Miércoles 27 de septiembre de 2023
He seguido con interés el fallido debate de investidura de Feijóo. Era la historia de una votación anunciada perdida a pesar de que el candidato se empeñase en decir que había ganado las elecciones. Pues si, pero aquí no gana quien gana en votos sino en suma de escaños. Y de momento Feijóo lleva las de perder. El viernes se repetirá la escena. Ha convencido a su grupo, pero ha perdido.
He seguido los dos días de debate. A pesar de la dureza de algunas expresiones, se han cuidado las formas y los pataleos no han llegado a mayores. Ha habido muy buenas intervenciones.
No estoy de acuerdo en la crítica que se le hace a Sánchez por no haber subido a la tribuna. Ha hecho bien. No quería hablar de la amnistía y le ha salido bien la jugada. Oscar Puente hizo una gran intervención. Demostró ser un buen parlamentario leñero, de los que se lucen en situaciones como las vividas. Se le entendía todo, que es lo que se pide a la gente que sube a la tribuna. Y un dato, y no el menor, ha cohesionado a su grupo que ha tenido diputados tentados a la deserción. Doble mérito, ante un juego muy sucio por parte del PP.
Y me ha gustado la intervención de Enrique de Santiago hablando del por qué la amnistía hay que hacerla. Y no hay que dramatizar. ¿Existe o no un problema en Catalunya?. Lo hay y los que no cumplen la Constitución, con la renovación del poder judicial durante 5 largos años no pueden embalsamarla, para no solucionar parte del contencioso catalán.
Feijóo ha demostrado cuajo y control de los nervios. Sabe que este partido de pelota no ha hecho más que empezar y que hay que saber aguantar. Tiene a su lado a la Baronesa de rojo, dispuesta como “caimán en boca de caño”. Y ese si es el peligro de Feijóo, más que el de cualquier otra amenaza junto a su obligatoria entente con un partido como Vox, que le inutiliza para cualquier otro pacto diga lo que diga. Si lo hiciera con el PNV y Junts, Vox huiría y le atacaría y si sigue con Vox, Junts y el PNV nunca irán con el PP ni para heredar.
Hizo bien Feijóo en decirle al PNV que Sánchez le ha tratado como un kleenex. Es verdad, porque Sánchez no ha cumplido casi nada. Tras todos estos tres meses le queda a Sánchez enseriarse y pactar no sobre hielo sino en papel lacrado y cumplir. De lo contrario le será imposible mantener cuatro años la legislatura.
De momento Feijóo celebrará la navidad en casa. Me alegro, entre otras muchas cosas, por el chasco que ha sufrido Borja Semper que ya se veía de ministro de la cosa. Pues va a ser que no.
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