Domingo 19 de mayo de 2024
Del mundo de las Clarisas tengo dos referencias.
La docena de huevos que llevábamos al convento de Orduña para que en el Alderdi Eguna no lloviera, y resultaba y la promoción que nos hizo la gran periodista gallega María Antonia Iglesias en Informe Semanal sobre un libro “La Cocina Monacal” de las Clarisas.
Pero hablemos de María Antonia a diez años de su fallecimiento el 29 de julio de 2004. Es buena la ocasión.
Finalizando el mes de diciembre recibí una llamada de Ana, la hija de la periodista María Antonia Iglesias, para saber si estaría dispuesto a acudir al homenaje que preparaba a su madre en Madrid a mediados de enero. Le dije inmediatamente que sí sin tener en cuenta que uno dispone y la naturaleza todo lo descompone.
Confirmada la fecha del acto fui al aeropuerto con tan mala fortuna que el avión de Madrid no aterrizó como consecuencia del viento y cuando se suponía que podía haber otro, en función de esos vientos huracanados, el acto ya había pasado. Y desde el aeropuerto le escribí a Ana lo que me pasaba y mi imposibilidad de acudir a tan merecido homenaje.
A María Antonia Iglesias le conocí cuando en aquella Televisión española de dos canales, sin privadas, ya que era la gran señora de los informativos en tiempos de Felipe González. Y fue ella quien se acercó a nosotros. Sabía que saliendo de Madrid había otra realidad y que Euzkadi no podía definirse por los atentados de ETA. Me llamó y fui con Rafa Suso a comer un día con ella y parte de su equipo y ahí empezó una colaboración que duró mucho más de cuando dejó el gran poder de los informativos. Posteriormente le llamó Dani Álvarez para ser contertulia en Radio Euskadi y marcó una época.
Admiradora de Xabier Arzalluz, periodista polémica y pugnaz, defensora de un estado español plural fue una rara avis en la pajarería madrileña llena de buitres, urracas, tordos, canarios, y mucho cacatúa. Ella era ella. Socialista proveniente del PC, católica, sentimental, amiga de Fraga y de Bono, pero también de los nacionalistas, era odiada por la derecha pura y dura que no tuvo la elegancia en acudir a aquella especie de funeral laico organizado en los locales de la Asociación de la Prensa. El Madrid más egoísta, más apegado al refrán “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”, no quiso reconocer su periodismo de investigación, su valentía y su entrega a la recuperación de páginas de nuestra historia reciente.
Acordándome estos días del libro de las Clarisas me ha venido su recuerdo ya que una vez que las Clarisas querían promocionar un libro de la cocina de sus fogones y le llamamos y enseguida encontró ubicación al reportaje en Informe Semanal, que fue un éxito. El libro se vendió mejor que las rosquillas que hacían que eran muy buenas. Por eso me entristece todo lo que está pasando.
El pasado 29 de julio de 2014, después de varios meses débil y tras varios sustos, el corazón de María Antonia Iglesias dejó de latir. La periodista falleció en su finca de Panxón (Vigo) a los 69 años de edad, dejando atrás toda una vida de éxitos periodísticos. Ante aquella triste noticia sus colegas de profesión se reunieron en la Asociación de la Prensa de Madrid (a la que Iglesias perteneció durante casi 30 años), para dar el último adiós a la periodista que consiguió ser una de las primeras mujeres en ocupar altos cargos de responsabilidad en los medios de comunicación.
Una persona sensible y de gran corazón
María Antonia Iglesias, que nunca renunció a sus ideas, consiguió reunir a muchos de los rostros con los que compartió plató a lo largo de su extensa carrera profesional. De hecho, algunos de sus más enconados adversarios dialécticos acudieron a la sede de la APM para reiterar lo que todos los que tuvieron la fortuna de conocerla en persona ya sabían: que detrás de su vehemencia y explosividad verbal se escondía un ser sensible y de gran corazón. Así, entre los presentes se encontraban los periodistas Isabel San Sebastián o Jaime Peñafiel.
Al acto también acudieron numerosos rostros políticos. Alberto Ruíz Gallardón, Alfredo Pérez Rubalcaba, Antonio Miguel Carmona, José Bono, María Teresa Fernández de la Vega, Cristina Almeida, Manuel Chaves, Rodolfo Ares, Cesar Luena, o Juan Barranco quisieron acudir a la sede la Asociación de la Prensa de Madrid para rendirle tributo a la periodista fallecida.
Una ceremonia íntima y emotiva
La ceremonia, organizada por su hija Ana Iglesias, estuvo repleta de momentos de emoción. Entre otros, tomaron la palabra varias amigas de la periodista; el exdirector general de TVE, Ramón Collom; el periodista de El País, Juan Cruz; o el director de ELPLURAL.COM, Enric Sopena. El acto, que estuvo presentado por el periodista Fernando Delgado, consiguió abarrotar de periodistas, políticos y amigos el salón de actos de la APM.
En julio diez años de su partida. Que quede nuestro agradecido recuerdo hacia una persona diez.
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