Lunes 10 de junio de 2024
Antes de nada recordar al recientemente fallecido Lehendakari Ardanza que hoy hubiera cumplido 83 años. Uno no muere del todo mientras se le recuerda. Y Ardanza fue una gran persona y un gran Lehendakari.
Y, como ayer fue jornada electoral europea y a falta de un análisis en profundidad escribo tres experiencias del domingo.
1.- Estuve con Bingen Zupiria en la puerta del Colegio electoral de las Escuelas de Tiboli como apoderado. Una joven con un pan bajo el brazo se acercó para saber en qué mesa le tocaba votar y nos dijo que se dio cuenta en la panadería que era el día de votación. No se había enterado a pesar de la campaña. Algo falla en las campañas. Para que una joven despierta no se entere.
2.- María Esther estuvo como interventora en una mesa todo el día. Como hace desde siempre. Es un trabajo voluntario. Constituían la mesa tres jóvenes. Uno de los jóvenes, se pasó todo el día criticando la obligación de estar allí y la miseria de paga de 70 euros, 5 por hora por todo el día, pues hacía cálculos que iba a estar doce horas. Decía que aquello era una explotación y que además, este lunes solo tendría cinco horas libres de manera justificada.
De nada sirvió decirle que lo que estaba haciendo era un servicio a la sociedad por todo lo que la sociedad le da a ella. Y al final, no votó. Fue una de las abstencionistas. Es lo que hay.
3.- Al ir a las Escuelas me encuentro con un señor conocido que andaba con bastón. Le pregunto qué le había pasado y me cuenta una caída y aprovecha para decirme que como son elecciones europeas y no son tan importantes no vota al PNV como lo ha hecho siempre. Le pregunto por qué. ”Estoy harto de la huelga de Bilbo Bus. Estoy harto del maltrato que recibo de la administración y para colmo toda vuestra campaña ha sido verle a la candidata rodeada de gente joven y guapa. Yo he sido joven y guapo, y ahora soy viejo y feo. Pero os equivocáis falseando la realidad. El voto de esos chicos y el mío con 80 años vale lo mismo y ese culto a la juventud excesivo es falso. Mentís. Somos más los viejos y se nos discrimina porque somos feos y viejos. Pues que os voten los jóvenes”.
De nada me valió argumentarle la importancia de las elecciones. Pero el hombre estaba dolido. Un dato para el análisis si se quiere hacer en serio.
Y me envían un escrito que también me hace pensar.
“No creo que el electorado del PNV le pida que se “derechice” como tal. Con que hablen de los problemas reales de los vascos y de sus aspiraciones, en vez de fabricar clones burocráticos progresistas que hablan politiqués, volverían a una hegemonía clara”.
Bueno pues a sacar conclusiones y a no cabrearse ante la crítica constructiva porque los datos están ahí y si la gente se abstiene es porque no se le motiva. Y el culpable no es el votante sino quien tiene que activar ese voto.
De todas maneras y en medio de un mal resultado, más bien pésimo, estoy contento por la elección de Oihane Agirregoitia al haber sido elegida eurodiputada. Lo hará muy bien. No quiero pensar que hubiera ocurrido si el resultado hubiera sido otro sobre todo por el desánimo que mordería al corazón del EAJ-PNV. Todavía hay posibilidad de remontar si las conclusiones no las sacan solo los que las han motivado. O se hace un trabajo conjunto y democrático o iremos a peor. Solo se empieza a reconstruir lo perdido y a despertar ese espacio ausente cuando se reconoce que no se ha hecho bien. Y de ahí, pa´lante. Como se hizo en Zestoa en 1987.
Hay algo que no se hace bien: reconocer errores y rectificar. Y hay otra cosa que se hace fatal: entender los pálpitos de la sociedad.
Todos y todas sabemos que las elecciones europeas no enamoran, a pesar de la grandísima importancia que tienen. Por eso se aprovecha para castigar, premiar o votar friki, sea Ruiz Mateos o Alvise.
Si alguien no quiere entender que la abstención es en muchas ocasiones el paso previo a cambiar el voto mejor se va a casa y se aposenta frente al rincón de pensar. Si no se ve que hay cabreo entre los votantes y parte de la afiliación es porque tiene la brújula baja de pilas.
Estoy muy en contra, como dice un conocido, de retirar a los más mayores y llenar las listas de jóvenes inodoros, incoloros e insípidos, majos chavales pero sin alma. Ahí tenemos a Pernando Barrena, joven de ayer que ha protagonizado el sorpasso ayer, señal de que hay factores con más peso que los abriles del candidato o candidata.
Mala papeleta para el PNV que unas elecciones sin el recurso de recordar las burradas de ETA en campaña produzcan estos resultados tan deplorables. A veces llego a pensar que hay quien prefiere hablar de ETA para no mostrar su incapacidad a la hora de mejorar la vida de la ciudadanía.
Es un chiste el magro consuelo de Ortuzar la noche electoral. Si con sus gracietas cree que el voto perdido vuelve en próximas elecciones es que está más perdido de lo que parece.
Hemos visto cuántas dimisiones y reactivos políticos han producido los resultados por toda Europa. Los batacazos de municipales, autonómicas (la victoria por los pelos no puede esconder una bajada de votos considerable) y europeas no parece hacer mella en el núcleo dirigente. El votante nacionalista merece algo mejor que esta pasividad.
Publicado por: Koketo | 06/10/2024 en 10:40 p.m.