Viernes 5 de julio de 2024
En Gran Bretaña ganó el soso, el aburrido, el de centro. Mejor. Mal en Escocia. Inquietante. Los partidos que proyectan sus problemas a la sociedad el electorado no los quiere. Una lección más. A Alex Salmond se le dio en Bilbao el premio de la Fundación Sabino Arana. Fue un buen momento. No sé que pensará ahora. Había sido el responsable del referéndum independentista perdido por poco. Hoy a años luz. Repito, un pinchazo. Como en Quebec.
Veo que el nuevo premier inglés está ya en Downing Street y me llama la atención que sin investidura haya entrado ya en la casa del primer ministro, tras saludar a Carlos III. Aquí todo es un rollo. Como la celeridad francesa. Macron pierde las elecciones el 9 de junio y ese día disuelve y convoca, y este domingo es la segunda vuelta. Pis pas. Repito, aquí todo es un rollo.
Y encuentro una reflexión de Alain Touraine, Director del Instituto de Estudios Superiores de Paris, al analizar la derrota electoral del socialismo francés en las elecciones de 2002. Hacía mucho hincapié en que algunos dirigentes políticos “habían dado la impresión de hacer carrera política del mismo modo que la hubieran podido hacer en una empresa o en un banco”. ”Ahora, cuando la acción política se construye a golpe de mercadotecnia, bueno es recordar aquellos políticos de principios que ejercían un liderazgo moral. Si la política desea recuperar sus señas de identidad para volverse a ganar la confianza de la opinión pública, debe recuperar el pulso ético y la rectitud del método político marcando bien sus posiciones y no haciendo de alfombra al discurso del poder por el poder“.
Esa es la clave. Aprendamos de estas lecciones.
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