Domingo 9 de febrero de 2025
J.M. Quirós
Me costó casi la vida darme cuenta de que jamás debes suplicar, rogar, mendigar y menos humillarte y arrodillarte ante nadie. Si tengo que pedirlo, ya no lo quiero, ya aprendí la lección.
Me costó casi la vida aprender que no puedes luchar y pelear por algo o alguien. Esto no va de luchar y pelear, esta vida va de vivir y no de sobrevivir y yo ya luché y peleé lo indecible, hoy entrego la cuchara y saco la bandera blanca.
Me costó casi la vida abrir los ojos para ver qué el que quiere, se queda y el que no, busca excusas hasta debajo de las piedras, que no debes dar nada por hecho, que entre el amor y el odio la línea es demasiado fina. Me di cuenta cuando abrí los ojos que eso de que "eres el amor de mi vida" queda muy bonito, eso sí, en las películas románticas de Antena 3.
Hablar es muy fácil, pero cumplir esas palabras es otra cosa. Pues las palabritas se las lleva el viento, y yo me cansé de los vendedores de humo y charlatanes de feria.
Me costó casi la vida asumir que las cosas pasan por algo, que habrá personas que llegaron para quedarse, como otras se fueron tal como vinieron y habrá quienes, sin estar, siempre estarán ahí. A esas debes cuidarla siempre, como otras que creías que sí, pero nunca estuvieron.
Trenzando Palabras
Aprendí que de lo único que debes arrepentirte es de lo que no hiciste, de lo que no intentaste y sobre todo de no hacer algo por miedo a equivocarte.
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