Viernes 23 de agosto de 2024
Venezuela no está sola en América. Hay presidentes de esa nueva izquierda que le piden a Maduro no se defina como hombre de izquierda, porque lo suyo es puro gansterismo. En Euzkadi, Bildu envió una delegación a las elecciones del 28 de julio y avaló el fraude, el robo electoral. Ha roto su discurso ético. No es la nueva izquierda vasca, es la vieja y dogmática y falsa izquierda. No estaría nada mal rectificara.
Sánchez va de hombre de izquierda y tendría un papel importante en Europa liderando la postura de la UE presionando a Maduro para que acepte los resultados, pero lo suyo es la dilación y el lenguaje melifluo. Su ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación José Manuel Albares lo más parecido a un pastelero y su amigo Rodríguez Zapatero es un cómplice increíble y comprado del chavismo. Su silencio es clamoroso. Hablan por él sus intereses e inversiones.
Pero no todo es el estilo Zapatero. El presidente de Chile, Gabriel Boric se expresa con absoluta claridad, algo que echamos en falta por estos lares. Y es que habla muy claro. Y no es un cualquiera. Fue el líder de los movimientos estudiantiles contra Piñera y el líder de un pueblo sin futuro llegando a la presidencia de su país con el objetivo de crear una clase media poderosa, redistribuyendo la riqueza y sacando de la pobreza a ese mundo marginado. Por eso le pide a Maduro que no confunda al personal diciendo que es de izquierda y pidiéndole se vaya y expresando con su gesto a Pedro Sánchez que haga como él.
Sus palabras ayer, fueron contundentes y resumen muy bien lo que es tener las ideas claras y diferenciar la satrapía de la democracia.
Habló así Gabriel Boric Font, Presidente de Chile:
“Hoy el Tribunal Superior de Justicia de Venezuela termina de consolidar el fraude. El régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia. No hay duda que estamos frente a una dictadura que falsea elecciones, reprime al que piensa distinto y es indiferente ante el exilio más grande del mundo solo comparable con el de Siria producto de una guerra.
He visto a los ojos a miles de venezolanos que claman democracia en su patria y que hoy reciben un nuevo portazo. Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía.
Seguros de nuestra postura recibiremos (como es costumbre) insultos por parte de sus autoridades. No saben que como decía Huidobro “el adjetivo cuando no da vida, mata”, y ellos han asesinado la palabra democracia.
La dictadura de Venezuela no es la izquierda. Es posible y necesaria una izquierda continental profundamente democrática y que respete los derechos humanos sin importar el color de quien los vulnere. Un progresismo transformador que mejore las condiciones de vida de su pueblo construyendo comunidad en vez de individualismo, encuentro por encima de la polarización. Hacia allá caminamos en Chile.
Mis respetos a todo el pueblo venezolano que lucha por la democracia, la justicia y la libertad”.
Más claro, agua. Espero algo así de Bildu y de Sánchez. No de Zapatero que ha demostrado su miseria moral.
Comentarios