombre de Gernika. Y Oteiza la hizo. Un bajorrelieve con la madre con el niño muerto en brazos y el Árbol de Gernika. La inauguraron, con todo el ayuntamiento bogotano de gala y Patxi tuvo el acierto de que se colocase una réplica. Enjauló el bronce original porque ya sabía lo que iba a pasar. Y pasó. A la semana la placa había desaparecido.
Pasó el tiempo y Abrisketa regresó a Euzkadi a pasar sus últimos años en su Bilbao natal y se trajo el bronce de Oteiza desde Colombia. Un día me llama y me dice que lo lógico es que ese bronce esté en Gernika, en la Casa de Juntas, y que le gustaría ir con Oteiza para saber en qué lugar le gustaría ponerla. Hablé con Antón Aurre que era el presidente de las Juntas de Bizkaia y allí fuimos con el genial escultor, cascarrabias y puntilloso. Tras dar varias vueltas eligió la pared de la Casa de Juntas que da al Árbol. Efectivamente, era el mejor sitio. Al presidente Aurre le pareció asimismo el lugar adecuado. Era un detalle que completaba el marco. Posteriormente, Iñaki Azkuna le dejó a Oteiza que eligiera el lugar para su escultura Variante Ovoide frente al ayuntamiento. Los genios son así.
Pasó el tiempo, Antón Aurre dejó las Juntas Generales y fue Presidente de la Fundación Sabino Arana y un día me acordé de aquella placa no colocada. Hablé con Aitor Esteban, presidente entonces de las Juntas Generales y le conté esta batalla. Al poco encontraron la obra de arte en su caja, en un rincón, pegada a la pared, en el suelo de un despacho que da al salón principal. Afortunadamente nadie se la había llevado. Le volví a contar la historia a Esteban y le dije el lugar que había elegido Oteiza. No consideró oportuno cumplir el deseo de Oteiza y Abrisketa. La colocó en una de las salas de la actual Junta General de la calle Hurtado de Amezaga. No nos dio la menor explicación.
No tenemos pues ni a Botero ni a Oteiza en Gernika. Desgraciadamente.
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