Martes 10 de septiembre de 2024
Koldo Martínez, miembro de Geroa Bai
La sociedad navarra se enfrenta a una decisión histórica. Nuestra Comunidad ocupa un lugar muy especial en la geografía de la Península Ibérica. Ahora toca acertar en una decisión estratégica: ser el codo ferroviario por el que pasen la salida de mercancías y personas hacia Europa por Irún, y el corredor que une el Atlántico con el Mediterráneo, o quedar aislados de esos corredores estratégicos, como ya ocurrió durante décadas con las vías estratégicas por carretera en el último tercio del siglo XX. Las instituciones navarras deben “mirar al mapa”, y, solucionada la conexión por el sur, debemos acertar con el norte al conectar con la Y vasca: Ezkio o Vitoria-Gasteiz.
Geroa Bai mira al mapa y fija posición estratégica para Navarra apostando por la conexión por Ezkio, para acceder de la manera más corta y rápida a Europa, y para formar parte del corredor entre los dos mares. Seguramente tanto el Gobierno Español como otras fuerzas miran al mapa con otra visión estratégica y se inclinan por conectar con la Y vasca por Vitoria-Gasteiz; una opción que a las mercancías y personas que partan de Navarra o pasen por ella, les obliga al rodeo de ir a Europa por Vitoria. Y lo que es más grave, anima a “otro” corredor Atlántico-Mediterráneo por la margen derecha del Ebro, que rodearía a Navarra como ya hizo la AP 68 por carretera.
Ahora bien, cada una de las dos alternativas debe someterse al rigor técnico previo de sus condicionantes: el económico, el técnico, el logístico y el medioambiental.
Recordamos que en enero de 2018 la Secretaría General de Infraestructuras aprobó el “Estudio informativo del proyecto de corredor ferroviario Atlántico-Mediterráneo. Tramo Pamplona-Y Vasca” e inició el proceso de información pública y audiencia de administraciones de dicho estudio. Más de 6 años después, el Gobierno de Navarra -que sepamos- no ha obtenido respuesta a ninguna de las alegaciones presentadas ni a la documentación requerida. Es demasiado tiempo, máxime si tenemos en cuenta que el corredor Atlántico-Mediterráneo forma parte de la red Básica Europea que debería estar finalizada para 2030.
El tramo Pamplona-Y Vasca es una infraestructura de gran envergadura y estratégica para Navarra. Porque supondrá una salida hacia Europa del transporte ferroviario tanto de pasajeros como de mercancías y por los potenciales beneficios que ello reportará tanto para la ciudadanía como para la industria y el desarrollo económico de Navarra. Por supuesto, la alternativa escogida debe considerar el impacto medioambiental, así como las posibles afecciones a las poblaciones por las que atraviese y cuyas consecuencias permanecerán durante generaciones.
La alternativa que se escoja debe tener en cuenta el efecto barrera en las poblaciones que atraviese, así como en los bosques y pastos de Aralar y Urbasa y sus implicaciones desde el punto de vista paisajístico, deportivo, afectivo, cultural y turístico. Porque la alternativa de Vitoria, además de impactar a nivel paisajístico sobre Beriain-San Donato, tendría 43 kilómetros a la vista, frente a los 25 kilómetros de la alternativa de Ezkio, y una mayor contaminación acústica. No es, por lo tanto, una cuestión baladí; y más si tenemos en cuenta que la alternativa de Ezkio ya contempla salvar las calizas de Aralar para no interferir en el acuífero, algo irrenunciable desde el punto de vista medioambiental.
La longitud del trazado por Vitoria es de 74 kilómetros y la de Ezkio, de 55 kilómetros. Pero mirando el mapa, la imagen es muy clara, Ezkio supone una salida directa a Europa para quien parta de o pase por Navarra; mientras que Vitoria podría llevar a que la unión Atlántico-Mediterráneo se hiciera por Logroño, mucho más corta aún para otra visión estratégica. Por eso desde Navarra debemos reivindicar nuestra ubicación estratégica para tener línea directa con Europa, sin repetir errores como los que en el siglo XIX nos relegaron a ser un circuito secundario en las comunicaciones. Y no, no se trata de un capricho o de llegar en 35 minutos a Bilbao, sino porque a menor recorrido, lógicamente, menores costes logísticos para la exportación de las industrias. Además, la opción de Ezkio evitaría la saturación del tramo Vitoria-Bergara que podría convertirse en un embudo que acabara derivando el flujo ferroviario a otros territorios.
Otro nudo gordiano es el coste de la infraestructura. La alternativa de Ezkio, aunque con un trazado más corto, resultaría más costosa en términos de inversión inicial por la complejidad técnica de la obra. Sin embargo, en Geroa Bai pensamos que no podemos dejar que el coste inicial de la obra condicione la elección de una alternativa con tantos factores en juego, porque es una obra única o estratégica para los próximos decenios. No olvidemos que, en virtud del Convenio Económico, Navarra ha pagado ya el 1,6% de cada kilómetro de la alta velocidad de toda España. Y que a Navarra en estos 30 años solo nos ha correspondido una inversión -a todas luces insuficiente- de 233 millones de euros, el 0,4 % de todo lo invertido en Alta Velocidad en el conjunto del Estado.
Claro que es una decisión que debe tomarse entre las tres partes implicadas: el Ministerio, Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca. En Geroa Bai tenemos claro que la decisión no debe depender simplemente del coste de la obra y muchísimo menos de intereses políticos. Es mucho lo que está en juego para Navarra: una salida que nos conecte directamente con Europa y los puertos de Bilbao, Pasajes y Baiona, con el mínimo impacto medioambiental posible, que satisfaga las necesidades de nuestra industria y haga su ruta más rentable, que no suponga una ruptura total del paisaje en los pueblos de la Sakana y la llanada alavesa y que, además, ahorraría tiempo, frente a la otra alternativa, a los y las pasajeras y mercancías que emplearan este tren. Es, pues, mucho más importante estratégicamente para Nafarroa que esos 8 minutos de ahorro de tiempo con los que ironizaba el Sr. Otxandiano, de EHBildu, apostando por la conexión Vitoria-Burgos contra Ezkio, en una entrevista en Radio Euskadi.
Retrasar o anular estudios previos de la alternativa Ezkio por parte del Gobierno Español, es negarle a Navarra la posibilidad de elegir su decisión estratégica ideal. Argumentar, como hace el Gobierno de España, que “los ayuntamientos de la vía por Aralar son hostiles a la realización de estudios” no deja de ser un sarcasmo hipócrita; sobre todo, cuando la mayoría municipal de esa zona es del mismo color que la de Sakana. Del mismo color político que esa organización política que ha pasado de la hostilidad al TAP a coincidir con el Gobierno español de elegir la conexión de Navarra con Vitoria-Burgos, como dice el sr. Otxandiano.
Por lo tanto, aclarémosle a la sociedad “cuál es la alternativa estratégica para Navarra mirando al mapa en este momento histórico”, con visión de futuro, y aceleremos con rigor todos los estudios técnicos, económicos, medioambientales y sociales.
Koldo Martínez, miembro de Geroa Bai
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