Viernes 4 de abril de 2025
Conocí a Josep Maldonado como diputado de CIU en el Congreso de los Diputados. Luego en el Senado. Había sido Secretario General de Deportes de la Generalitá y miembro del Parlamento catalán. Hicimos buenas migas y cada año tiene el detalle de invitarme a la cena anual de Sport Solidari, una ONG que preside y se ocupa de expandir el deporte en África para socializar a los niños, amén de otras iniciativas. La Fundación ayuda a través del deporte, a niños y jóvenes que viven en la pobreza o la marginalidad y con este objetivo se organiza cada año estas cenas.
Maldonado es como el Pimentón. Está en todas las salsas y en agosto desaparece. Se va a África un mes y viene cargado de ideas y contactos. Son tantos que le pidieron escribiera un libro y lo hizo. Se encerró en Ruanda en una caseta de madera y hasta que no lo terminó, no paró. Lo presentó hace poco. Dio en su día una conferencia en la Fundación Sabino Arana.
El caso es que este año cumplían estas cenas veinte y una vez más quedé asombrado del poder de convocatoria de este catalán ejerciente y de su capacidad de “engatusar” a la gente y acudir a una cena donde te rascan el bolsillo, cenas muy bien, tienes la mesa llena de promociones empezando por el limpia grasas y cocinas KH-7, patatas fritas, Fuze Tea, Damm, bolígrafos, cremas….de todo. Al lado de la silla una bolsa de Sport Solidari para meter todo eso y llevártelo a casa. Todos muy repeinados y perfumados y con el bolsón de las promociones de Maldonado a quien le acompaña en esta actividad su esposa Alessandra, una brasileira estupenda.
Este año, entre otros saludé a Josep Sánchez Libre y Rosa María, antiguo diputado y senador, presidente actual de Fomento del Trabajo. Una persona muy cordial que defendiendo a los empresarios catalanes rompe tabúes y se reúne con Puigdemont sin ningún complejo para tratar de convencerle de algo. Me dijo vendría pronto por Euzkadi.
Y es que en esa cena te puedes encontrar desde Jordi Hurtado el del concurso de TV, Vicente del Bosque, Pedro Piqueras, Lucrecia Pérez, Cayetano Martínez de Irujo, Jordi Vilacampa, Manolo Orantes, José Mari Bakero, Luis Cobos, Elsa Anka, a un rey africano, al embajador de Cabo Verde, al president del Parlament, al alcalde de Barcelona y concejales, a la cantante Rosa López, a Irene Villa, el concejal Jordi Martí, a Luis del Olmo bastante cascado, consejeros, periodistas deportivos y personas como las que nos tocó en la mesa como Julio Salinas, el extrovertido goleador con su esposa, Fernando Romay que no cabía en la silla (2,13 de estatura), Poti el de “Mira quien Baila”, el ex jugador del Barcelona Juliano Belleti, y el dueño de una sala de fiestas muy famosa en Barcelona, la sala Apolo patrocinadora de iniciativas.
Los Premios ESI (Sport Solidari) fueron para Elena Barraquer, oftálmologa, Elena Congost, ganadora de dos medallas en los Juegos Paralímpicos en atletismo adaptado y Joan Robots, colaborador voluntario. Subastó una camiseta inmensa de un baloncentista que fue adquirida por Damm.
Uno de los premiados era un chaval con discapacidad (parálisis cerebral). Tomó la palabra José Mari Baquero y puso el ejemplo del Bambú. Lo plantas y pasan años y nada, hasta que el séptimo te crece un bosque con miles de raíces. Fue el ejemplo que puso para poner en valor el trabajo silencioso del matrimonio. Un médico había dicho que su madre le dio la pauta. Si tienes el bocadillo, te apetece comerlo y otro no tiene y le das la mitad, eso es solidaridad. Si lo regalas porque no te apetece, eso es caridad.
Uno de los años cerró el acto la orquesta “La Década Prodigiosa” y este año María Jesús y su Acordeón, animando el cotarro, algo que parecía sacado de la niebla pero la gente tarareaba sus canciones porque forman parte del repertorio sentimental de varias generaciones.
No sé cuánto habrá recaudado, pero, eso si. Son cenas de impacto social. No veo por aquí, gentes que hagan algo parecido uniendo lo deportivo, lo social, lo solidario con algo divertido. Y creo que nos faltan Maldonados, gentes con alma solidaria, mucha relaciones públicas, terquedad, un radar bien puesto y dosis de buena gente..
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